CGT reivindica, en la semana del clima, patios y escuelas más sostenibles y ecológicas

Este sindicato no solo anima a participar en los actos convocados en Aragón sino que reivindica y exige una solución para los problemas de excesos térmicos en los centros educativos, que se agravaron el curso pasado

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Foto: Miguel G. García (AZ)

El cambio climático es un fenómeno complejo, que abarca todos los ámbitos de la vida en el planeta y que requiere necesariamente un cambio en los valores de referencia y en los comportamientos sociales. Los centros educativos tienen un papel protagonista en este escenario de cambio.

Uno de los objetivos explícitos que persigue la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), es adecuar el currículo escolar al contexto de crisis ambiental que vivimos y apostar decididamente por una formación para la sostenibilidad: “Dado que el sistema educativo no puede ser ajeno a los desafíos que plantea el cambio climático del planeta, los centros docentes han de convertirse en un lugar de custodia y cuidado de nuestro medio ambiente. Por ello han de promover una cultura de la sostenibilidad ambiental, de la cooperación social, desarrollando programas de estilos de vida sostenible y fomentando el reciclaje y el contacto con los espacios verdes”(Preámbulo de la LOMLOE).

También en el articulado de la Ley se hace referencia a la educación medioambiental. En el artículo 1 sobre los principios que guían la ley se incluye: “La educación para la transición ecológica con criterios de justicia social como contribución a la sostenibilidad ambiental, social y económica”. Además, en el título IV: “El sistema educativo no puede ser ajeno a los desafíos que plantea el cambio climático del planeta, los centros docentes han de convertirse en un lugar de custodia y cuidado de nuestro medioambiente”.

Por lo tanto, partiendo de la constatación de la existencia de una crisis multisistémica (ecológica, social, cultural, política, económica), ampliamente corroborada por investigaciones científicas, ésta crisis requiere poner en marcha una verdadera transformación ecológica, social y económica que vaya a la raíz de los problemas y que suponga asumir los límites planetarios.

En este sentido, en CGT Enseñanza, “nos parece imprescindible observar qué pasa con estos aspectos, por lo que nuestra primera propuesta se centra en los patios de recreo como espacio en el que se puede llevar a cabo parte de nuestro currículum como docentes. Asimismo, pensamos que los recreos son un tiempo educativo donde se aprende y se forman los valores sociales”.

El alumnado, especialmente el que vive en entornos urbanos, carece de falta de contacto físico con plantas y vegetación, y pasan más tiempo en interior de lo que sería deseable. En ello influyen diversos factores como el estilo de vida sedentario, el modelo de movilidad, la distribución del espacio público o la percepción de riesgo de las familias. Factores que tienen consecuencias directas para su salud: obesidad infantil, debilidad muscular o problemas de salud mental como ansiedad, depresión o conductas agresivas.

Por otro lado, el juego en entornos más naturales también tiene efectos en el ámbito de salud mental y cognitiva, ya que incentivan la curiosidad, además de generar un impacto para terminar con la discriminación de género en los espacios educativos. Como ya lleva décadas manifestando el urbanismo feminista y la coeducación, los patios tienen una gran carga de género, tanto en la disposición como en las actividades que se realizan.

Sumado a esto, los patios deben ser inclusivos, es decir deben proporcionar que toda la comunidad educativa tenga un acceso inclusivo y la oportunidad de moverse por el espacio de de forma fácil, segura e independiente.

Desde esta mirada, en CGT Enseñanza abogan por la necesidad de crear espacios educativos basados en los cuidados al medioambiente y en el respeto a la diversidad de las personas que ocupan estos espacios.

En este sentido, el patio sostenible ecofeminista que defienden, promueve varios componentes principales: “concienciar de la importancia de introducir más vegetación dentro del entorno escolar, transversalizar la mirada feminista en los espacios de recreo atendiendo a la diversidad de género, que sean accesibles para todo el mundo que los transite, mejorar la convivencia en el centro y fortalecer los lazos comunitarios, además de empoderar a toda la comunidad educativa para que sea capaz de analizar y transformar su espacio físico a través de nuevas propuestas que pongan la sostenibilidad de la vida en el centro”.

Además, urge la adaptación y la rehabilitación energética de los centros educativos para combatir las altas temperatura que sufre el alumnado y el profesorado en periodo escolar debido al adelanto y prolongación del verano como consecuencia de la crisis climática.

Situación que CGT Enseñanza lleva denunciando desde años atrás. El cambio climático está haciendo que en los últimos años el verano se adelante y se prolongue alcanzando temperaturas superiores a los 35 ºC tanto en Junio como en Septiembre, meses incluidos en el calendario escolar. Sin embargo, la mayoría de los centros educativos fueron construidos antes de que existiesen criterios de eficiencia energética por lo que no están adaptados para hacer frente a estas olas de calor.

El pasado mes de junio, ante la situación de temperaturas elevadas en los colegios e institutos públicos, CGT inició una campaña de denuncias ante Inspección de Trabajo por el incumplimiento de la normativa de salud laboral en los centros.

La normativa actual marca un rango de temperaturas entre 17 y 27º como condiciones adecuadas para los locales donde se realicen trabajos sedentarios. El pasado mes de junio hubo centros educativos donde se alcanzaron los 36º en las aulas.

En diferentes resoluciones, Inspección de Trabajo nos dio la razón: “para la imposición de medidas correctoras de incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales en el ámbito de la Administración General del Estado, se ha emitido propuestas de requerimiento en el que se recogen las irregularidades detectadas, las medidas a adoptar para subsanarlas y el plazo que considera necesario para la ejecución de las mismas”.

De esta manera, la mejora del aislamiento de tejados y fachadas, el cambio de ventanas, el uso de técnicas pasivas de ventilación, la instalación de equipos de climatización, la instalación de paneles solares fotovoltaicos para el autoconsumo de energía comunitario o el incremento de la vegetación en los patios de recreo para generar zonas de sombra y refrescarlos son algunas medidas de adaptación que se están empezando a poner en marcha en experiencias piloto en algunas localidades.

Además, las medidas de adaptación deben ir acompañadas de una labor de sensibilización y educación en la comunidad escolar para mitigar el cambio climático logrando que los centros educativos se conviertan en espacios ecofeministas.

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