La CHE denuncia a las personas que tratan de revitalizar La Selba

El paraje y sus edificios, situados entre Caneto y Clamosa, lleva años siendo rehabilitado por un grupo de personas que pretenden la revitalización del mismo, motivo por el que han sido denunciados por la CHE y deberán comparecer en el juzgado el próximo mes de mayo

La Selba.

La Selba es un conjunto de casa y pajar, en los confines del Sobrarbe, al sur de la Fueva, situada entre Caneto y Clamosa, propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) desde 1967, en que fue expropiada a sus antiguos habitantes, así como todos los pueblos circundantes  -Clamosa, Caneto, Lapenilla, Puy de Cinca, Mipanas, Ligüerre de Cinca,... - para la construcción del embalse del Grado. Obligando a la gente de esta zona a abandonar sus vidas y dejando un vasto territorio abandonado e inundado.

Desde 2010 un grupo de personas rehabilita estas casas y los terrenos de alrededor, muy deteriorados por los largos años de abandono. Desde el inicio pidieron por escrito la cesión del lugar, pero la respuesta fue el cierre del acceso rodado mediante vallas y candados, para posteriormente recibir una carta en la que les daban ocho días para marcharse.

Desde entonces se ha rehabilitado completamente el pajar, y la mitad del tejado de la casa grande, asegurando también su estructura. De no ser por estas intervenciones, actualmente los dos edificios se encontrarían totalmente en ruinas.  Además se han recuperado las huertas, los olivos y frutales, y se ha limpiado el monte, abandonado por la CHE.

En abril de 2016 la CHE interpone una denuncia ante la Fiscalía de Uesca, solicitando el desalojo por la vía penal. “Hemos tenido noticia de esta denuncia en abril de 2017, quedando citados para un juicio por usurpación el día 25 de mayo en el juzgado de Boltaña. La CHE no sólo nos quiere echar, sino que además quiere que carguemos con consecuencias económicas y penales”, advierten las personas revitalizadoras de La Selba.

Uno de los puntos en los que más hincapié hace la CHE a la hora de pedir el desalojo es que la revitalización de La Selba genera un alto riesgo de incendio forestal. “Parece evidente que nuestra presencia, limpiando el monte y pastando con nuestro ganado, no hace sino reducirlo. También hay que entender que si el monte público hoy en día es un auténtico polvorín, eso se debe a la dejadez y al abandono por parte de la administración”, recuerdan los ocupantes del paraje.

Advierten además que la CHE es el mismo ente público “responsable del abandono de tantos lugares en el alto Aragón y en Navarra debido a la construcción de muchos grandes embalses - Barasona, El Grado, Mediano, Jánovas, Yesa, Itoiz,... -, forzando a miles de personas a abandonar sus pueblos y sepultando sus memorias bajo el agua”.

En casos como el de Chanovas, muchos pueblos fueron abandonados para un embalse que nunca se llegó a construir. Aunque eso parezca una historia del pasado, no hace tanto que se llenó el embalse de Itoiz, quedando así cuatro pueblos inundados. Actualmente se sigue luchando en Artieda, y en los pueblos aguas abajo del embalse de Yesa, contra el recrecimiento del embalse, una obra que representa un grave peligro para sus vidas, debido al continuo movimiento de las laderas de la actual presa. “Parece que la CHE no ha olvidado los tiempos dictatoriales en los que fue creada, no dudando en emplear la brutalidad y la represión contra aquellos que simplemente quieren vivir en sus pueblos”, advierten desde La Selba.

La comarca del Sobrarbe, así como muchos otros lugares de Aragón, sufren de graves problemas a causa de la despoblación, pero, según advierten las personas inmersas en la revitalización de La Selba, “la CHE y el Gobierno de Aragón, lejos de favorecer la repoblación de zonas abandonadas de su propiedad, lo único que desean es que se pierdan los pueblos y su memoria, para tener menos cosas de las que ocuparse”.

Denuncian una escalada de presión judicial y policial, hacia aquellos que sin pedir nada a nadie, con sus modestos esfuerzos hacen lo posible para generarse un medio de vida, y para que no se pierda la memoria de sitios que antes estuvieron vivos. “Esta memoria, en el caso de Clamosa se remonta al siglo XI. Si siguen en su empeño, de todos estos pueblos, pronto no van a quedar más que piedras tiradas por el suelo”.

“La CHE quiere que nos vayamos a toda costa, pero nosotros no nos iremos. Mientras tanto nosotros seguiremos dando vida a los pueblos, creando espacios educativos, trabajando las tierras, intentando crear autosuficiencia y autonomía, generando nuestro medio de vida en este pedacico de monte del que nos quieren echar. No pedimos nada a nadie, sólo queremos vivir tranquilos”, recuerdan.

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