Comparativa y expectativas de los centros de datos en Aragón

Un nuevo colonialismo económico que aportará muy poco pero sí que esquilmará, y mucho, bajo la presión de fondos buitre y multinacionales y la complicidad de la DGA

Recreación del centro de datos de Meta en el PTR de Zaragoza | Fuente: CARTV

La burbuja de los centros de datos, con la presión de fondos buitre, de las inmensas multinacionales que no son hermanitas de la caridad, de los inquilinos actuales del Pignatelli y la inestimable colaboración de la florista de la plaza del Pilar, la están vendiendo como oportunidad para Aragón cuando lo que es, y no cuentan, es que se trata de un nuevo colonialismo económico que aportará muy poco y sí que esquilmará, y mucho.

Prolegómenos y particularidades del sector

En el Estado español existen 150 empresas relacionadas con el negocio de los centros de datos. De estas, una buena parte se relacionan con los sectores de equipamiento y construcción (78), gestión (34), planificación y diseño (33) y colocación (20). Siempre según el censo de Spain DC. El efecto captura, según la patronal, puede tener un impacto cercano a los 50.000 millones de euros. Muchos de los centros de datos estarán relacionados con la IA y las comunicaciones.

El interés de las gigantescas multinacionales en instalarse en el Estado español es manifiesto. No son, en general, muy bien recibidos, mucho menos su concentración, y las facilidades que se les dan, en apariencia, son como miel para moscas, si se permite la metáfora.

Las principales empresas se han fijado en base al potencial de interconexión, la capacidad de energías baratas renovables, la situación geográfica y la red logística.

Los gigantes: Amazon, Google, Meta, Microsoft, AQ Compute, CyrusOne, Data 4, Equinix, Digital Realty, OASIX, EdgeConnexX, están prestos para instalarse o, incluso, se han instalado ya. Pero el grueso está por venir. No solo empresas, fondos buitre como Blakstone también están al quite.

En el Estado español, es Madrid quien lidera el mayor número de centros de datos. Multiplica por tres a la siguiente provincia que es Barcelona. Hasta 2024 hay instalados un total de 45 centros de datos. La capacidad instalada en 2025 alcanzará los 1.000 MW. Otras provincias con presencia son Valencia, Sevilla, Málaga, Alicante, Toledo, Castellón, Jaén, Las Palmas y Huelva. Los centros de datos existentes tienen una capacidad media de 25 MW.

Pero, las actuales instalaciones podrían considerarse de juguete con las perspectivas de concentración que tiene prevista la patronal de centro de datos. La lista de Partners española estaba compuesta, a fines de 2024, por empresas de la talla de ABB, Goodman, TITTAL, Iberdrola, CIMESA, Ferrovial, Dragados, etc, así hasta 122 grupos, empresas o corporaciones. Solo el grupo ACS, presente en la lista a través de Dragados, tiene previsto invertir en centros de datos hasta 21.000 millones de euros. Por poner otro ejemplo, la sociedad Merlin Properties tiene previsto alcanzar en 2028 una cartera de 240 MW ellos solos.

En el Estado español, junto a las empresas que invierten directamente, están las compañías asesoras especializadas en centros de datos como Goodman, Grupo Lar u otras.

Los centros de datos son unidades “fabriles” necesarias para centralizar comunicaciones, datos de IA, redes e Internet que, cada vez más, al ritmo de crecimiento que llevan las aplicaciones civiles y militares son más necesarias. Pero, ¿es necesaria su concentración? Y, sobre todo, ¿es de inteligentes concentrarlas aquí?

Otro apunte importante es que no tiene nada que ver un centro de datos de los necesarios para una empresa media/grande, ya hemos visto que esta capacidad oscila entre 15 y 40 MW y los megacentros de datos de los oligopolios de las comunicaciones, datos y redes tipo Microsoft, Google, Amazon, Meta, etcétera, que tienen previstas unas capacidades medias por encima de 200 MW.

Características esenciales de los centros de datos

Los centros de datos que las gigantescas corporaciones tienen previsto invertir son, cada vez, más grandes. La mayoría de los que empresas como Amazon, Meta, Microsoft, Google, tienen previstos, rozan un tamaño medio de 300 MW. Enormes fábricas de calor.

Una planta de este tamaño necesita para su refrigeración no menos de 1 HM3 de agua al año. Una planta de este tipo requiere una inversión muy alta por empleo creado. La tasa de creación de empleo fijo está en una horquilla entre 25/50 millones de euros por empleo. Uno de los últimos que han fijado los ojos en Aragón plantea una inversión de 7.500 millones para una creación de empleo de 150/200 trabajadores fijos.

Una planta de este tamaño requiere de inmensas cantidades de energía eléctrica. Gigantescos consumos que solo pueden ser previsibles si el precio al que compran es de saldo. Concentrar una elevada cantidad de estos enormes centros en base al consumo, y por lo tanto, producción, de energía sostenible, solar y eólica, hipotecarían tierras, producción y paisajes, con el objetivo, casi exclusivo, de un monocultivo. Otras necesidades de energía para fuentes de hidrógeno, fabriles, manufacturados, etcétera, podrían ser negadas al completo.

Los inmensos paneles necesitan estar a 20/22 grados centígrados. El calor que genera este mundo de redes es tremendo así que es para eso para lo que se necesita el agua.

El valor de facturación está en el aire y, por lo tanto, su rentabilidad para el país o estado. Es muy probable que estas grandes multinacionales facturen y tributen en paraísos fiscales o países con menores tasas. Así que está en entredicho que los beneficios se reducirían a la construcción de la propia planta y poco más.

Comparativa de algunas características con otras fuentes de inversión

Empleo: el gobierno del Estado español, en unas declaraciones hechas en mayo de 2021, estimaba que por cada millón de euros invertido en rehabilitación energética se podría crear 18 puestos de trabajo.

Según Iberoeconomía y Europa Press, en octubre de 2020, la inversión de 72.000 millones en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, conllevaría la creación de 880.000 empleos. Es decir, unos quince por millón. Cada millón de euros invertido en obra civil genera 12 empleos fijos a tiempo completo. Informe Seopan.

En el documento sobre la situación del sector de la vivienda en el Estado español se estima que, por cada millón de euros en rehabilitar, se pueden crear hasta 25 empleos directos y otros 40 indirectos.

En el documento “Cambio global España 2020/2050” se sitúa la creación de empleo directo en 25 puestos directos y 38 indirectos por cada millón de euros invertido en el sector.

Para las economías avanzadas, por cada millón de dólares de inversión, se crean 3,5 empleos en el sector eléctrico, 2,5 empleos en el sector de infraestructuras, 2 empleos en el sector de agua y saneamiento o 1,75 empleos en el de educación y sanidad. Si la inversión de este millón de dólares se hace en I+D en el sector público, se crean 4,5 empleos, si se hace en el sector I+D verde, son seis empleos los creados y si se hace en el sector I+D de educación superior, son 11 los puestos creados.

En el sector industrial la conversión de inversión/empleo es similar. Quizá algo menor pero muy por encima de esos 25/50 millones de euros necesarios en los centros de datos por cada puesto de trabajo directo.

Hay que pensar obligatoriamente que, si se tiene como objetivo por estas multinacionales tamaña cantidad de inversión será por los beneficios que se esperan obtener. Mucho mayores que en la industria, en el sector de la vivienda o en el verde, incluso.

El informe de DNV destaca que el crecimiento del Estado español como un nodo tecnológico en Europa ha llevado a que los centros de datos en el estado tengan actualmente una capacidad eléctrica en torno a los 900 MW. Se prevé que esta cifra alcance los 1.350 MW en 2030 y los 4.000 MW en 2050. Los data centers españoles consumirán 26 TW por hora en 2050

Por otro lado, como se ve en el otro gráfico, no es la industria lo que nos sobra si nos comparamos con Europa. El Estado español, junto a Grecia, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Bélgica está en el cuarto puesto por abajo de esos seis estados con menor porcentaje de empleo en el sector industrial de todo Europa. (Entre el 14 y el 20% de su empleo directo).

Refrigeración: La enorme cantidad de calor generada por los gigantescos paneles y su necesario refresco por el medio más habitual y barato que es el agua, fuerza a que el consumo de esta es muy alto. Ya hemos dicho que, aproximadamente, 1 HM3, 1.000.000 de metros cúbicos de agua al año para una planta media de 300 MW. Lógicamente, cuanta más temperatura ambiente de la zona en que esté, más agua se necesitará. No es lo mismo, lógicamente, un lugar cuya temperatura media anual sea de 19 grados que otro cuya media anual sea de 25 o más grados. El consumo sube en proporciones geométricas.

Los centros de datos en Aragón

Pasemos a estudiar, ahora, el impacto de la posible burbuja de macrocentros que el gobierno de la derecha tiene prevista para Aragón con toda la fanfarria posible dedicada a “colocar” el pretendido desarrollo económico que acarrea esta concentración de gigantescos hervideros de datos.

El gobierno liderado por Azcón y apoyado por Vox intenta confundir por todos los medios respecto a estos nuevos “pelotazos” que tienen, aparentemente, mejor apariencia que los inmobiliarios puros.

El 8 de mayo la DGA concentró en Zaragoza, auspiciado por el propio gobierno, Ibercaja y Heraldo de Aragón, un pretendido congreso de “especialistas” del sector que, más bien, son impulsores del negocio.

En este “congreso”, el presidente Azcón vendió la idea de ser la Virginia europea en esta burbuja además de adelantar que su gobierno pretende concentrar 50.000 millones (75% de la inversión estatal) de la inversión anunciada en el Estado español por estos macrocentros de poder. Analicemos paso a paso.

Aragón versus Virginia

En un artículo publicado en AraInfo | Diario Libre d’Aragón en octubre de 2024, ante la propaganda mediática dicha por el señor Azcón de querer convertir nuestro país en la Virginia europea, además de explicar las necesidades reales de estas atrocidades de centros pretendidos, intenté razonar que no es lo mismo para refrigerar estos monstruosos armarios a 20º, los 38/43º centígrados a lo largo de 3/4 meses del valle del Ebro que los 28º/30º de cualquier punto que esté a 1.200 metros de altura. Insté a que contrastara las recomendaciones técnicas y científicas daban para su instalación: hacerlo en tierras altas y frías y/o en el mar.

Otra de las explicaciones era la elevadísima proporción de inversión respecto a cifra de empleo fijo y directo. Mucho más si las previsiones se convierten en pandemia a causa de la elevadísima concentración. El número de millones de inversión para crear un solo puesto de trabajo era de 40/50 millones. Vale más trabajar por reconducir la cifra de inversión hacia otros sectores y no a este monocultivo.

En el artículo hacía una comparación respecto a capacidades naturales entre Virginia y Aragón. Primero, la temperatura media anual del estado es de 12,5ºC, con una máxima en julio de 25º. En el Valle del Ebro que es en donde parece ser la epidemia de viruela, la media anual se acerca a 17º y subiendo. La máxima del mes de julio/agosto es de 44º centígrados y con expectativas de subir.

Segundo, el territorio virginiano tiene 110.000 km2 con 9 millones de habitantes, una densidad de 82 h7km2 que no se parece, para nada, a la aragonesa con 32 h/km2. Es verdad que a cerdos les ganamos.

Otra cuestión y no baladí es la capacidad acuática. Aragón tiene 250 km2 de aguas superficiales (contando cursos de ríos, lagos, embalses, todo) mientras que Virginia tiene 8.236 km2. Nada menos que 33 veces más que las de Aragón. Nuestro país pasa por ser uno de los más secos y áridos del Estado mientras que Virginia es todo lo contrario. En un tema en el que se necesita agua, y mucha, no parece que sea perspicaz, de inteligentes, ese intento de sobrepasar a Virginia en este tipo de capacidades.

Previsiones de Jorge Azcón y de los generadores de este tipo de pelotazos ambientales

Ya hemos adelantado la pretensión de alcanzar los 50.000 millones de euros en este tipo de pandemia. En estos momentos, la inversión anunciada abarca 14 mega centros de datos y los que rondan que te rondaré superan la veintena según el presidente en este mercado con disfraz de congreso. La inversión anunciada es de 37.000 millones de euros para la creación de no más de 900/1.500 puestos de trabajo directos disfrazados con los que se anuncian como empleos indirectos (24.000), la inmensa mayoría relacionados con la construcción física de las instalaciones que desaparecerán una vez se terminen.

Algunos de los macro centros anunciados son: varios de Microsoft con una capacidad total de más de 500 MW en tres lugares distintos de las cercanías de Zaragoza, BOX2BIT en Cariñena (abríguense en verano) con una capacidad de más de 400 MW, Amazon con una previsión de más de 300 MW, BlackStone, el fondo buitre más grande del mundo, en Calatorao (otro sitio en donde abrigarse) con una capacidad sin concretar pero que no será menor de 500/600 MW, el grupo Azora, en Villamayor, con una capacidad de 300/400 MW o el proyecto Green IT de Samca en Luceni con una previsión de 200 MW. El total de la demanda, solo de seis de los promotores, llega a 3.150 MW. Todo según las propias palabras de Azcón.

La previsión total de estas faraónicas ideas podría suponer una capacidad total de más de 7.500 MW y el consumo de energía podría ser 3/4 veces el total del consumo actual de Aragón para ellos solitos.

Conclusiones fuera del “Congreso” que no sé si se habrán advertido

Refrigeración. Es el territorio menos indicado para un proyecto de estas características. Mucho menos para una concentración de proyectos, burbuja de tera datos. No parece ser muy inteligente proyectar tamaña concentración de mega centros en lugares donde la temperatura media es de las mayores en el Estado español, ergo de las mayores en Europa. El efecto radiador será máximo y la necesidad de agua la máxima, también.

Agua. Las necesidades de agua para refrigerar esta epidemia de macro centros alcanzarían 30/35 Hm3. Este enorme consumo significaría, para comparar, cinco Estancas de Alcañiz llenas al completo.

Potencia energética. Solo las necesidades energéticas de los proyectos contemplados serían tres/cuatro veces el consumo total eléctrico de Aragón al año. Teniendo en cuenta que este consumo es de alrededor de 10.000 GWh, la burrada es de tal calibre que se debería hipotecar a este sector la mayoría de la energía proyectada (y es de las mayores del Estado español) en sostenibles para que el sector tuviera viabilidad energética. Esto anularía otras posibilidades de futuro en nuestro país (Hidrógeno, inversión industrial, etc.).

Venta del kilovatio. Este tipo de empresas, Meta, Microsoft, Amazon, Google, Blackstone, etcétera, precisamente las que se dan de tortas para acudir a las tierras paletonas, no son hermanitas de la caridad ni tienen ninguna intención de hacer favores. Cuando esta gran concentración de gigantescas multinacionales sin corazón, acuden a un mismo lugar hay que preguntarse qué es lo que van a esquilmar. En este caso, es el kilovatio que querrán comprarlo a un precio tal de saldo que será un negocio paupérrimo. Sobre todo, si se compara esta posibilidad de capacidad energética para otros sectores. Hay que preguntarse el porqué de esta atracción generalizada. Si es porque Azcón y compañía son unos crack o porque lo que buscan, ni más ni menos, es esquilmar territorios con pensamiento colonial y con la ayuda de gigantescos pelotazos.

Beneficios y tributación. Esa es otra. El señor Buddy Rizer de Virginia aclaró que la enorme concentración de 350 edificios de centros de datos, con capacidad de 3.800 MW (atención, la mitad de lo que se quiere meter en Aragón) aportaban 1.000 millones anuales en impuestos. Como la inmensa mayoría de estas multinacionales tienen sus centrales en lugares que no serán las benditas tierras de Aragón, los posibles beneficios (y, por lógica, los impuestos) irían a parar a sus empresas centrales. Al menos, la mayoría. Nadie dice nada sobre este particular cuando es esencial. Y, desde luego, por algo será.

Concentración. Si uno de estos macro centros de datos ya es problemático el sumatorio de estos conflictos con un territorio, imaginemos la concentración de ellos. Una barbaridad que, según declaraciones del propio Azcón, podrían sumar 20/30 mega centros en Aragón de estas dimensiones. Es una hipoteca a todo un país, una hipoteca de un sector que, por el monstruoso tamaño de sus centrales, es sector conflictivo, dominante y colonialista.

Lo último. Este sector, la concentración de este tipo de unidades, pocos son los territorios que los quieren. Mucho menos esta brutal concentración. Otra pregunta que nos tendríamos que hacer, ahora que hay tiempo de frenar esta inmensa salvajada. Y no se me ocurre adjetivo menor que exprese esta barbaridad. Barbaridad análoga a la que Vox acaba de proponer: la construcción de una central nuclear en el valle del Ebro. Porque es el lugar idóneo por su escasa población y porque, en el fondo de su caletre, bullirá el pelotazo de los mega centros de datos y su inmensa necesidad de kilovatios a precios de risa.

Duros a cuatro pesetas

Resumiendo, este proceso que rumian de manera tan acelerada los nuevos inquilinos del Pignatelli suena a eso de “dar duros a cuatro pesetas”. Lo que pasa es que, en este caso, si eso es posible, el que cederá el duro para recibir las cuatro pesetas a cambio será Aragón. La otra peseta se perderá en el camino, que en eso consiste el pelotazo.

Si estas consideraciones fueran falsas o exageradas, sería sencillo de comprobar, siempre que estos inquilinos de pacotilla tuvieran, como dicen, apego a su país mucho más que a sus bolsillos. Un ciclo abierto al público y difundido por los mismos medios informativos que, ahora, solo loan esta burbuja, de debates entre las dos posturas, aclararía la cuestión: la de los eventuales inquilinos de Pignatelli con toda la parafernalia de datos, medios, gentes, falsedades y medias verdades apoyando esta burbuja de centos de datos, y, en la otra parte, las científicas, los técnicos, los medioambientalistas del Aragón de base. ¿Un millón a qué no se da?

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