En todas las elecciones, la apertura de las urnas deja vencedores y vencidos a ambos lados del mapa político. En España, además, este mapa, a cada elección que pasa, le vamos añadiendo nuevas piezas al juego de la aritmética parlamentaria. Todas estas fichas añaden complejidad a nuestro sistema electoral. Un sistema diseñado para jugar con dos grandes fuerzas y el resto subsidiarias. Sin embargo, esta hipotética realidad no se corresponde con la actual y esto deberá llevarnos a repensar los modelos electorales a nivel autonómico y nacional.
Saliendo de esta materia, y analizando pasados unos días las elecciones realizadas en Castilla y León, hay dos vencedores claros. Por un lado VOX. Multiplica su fuerza en el Parlamento Autonómico y mejora, en más de 2 puntos, su porcentaje de voto en comparación con las elecciones generales. Esto ha hecho que sean ahora decisivoh a la hora de formar gobierno con un Partido Popular al cual todos los cálculos le han fallado. Por otro lado, el gran vencedor de la noche ha sido UPL (Unión del Pueblo Leonés). Los regionalistas leoneses, con una potente campaña desplegada desde hace un par de años con mociones a favor de una región leonesa en aquellos ayuntamientos en los que tienen presencia, han alcanzado sus máximos históricos desde la década de los 90 con 3 procuradores en las cortes.
Pero en estas elecciones hemos tenido casi más vencidos que vencedores. El primero, el PSOE. Salía a unas elecciones en las que tenía muy complicada la victoria y solo una fuerte subida de VOX y las plataformas provinciales que hiciese caer al PP por debajo de los 30 escaños, podría haberles dado alguna posibilidad de alcanzar la victoria en una región que, salvo una legislatura, lleva siendo gobernada ininterrumpidamente por la derecha. Esta es de nuevo, una cita electoral que se ve como un análisis al gobierno liderado por Pedro Sánchez y la gestión post Covid. Sin embargo, la derrota socialista tiene parte de trampa. La política actual está sembrada de lo conocido como “postverdad”, en la cual los relatos se construyen en torno a bulos y manipulaciones informativas sustentadas y difundidas por medios de comunicación y redes sociales. Esta postverdad se puso en marcha hace unos 3 años y con la pandemia solo la hemos visto agravada una y otra vez, alimentada por partidos como el PP o VOX.
El Partido Popular se planteaba estas elecciones como salir a arrasar con una mayoría absoluta sin depender de VOX, en una estrategia de asalto a la Moncloa, forzando este cambio desde las autonomías. No obstante, su estrategia se ha visto truncada por errores en la campaña electoral. Marcar declaraciones como la de Garzón y posicionamientos similares a los de VOX en muchos casos, solo llevan a que el trasvase de votos con los de Abascal se acelere y empiece a laminar una de las fortalezas del PP, la cual es el musculo territorial que poseen los populares.
Otra de las grandes derrotas de la noche fue la del espacio que representa Unidas Podemos. Un espacio que llegaba a la cita electoral en momentos de extrema debilidad y desgaste. Una situación fruto de la llegada al gobierno del conocido como “ciclo del 15M”, con unas bases y cuadros desfondados por 8 años de ultra actividad y una gestión en el gobierno que, pese a conseguir parte de sus demandas, no han sabido trasladar a la mayoría de sus votantes. El voto de la ilusión que consiguieron movilizar hace años, está asentado ahora mismo en la abstención o en el traslado hacia otras fuerzas de corte más regional. Necesitan una profunda reflexión de su espacio, pero es probable que sea el inicio de una reconfiguración del mismo.
C´s y Por Ávila, mantienen un procurador. Por el lado naranja ese diputado significa que, pese a que la representación sea mínima, les evita desaparecer como ocurrió en la asamblea Madrileña y, por tanto, es una buena noticia para ellos el evitar quedar a cero. Así mismo creo que Igea es uno de los representantes más potentes que tienen los naranjas a nivel nacional y asegurar ese escaño les permite mantenerse levemente a flote tras las repetidas puñaladas por la espalda del Partido Popular. Por Ávila, una antigua escisión del PP en la provincia, mantiene su procurador en las cortes que ya tenía la anterior legislatura.
Por último, hay un grupo el cual es vencedor y vencido al mismo tiempo. Hablamos de la España Vaciada. Con un éxito rotundo de Soria Ya, siendo primera fuerza en su provincia de forma sumamente holgada, se convierte junto a TE en referente del espacio. Sin embargo, en las otras 4 provincias donde se presentó, en algunas con mucha expectativa como en Burgos, sus candidaturas se han quedado lejos de alcanzar representación parlamentaria y, en muchos casos, siendo la sexta fuerza política en liza. Esto demuestra que la despoblación, pese a ser un problema real, no está tan asentado en el mundo rural y que solo cobra músculo allí donde la España Vaciada utiliza las plataformas ciudadanas con un importante peso provincial como impulso político. Esto puede ser un traspiés hacia su objetivo de un grupo político propio en las generales.
Es un asunto sobre el que verter ríos de tinta, pero podemos quedarnos con varias pinceladas de forma general. Por un lado, vemos como desde la dirección popular al asumir el discurso de la ultraderecha, no hacen más que alimentar a sus propios monstruos. Por otro, que el PSOE no rentabiliza su dirección del ejecutivo nacional. También que el espacio de UP necesita urgentemente una reconfiguración y reorganización. Y por último, que la España Vaciada tiene fortalezas en ciertas regiones pero muchas debilidades en la mayoría y que C,s parece haber tocado cierto fondo pero se mantiene estable en torno al 4/5% de los votos.
Todo lo que va ocurriendo elección tras elección también debería dejar enseñanzas a la hora de reconfigurar la forma del estado, el reparto político y las reparticiones electorales que por desgracia está atada a una ley que con menos de 13 representantes a elegir, no es proporcional.
