Por compromiso con los planteamientos de la Ecología Social, nos unimos al movimiento ciudadano que exige a los gobiernos acelerar la transición energética, social y ambiental hacia un modelo socio-económico eficiente justo, democrático y renovable que garantice un medio ambiente limpio y sano, declarado por la Asamblea General de la ONU como un derecho humano universal.
Desde que en 1972, el informe "Los Límites del Crecimiento" del Club de Roma diera la voz de alarma sobre el peligro que supone para la especie humana el acelerado aprovechamiento irracional de cuanto el planeta ha puesto a nuestra disposición, se ha ido diluyendo la oportunidad de generar un modelo social de convivencia en equilibrio con los ecosistemas que sustentan a la humanidad.
Los gobiernos de todo el mundo han sido cautivos de la codicia de las oligarquías del mundo y se han reunido en sucesivas cumbres por el clima que se cuentan por otros tanto fracasos de cuantos acuerdos se han tomado.
48 años después, el escenario que preveía Donella Meadows, es una realidad lacerante en la que la riqueza se acumula cada vez en menos manos y en la que, a pesar de los discursos pintados de verde con que la oligarquía ha aprendido a seducir a la población, corremos el peligro anunciado de acercarnos al colapso. Todo ello ante una sociedad que parece asumir como inevitable la explotación del planeta y de sus habitantes, desde la banalidad de una felicidad que se sirve a domicilio para aumento de la cuentas de resultado del todopoderoso mercado global.
En un momento en que los representantes públicos han aceptado ser comparsas del espectáculo mediático-mercantil y usan la mentira constante y consciente como estrategia de comunicación, no cabe esperar que sus decisiones puedan ir más allá de lo que asegure su permanencia en el cargo. Solo cabe la esperanza de la movilización ciudadana, del pensar y sentir en común, como fruto de la pensamiento acumulado en la cultura europea para entender lo que significa el ser humano.
En ese sentido se hace indispensable un profundo cambio en nuestra concepción de la sociedad que impregne todas las capas de la convivencia y que efectivamente haga realidad los valores de la democracia que tanto esfuerzo ha costado acercar a nuestra cotidianidad y que, en manos del mercado de las opiniones y de la propaganda disfrazada de información, puede derivar fácilmente hacia un autoritarismo inaceptable desde los más mínimos principios éticos.
Por ello es perentoria la democratización del modelo energético y la descarbonización del sistema productivo y de transporte para avanzar hacia un modelo social en que el ser humano pueda desplazar al mercado del centro de la vida y la convivencia. Todo ello nos debería encauzar hacia la protección de la biodiversidad y el paisaje con una gestión inteligente de nuestras masas de agua que no puede ser pasto de los mercados de un sistema de producción de alimentos que aún está muy lejos de ser saludable y sostenible.
En este cúmulo de crisis económica, social y de pensamiento que parece crecer a nuestro alrededor, es más preciso que nunca una conciencia social igualitaria que asegure una transición justa para las personas trabajadoras, los colectivos vulnerables y los paisajes afectados, de forma que se garantice el empleo para mantener una vida digna y, por encima de todo, los derechos humanos.
Por todo ello, Ecologistas en Acción suscribe el manifiesto de la Alianza por la Emergencia Climática con motivo de la celebración de la COP27 y anima a la ciudadanía aragonesa a suscribirlo.
La Alianza por la Emergencia Climática en Aragón está conformada por numerosos colectivos que en estos días están aportando reflexiones sobre las causas y repercusiones de nuestro modelo de producción y consumo.