Casa Selba: La CHE lo desalojó por el agua y ahora lo quiere vacío por el fuego

Las personas que desde 2010 han revitalizado La Selba se encuentran en plena campaña de recogida de apoyos de cara a un juicio que les enfrentará a la Confederación Hidrográfica del Ebro, el próximo 25 de mayo, por el supuesto alto riesgo de incendio que supone la ocupación del paraje

Los habitantes de Casa Selba de Clamosa se encuentran en plena campaña de recogida de apoyos de cara a afrontar un juicio en el que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) exige el desalojo de las viviendas, así como el derribo de los edificios recuperados, mediante un largo proceso de trabajo que se remonta a 2010.

Para visibilizar su situación han planteado diversas acciones con motivo de la vista oral que tendrá lugar el próximo 25 de mayo. Por un lado han lanzado una campaña de adhesiones, con el lema “Inundemos la CHE”, dónde piden que la Confederación retire la denuncia, a la vez que han iniciado una recogida de firmas en change.org. Este jueves lograban un primer apoyo institucional cuando el Ayuntamiento de L’Aínsa-Sobrarbe aprobaba una moción de apoyo a las personas que han revitalizado La Selba.

Para el fin de semana inmediatamente posterior al juicio han organizado unas jornadas que comenzarán en la puerta de los juzgados de Boltaña, el mismo jueves 25 de mayo, y que proseguirán el viernes y sábado en La Selba con charlas, conciertos y otras actividades.

Para conocer el problema más a fondo hablamos con Oriol Font, Uri, sobre la sinrazón de la demanda que la CHE interpuso ante la Fiscalía de Uesca, solicitando el desalojo por vía penal, alegando que la ocupación suponía una situación de grave riesgo de incendio forestal.

No deja de ser paradójico que sea el mismo organismo que desalojó por culpa del agua este núcleo habitacional, en pleno auge del desarrollismo de la década de los sesenta, quien permanezca empecinado en prolongar su abandono sustentado sus argumentos en el fuego.

“El monte está como está por su responsabilidad”, nos comenta Uri, uno de los habitantes de La Selba, refiriéndose a la CHE. En una zona montañosa como esta, la mayoría de los incendios forestales son debidos a rayos, y la despoblación no contribuye ni a una más rápida detección o extinción, sino todo lo contario. “Los incendios ocasionados por rayos, si hay gente en el territorio se apagan antes (…). Si la CHE favoreciera que la gente viviera en estos sitios habría menos incendios”, nos advierte.

La Selba es un conjunto de casa y pajar, situada en el monte, en los confines del Sobrarbe, al sur de la Fueva, entre Caneto y Clamosa. Es propiedad de la CHE desde 1967, fecha en la que la aldea fue expropiada a sus antiguos habitantes, así como todos los pueblos circundantes - Clamosa, Caneto, Lapenilla, Puy de Cinca, Mipanas, Ligüerre de Cinca,… – para la construcción del embalse del Grado. Obligando a la gente de esta zona a abandonar sus vidas y dejando un vasto territorio abandonado o inundado.

Casa rehabilitada en La Selba.
Casa rehabilitada en La Selba.

Uri es una de las pocas personas que habita permanentemente en La Selba, una experiencia vital que permite organizar la vida de una forma poco consumista, y que ha llegado a reorientar sus vidas incluso en lo profesional. “Gastamos muy poco. Casi toda la alimentación la producimos aquí, tanto carne como productos de la huerta. Como hemos cogido bastante ‘callo’ con el tema de la reconstrucción tradicional, con piedra y madera, trabajamos también en la obra haciendo reconstrucciones y montando instalaciones fotovoltaicas”.

Él es una de las personas que desde 2010 comienza a rehabilitar estas casas y los terrenos de alrededor, muy deteriorados por los largos años de abandono. En aquel momento pidieron por escrito la cesión del lugar, pero la respuesta fue el cierre del acceso rodado mediante vallas y candados, para posteriormente recibir una carta en la que les daban ocho días para marcharse, lo que supone un extraño comportamiento diferencial con otros núcleos en el mismo monte. “Estamos en el mismo monte que Caneto y que Aldea Puy de Cinca, ambos legalmente cedidos por la CHE, por lo que si el motivo son los incendios… si arde aquí arde en Caneto, que está a tres kilómetros”.

Horno en La Selba.
Horno en La Selba.

Denuncia que la CHE tampoco contribuye con sus vallas a la posible evacuación del entorno en caso de incendio. “El tema de las vallas es bastante relevante. Clamosa, que es el pueblo al que pertenecemos, está vallado como un cortijo privado. Hay dos vallas, una en Caneto y la otra en Puy de Cinca. La CHE hace mucho hincapié – en la denuncia - en el tema de la posible evacuación, pero tanto en la Aldea Puy de Cinca como en Caneto tienen una ruta de escape cortada gracias a las vallas de la confederación. No les da la llave ni siquiera a sus cedidos (…). Son unos temerarios ellos”.

Siguiendo con el asunto de los incendios, principal motivación de la denuncia, la realidad muestra que el estado de los montes y los sotos en Aragón es lamentable a la par que peligroso. Un problema contra el que la repoblación de pequeños núcleos ayudaría a luchar. “Si se repoblara el monte… si lo trabajas, el monte estaría mucho más limpio porque habría ganado pastando y pobladores extrayendo leña, ayudando a limpiar el monte y el sotobosque” advierte Uri, que asegura que una cabaña con pastor cunde muchísimo más en la limpieza de monte y soto que el ganado sin pastorear. No solo eso, sino que el ganado sería una de las vías de asentamiento de población fija, pues obliga a sacarlo o bien a apacentar, o al ordeño diario en el caso de ganado para producción láctea.

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Foto: Viva La Selba.

Desde luego la situación de La Selba es contradictoria. Mientras la despoblación avanza sembrando preocupación social y política, sus habitantes serán juzgados por revitalizar este paraje en el Sobrarbe. Atajar la despoblación en Aragón es una labor que ya está siendo impulsada desde el Gobierno de Aragón, que se encuentra en pleno desarrollo de una directriz demográfica de lucha contra la despoblación que verá la luz en octubre. Con su actitud, la CHE, órgano poseedor de la potestad total para la cesión del núcleo habitacional de La Selba, no solo pone palos en las ruedas del atrevimiento propio de quien trata de revitalizar un despoblado, sino también, en las del esfuerzo público y colectivo que destina dinero y conocimientos tratando de revertir una situación ciertamente preocupante.

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