Cómo acabar con la Participación Ciudadana

Si alguien te dice que tienes las manos sucias, ¿qué haces? Pues mostrarlas para que vean que las tienes limpias y que dejen de acusarte. Sólo si están sucias, se mantienen escondidas. Si al concejal Javier Rodrigo se le pide transparencia, claridad, si alguien le reprocha su opacidad, ¿qué hace el concejal de participación ciudadana en su primer Consejo de Protección Animal? Lo que hace para despejar dudas sobre su opacidad es negar que se retrasmita dicha reunión por streaming. Negar que puedan entrar ciudadanas interesadas en asistir a dicha reunión, como es mi caso, que quería tomar notas para …

Marta Navarro.

Si alguien te dice que tienes las manos sucias, ¿qué haces? Pues mostrarlas para que vean que las tienes limpias y que dejen de acusarte. Sólo si están sucias, se mantienen escondidas.

Si al concejal Javier Rodrigo se le pide transparencia, claridad, si alguien le reprocha su opacidad, ¿qué hace el concejal de participación ciudadana en su primer Consejo de Protección Animal?

Lo que hace para despejar dudas sobre su opacidad es negar que se retrasmita dicha reunión por streaming. Negar que puedan entrar ciudadanas interesadas en asistir a dicha reunión, como es mi caso, que quería tomar notas para poder escribir sobre los temas que se traten.

Para confirmar su falta de transparencia, el concejal, que ha visto seguramente muchas películas de espías, llenó de policía el Ayuntamiento a un nivel desconocido en muchos años, dicho en la reunión por los concejales de la oposición que no daban crédito a la abundancia de agentes. ¡¡Dios mío, cuánto dinero público se habrán gastado para evitar que pudieran entrar unas ciudadanas que usan su dinero particular para cuidar a los gatos abandonados de esta ciudad, ciudadanas que ahorran dinero al propio Ayuntamiento!!

No, esto no es un país lejano, es Zaragoza, es el siglo XXI, es —y esto es lo más irónico del asunto— un concejal de Participación Ciudadana, que en el caso de Javier Rodrigo resulta un oxímoron.

En estas condiciones y bajo estas formas de trabajo, se eligió el pasado martes a un representante de las protectoras para vicepresidir el Consejo sectorial de protección animal. Una persona que con frecuencia en sus redes llamar taradas y locas a quien discrepa de él. Discrepar en este caso es preguntar por los animales que se capturan en condiciones opacas, así como por la desaparición de colonias felinas en condiciones igualmente opacas. El concejal Rodrigo y quienes votaron el otro día a este vicepresidente que tiene un concepto de la protección y una afición a capturar más propia de un cazador que de alguien sensible con los animales, podrían igualmente haber elegido al Conde Drácula para dirigir el Banco de Sangre, y aquí no pasa nada.

Y así van sucediendo las cosas, así va el reguero del dinero y la soberbia posicionando votos, personas y proyectos desalmados.

Y así es como, a pesar de las dificultades, gracias a algunas entidades que sí pudieron entrar, así como a representantes municipales, he podido seguir la información de lo que sucedió en este ominoso día.

En un momento en el que el país se mueve hacia el reconocimiento de los derechos animales, en Zaragoza se pisotean de manera fulminante y, lo más grave, con la complicidad de gente que antaño luchó por ellos.

Recordadlo bien, cuando estalle toda la porquería que esconden bajo su alfombra municipal los responsables de la protección animal en la ciudad.

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