La permanente avalancha de proyectos de centrales de producción y líneas de transporte eléctricas, a juicio de la Plataforma 13M —que aglutina a colectivos aragoneses en defensa del territorio y contra los macroproyectos de renovables—, “no hacen sino consolidar al oligopolio energético que ha demostrado suficientemente su voluntad predatoria y su insensibilidad social”. “Se diría que este sector busca la fosilización de las energías renovables y abortar la oportunidad de un sistema energético que pudiera modular los intereses de la población consumidora con los de las empresas productoras”, remarcan.
En ese sentido, afirman que si a comienzo de este siglo la población aragonesa “decidió oponerse al trasvase del Ebro porque creyó que suponía un ataque a sus posibilidades de progreso, en este momento podemos decir que estamos ante otro trasvase de parecido alcance”. Desde las entidades de defensa del paisaje y paisanaje entienden que “si el Plan Hidrológico de 2001 favorecía la consolidación del negocio del agua y el desequilibrio territorial basados en una política hidráulica caduca, la implantación de las energías renovables, que la administración aragonesa está auspiciando”, supone igualmente “una extracción masiva de los recursos procedentes del sol y el viento aragonés y su trasvase más allá de las fronteras” de nuestro país “al servicio de un modelo energético del que Aragón queda relegado”.
“Igual que en el caso del agua, consideramos un grave despropósito que la energía generada en Aragón priorice el servicio a la industria europea sobre las posibilidades de desarrollo real del territorio que la hace posible”, inciden.
En esta atmósfera “de flagrante especulación en que parece haber encallado el reto climático” hay mucho que pensar “sobre el sobredimensionamiento de las centrales renovables instaladas y por instalar, sobre las técnicas de su almacenamiento o sobre los corredores y valles de hidrógeno, mal llamado verde, producido a partir de la energía que deberá salir del territorio aragonés”.
Ya queda menos!
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Si en pasadas ediciones de esta jornada reivindicativa las entidades convocantes charraban “de la necesidad de un verdadero diálogo social que pudiera apuntar hacia un modelo racional de explotación del potencial renovable, a día de hoy las cosas no han mejorado y solo podemos levantar acta de la continuidad del inmenso negocio de los mercados internacionales que anteponen sus cuentas de resultados al interés de la ciudadanía aragonesa a quien se impone el sacrificio de su territorio y su paisaje”.
Por todo ello la Plataforma 13M “Aragón por la Racionalidad Energética” llama a manifestarse un año más. Será este domingo, 7 de abril, a las 12.00 horas en Zaragoza, con salida desde la Glorieta de Sasera.
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