Este pasado domingo, 11 de junio, volvía a repetirse un año más con el Gobierno de Jorge Azcón, la participación con carácter oficial de la Corporación municipal zaragozana en un acto religioso privado. Por ello, MHUEL subrayaba que: “Nos queda el derecho a manifestar públicamente nuestra disconformidad”.
En un ejercicio cívico y democrático, varias decenas de personas participaron en una concentración bajo el lema: “Lo laico no avanza, las instituciones públicas inclinan sumisas la cabeza ante la Iglesia”.
El todavía alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón (PP), y los ediles del Ayuntamiento de Zaragoza, provistos de banda e insignia municipal, acudieron de nuevo en Corporación a la “misa pontifical” que se celebró en la Basílica del Pilar con motivo de la festividad privada católica de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) y a continuación participaron en la denominada “procesión eucarística”, este parece ser al acto de despedida de Azcón como alcalde de la capital del país. Así, el líder del PP en Aragón deja claro que ha gobernado la ciudad exclusivamente para sus seguidores, al ignorar la pluralidad religiosa y social de la ciudad de Zaragoza, pues sólo una minoría participa en estos actos de exaltación de una creencia religiosa concreta.

“Es obvio que dicho comportamiento contraviene el artículo 16.3 de la Constitución por el que las instituciones públicas y los cargos públicos que hacen posible su funcionamiento son (o deberían ser) aconfesionales”, denunciaba, un año más, el Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL). “Lo laico no avanza, las instituciones públicas inclinan sumisas la cabeza ante la Iglesia. Estamos en el siglo XXI...¿Hasta cuándo?", se lamentaban.

MHUEL propugna y defiende la separación entre el Estado y las iglesias y la neutralidad del Estado en materia confesional. “Lo haría si la Ley no recogiese dichos principios y con más razones lo hace cuando estos resultan ser un imperativo legal, aunque sea conculcado reiterada e impunemente”, enfatizan.