"Cambio sísmico en la política irlandesa"

Los resultados, aún provisionales, de las elecciones para el Dáil Éireann (Parlamento irlandés) de Dublín celebradas este viernes, arrojan un duro castigo al Ejecutivo de coalición formado por el conservador Fine Gael (FG) y el Partido Laborista (LB) y un ascenso histórico de la izquierda republicana anti-austeridad representada por el Sinn Féin

Gerry Adams, presidente del Sinn Féin, y la candidata y diputada Mary Lou McDonald en un acto de campaña en Dublín. Foto: Sinn Féin

Mientras avanza con lentitud el recuento de votos del complejo sistema electoral irlandés, los primeros datos provisionales apuntan a una débil victoria del Fine Gael (FG) del primer ministro, el democristiano de centroderecha Enda Kenny, que habría conseguido un 25,58% de los votos -frente al 36,1% obtenido en los comicios legislativos de 2011-, un resultado mucho peor que el anticipado por el propio partido.

Los resultados también constatan el hundimiento del Partido Laborista (LB) que habría sumado un 6,63%, muy por debajo del 19,5% logrado en las anteriores elecciones generales.

Ambas formaciones quedan lejos de alcanzar la mayoría absoluta en una Cámara Baja compuesta por 158 escaños -TD (Teachta Dála) o lo que es lo mismo, miembro del Parlamento irlandés-, lo que plantea un escenario de complejos pactos e incluso a la posibilidad de nuevos comicios dentro de seis meses si no hay acuerdos para formar, el 10 de marzo, un gobierno para los próximos cinco años.

El Fianna Fáil, el partido fundado por Éamon de Valera en 1926, que fue el gran perjudicado en 2011 con 17,5% de los votos, obtendría ahora un 25,38%. Y los Independientes un 16,29%.

Por su parte, el partido republicano y de izquierdas Sinn Féin ha sabido recoger y representar el descontento de los sectores sociales que rechazan años de austeridad impuestos por los conservadores en la isla. El partido de Gerry Adams habría obtenido los mejores resultados de las últimas decadas en la República de Irlanda con un 13,49% de los votos, superior al 9,9% de 2011.

"Cambio sísmico en la política irlandesa", afirmaba un satisfecho Adams a An Phoblacht, el periódico del Sinn Féin, durante el recuento. "Las elecciones generales en el Dáil han supuesto un cambio radical en la política irlandesa. Una cosa es segura, este cambio va a continuar. Es sólo cuestión de tiempo antes de que se elija un gobierno progresista. Esta ha sido la campaña más exitosa del Sinn Féin en mi vida", añadía.

Sobre un posible pacto de gobierno entre el Fine Gael y el Fianna Fáil, el Presidente del Sinn Féin advertía que podría marcar "el comienzo de un régimen conservador, que no haría nada para aliviar los problemas de la población". "Tenemos que esperar hasta que todos los votos se cuenten, pero está claro que son socios naturales. Sería un régimen más conservador y también sería otra promesa electoral rota", concluía Adams.

Una Irlanda aún dividida en dos, espera los resultados definitivos de unas elecciones que pasarán a la historia en el mismo año que se prepara para las celebraciones del centenario del Éirí Amach na Cásca (Eastern Rising en inglés o Alzamiento de Pascua en castellano), la rebelión encabezada por el maestro y abogado nacionalista Pádraig Pearse y el sindicalista y marxista James Connolly contra la autoridad del Imperio Británico.

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