Democracia directa en el trabajo

Mucha gente tiene miedo a perder el trabajo porque saben que hay muchas personas paradas deseando trabajar aunque sea en condiciones muy pobres. Pero, como dice Jesús Castillo, militante del SAT, “llega un momento en que la gente pierde el miedo, incluso en los sectores más precarios, y entonces con sindicalismo combativo, solidario y asambleario se consiguen victorias”. El SAT tiene una larga tradición de organizar la precariedad laboral en el mundo rural, donde se trabaja más en el territorio que en centros de trabajo concretos. “Eso es lo que estamos intentando hacer en Sevilla. En el sector de la …

Orio Alfambra de En Lluita recorre en este artículo las experiencias sindicales de varias personas que esbozan la manera de ganar.
Orio Alfambra de En Lluita recorre en este artículo las experiencias sindicales de varias personas que esbozan la manera de ganar.
Orio Alfambra de En Lluita recorre en este artículo las experiencias sindicales de varias personas que esbozan la manera de ganar.

Mucha gente tiene miedo a perder el trabajo porque saben que hay muchas personas paradas deseando trabajar aunque sea en condiciones muy pobres. Pero, como dice Jesús Castillo, militante del SAT, “llega un momento en que la gente pierde el miedo, incluso en los sectores más precarios, y entonces con sindicalismo combativo, solidario y asambleario se consiguen victorias”.

El SAT tiene una larga tradición de organizar la precariedad laboral en el mundo rural, donde se trabaja más en el territorio que en centros de trabajo concretos. “Eso es lo que estamos intentando hacer en Sevilla. En el sector de la hostelería tenemos una campaña por el cumplimiento del convenio colectivo”, explica Castillo. La clave, dice, es romper el miedo en las plantillas pequeñas y construir solidaridad territorial para que una vez estalle la lucha, tengan el máximo apoyo.

Asambleas

La situación es diferente en el sector informático, que tiene grandes centros de trabajo. Desde la Coordinadora de Informática de la CGT, Mireia Gargallo explica que “se han impulsado asambleas de personal en los diferentes centros de trabajo donde las decisiones se toman a mano alzada y se promueve que la gente participe en la coordinadora”. La democracia directa fomenta la participación, como en Capgemini, consultoría del sector, donde en una asamblea masiva la plantilla votó empezar una huelga indefinida que echó atrás los planes de la empresa. Esto contrasta con el final de la huelga en HP donde, según Gargallo, “las burocracias del comité de empresa se movieron para que la continuidad se votara por correo y no a mano alzada”.

Pero no sólo hay precariedad en el sector privado. En la Universidad de Sevilla el SAT está apoyando la autoorganización de la parte más precarizada de la plantilla, el profesorado asociado y interino, que ha constituido asambleas de base. “El colectivo del profesorado interino es el más disgregado y desde USTEC recomendamos que participen en la Assemblea d’Interines y nos vinculamos con sus decisiones”, comenta Marina Pérez, que recorrió buena parte de Catalunya con la primera Marcha por la Educación Pública.

La huelga de docentes de las Illes Balears ha sido un ejemplo de éxito participativo. Miquel Àngel Tortell, profesor de instituto, señala que “la huelga ha sido inmensamente activa y participativa porque la base de trabajo ha sido las asambleas de centro y las asambleas generales”. También dice que “la mayoría de los sindicatos se han implicado, desde el mayoritario y reivindicativo STEI a ANPE, más conservador, con presencia también de CCOO y UGT. Primero eran un poco reacios a iniciar una huelga indefinida, pero una vez nos decidimos, todos hemos hecho un cuerpo común más allá de los propios sindicatos, como colectivo”. Tortell cree que tomarán buena nota de esta nueva situación y apunta que “ésta es una buena oportunidad para los sindicatos para combatir muchos prejuicios, algunos con razón, que los han conducido hacia el desprestigio”.

Unidad

La gente de los sindicatos han colaborado a construir asambleas de docentes en cada centro que se han coordinado en la asamblea general, como asegura Maria Antònia Font: “desde STEI hemos acompañado a la asamblea. Hemos combinado el impulso de las personas docentes decididas y organizadas con la fuerza legal de los sindicatos, el compromiso y la solidaridad de la ciudadanía”. Desde hace un año la plataforma Crida ha hecho encierros y ha organizado de forma asamblearia a grupos de madres, padres, alumnos y profesorado. El éxito de la huelga ha sido la unidad de acción. Para Font “la huelga no se puede convocar desde arriba. Se debe construir desde los centros, y esto ha costado mucho esfuerzo y tiempo”.

La lucha por la educación pública ha dejado muchas experiencias de sindicalismo. Alberto García, delegado de CCOO en Alcorcón, dice que la Marea Verde está llena de sindicalistas que “no vamos a dar cuenta del sindicato al que pertenecemos, sino a participar por zonas, por centros, dando cuenta a los acuerdos del profesorado, y somos muy importantes como aglutinadores de esfuerzos y convocantes de asambleas”.

Sindicatos, sindicalistas y sindicalismo conviven y chocan en la complejidad de las luchas laborales. García ve clara la razón de estas tensiones: “los motivos son sencillos, activistas, delegados sindicales y sindicalistas de base creemos que las direcciones sindicales están demasiado paradas y no luchan y movilizan suficiente”. A esta cuestión Jesús Castillo da una solución que ya han encontrado en Balears: “La clave es superar y desbordar estas burocracias”.

Oriol Alfambra (militante de En lluita) | Publicado por En Lucha | Para AraInfo

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