CGT denuncia el trato discriminatorio a docentes en las zonas limítrofes de Aragón respecto de la vacunación

En los territorios limítrofes, Nafarroa, Castilla o Catalunya, este problema no ha existido y los y las docentes han sido vacunadas en la zona donde trabajan

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Foto: CEIP Ensanche Teruel

Desde el principio el Departamento de Educación indicó que se debería de contar con tarjeta sanitaria aragonesa para acceder a la cita y la vacunación. Lo que puede parecer lógico desde el punto de vista de Zaragoza deja de serlo, según CGT, cuando se trabaja en las zonas limítrofes de Aragón. Por ejemplo, en las zonas de Tarazona, Alcanyiz, Fraga o La Llitera no es extraño que se trabaje en Aragón pero se resida en Nafarroa, Soria o Lleida y todos los días se atraviese el límite territorial.

El Departamento, para este personal, no ha variado su respuesta: deben tener tarjeta sanitaria. Sin embargo, por ejemplo para aquellas personas que vivan con su familia en Tudela pero trabajen en Tarazona (apenas 20 km) la tarjeta de desplazadas “es un sinsentido”, apunta CGT.

La tarjeta de desplazada o desplazado es para aquellas personas que cambian su residencia de manera temporal y poder ver sus derechos sanitarios satisfechos, pero en este caso no hay cambio de residencia, sino simplemente que no vive y trabaja en el mismo territorio, algo habitual en las zonas limítrofes.

No hay que olvidar que el enfoque es que el territorio debe vacunar a su personal esencial, no a la ciudadanía que trabaje en puestos esenciales. “La responsabilidad es para sus trabajadores en este caso, no aquellos que tengan la vecindad en Aragón”, señalan desde CGT.

“Es humillante para las trabajadoras que deban de indicar que viven en el instituto o en el colegio para que se les haga la tarjeta de desplazado y poderse vacunar como el resto de sus compañeros”, indica Héctor Almazán, delegado de CGT. “Además de lo humillante de tener que declarar que vives en tu centro de trabajo para poder ser vacunado, está el hecho que esta persona pasa a estar asignado al sistema sanitario aragonés, perdiendo por el camino los derechos que tuviera en su sistema sanitario de origen, como tratamientos, posiciones en listas de espera o el médico de cabecera cuando vuelva a tener la tarjeta sanitaria original. Desde luego es un planteamiento claramente discriminatorio porque trata de diferente manera a los trabajadores en función de donde tenga su residencia. Y humillante en tanto en cuanto les obliga a realizar un trámite arbitrario que debería de ser innecesario. En las comunidades limítrofes, Navarra, Castilla y León o Cataluña, este problema no ha existido y los docentes han sido vacunados en la comunidad donde trabajan”.

Desde CGT denuncian que Aragón “está dejando a sus trabajadoras en un limbo y totalmente desatendidos. Recordamos al Departamento de Educación y al Gobierno Aragonés que debería de ser prioritaria su vacunación por ser personal esencial y obtendremos la medida de la desidia institucional de este Departamento”.

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