La descentralización de competencias municipales nos aporta un nuevo modelo, más cercano, más efectivo, a las administraciones locales. También los planes de barrio y los presupuestos participativos se nos presentan como herramientas indispensables dentro de ese modelo de participación y diseño comunitario de nuestros distritos y, por extensión, de nuestra ciudad.
La aparición de las Redes de Apoyo de los barrios al inicio de la pandemia, la ola de frío, la emergencia habitacional, alimentaria, laboral y sanitaria que sufren muchos de nuestros vecinos y vecinas demuestra que la mejor gestión de nuestra ciudad y nuestros barrios es la que se realiza desde la cercanía y la participación colectiva.
Tras el impulso a los planes de barrios y la implementación de los presupuestos participativos durante la pasada legislatura a nivel ciudad, en la que no se pudo abordar la reforma del Reglamento de órganos territoriales por falta de apoyos, el Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido "aparcar" los planes de barrio ya implantados y dejar de impulsar los que estaban en proyecto.
Es necesario abordar de nuevo un debate sobre la descentralización de competencias municipales hacia las Juntas Municipales y Vecinales y afrontar una profunda modificación de este reglamento, para dotarlas de verdaderas competencias en todos los ámbitos que influyen directamente en la mejora de nuestra vida cotidiana en los barrios, acompañadas de presupuesto y los recursos necesarios.
Dicho reglamento, en su Art. 2., dice que los Distritos “constituyen un instrumento esencial para el desarrollo de las políticas de proximidad y participación, tanto desde la perspectiva de la desconcentración de funciones como desde la participación ciudadana”. También, en el Art. 3. expresa que son “órganos de ámbito territorial para la gestión mediante la participación vecinal”. Y, en el Art. 6., reconoce “el derecho de todos a la ciudad, como lugar de convivencia y espacio de realización humana, garantizando la participación ciudadana, especialmente en las materias que afectan más directamente a la calidad de vida de los vecinos, la participación ciudadana, la eficacia, la igualdad de oportunidades, la desconcentración administrativa, la solidaridad”.
Los planes de barrio se presentan como una oportunidad transversal de participación de los diferentes agentes que intervienen en el diseño de la ciudad y sus barrios, donde personal técnico municipal y tejido vecinal local se unen para debatir y consensuar las prioridades particulares que cada barrio demanda para su revitalización.
Los procesos participativos nos permiten abordar de manera conjunta una reflexión sobre las necesidades y prioridades de cada uno de nuestros distritos y barrios, adecuar las actuaciones a dichas necesidades y que la toma de decisiones sea también colectiva.
Son una herramienta de democracia participativa y directa a través de la cual la ciudadanía ejerce su derecho a formar parte en el diseño, decisión, ejecución de temas relacionados con sus barrios y ciudad.
Los presupuestos participativos iniciados en Torrero abren la institución a la participación de entidades, servicios y vecinos y vecinas del distrito para determinar cómo se distribuyen los recursos de la partida de Capítulo 2 "Gastos y Actividades", pero no incluyen otros ámbitos, recogidos en otros capítulos de los Presupuestos que permitan realizar actuaciones demandadas por el tejido asociativo y particulares.
En el Pleno de la Junta Municipal de Torrero tanto partidos políticos como entidades valoran muy positivamente este primer paso hacia la participación vecinal, pero ven necesario que se otorgue a las Juntas municipales y vecinales una mayor autonomía, a través de la modificación del Reglamento de Órganos territoriales. Y que esta venga acompañada de la dotación de personal, recursos materiales y económicos para su aplicación en ámbitos que afectan directamente a la vida de vecinas y vecinas como pueden ser los urbanísticos, medioambientales, sociales, de cuidados y, así, poder realizar actuaciones recogidas en un Plan de barrio integral.
Tras lo expuesto, es necesario preguntarnos...
¿Por qué no nos ponemos a trabajar en la modificación del Reglamento de Órganos Territoriales y participación ciudadana con el fin de llevar a cabo una verdadera descentralización de competencias, apostando por desarrollar planes de barrio integrales e implementar los presupuestos participativos como herramienta de empoderamiento vecinal en el diseño, transformación y renovación de nuestros barrios y nuestras vidas para que vecinos y vecinas puedan ejercer su legítimo derecho al que hace referencia?
¿A qué esperamos para exigir la puesta en marcha de todas estas medidas que implicarían una mayor participación en la toma de decisiones que afectan a su vida presente y futura?
