La presencia de militares en las ruedas de prensa gubernamentales, actuaciones extemporáneas de militares ‘deteniendo’ a civiles, el despliegue de unidades militares en pueblos y ciudades, ha llevado a colectivos sociales de diferente ámbito, a profesionales sanitarios, y a ciudadanos y ciudadanas particulares a preguntarse ¿está siendo efectiva la acción del ejército para ayudar en esta pandemia por el COVID 19? ¿es realmente útil emplear un lenguaje bélico? ¿porqué el ejército no se coordina con las autoridades civiles? ¿supone la presencia del ejército en la calle una cesión de derechos civiles?
Colectivo Mambrú señala que “los programas de Salud Pública se hubieran triplicado sólo con los 2.000 millones aumentados al gasto militar”
Algunas de estas preguntas han tenido respuesta desde colectivos sociales como es el caso del Colectivo Antimilitarista Mambrú de Zaragoza, que explica que “las Fuerzas Armadas se han demostrado arrasadoras de las prioridades en la atención de las verdaderas necesidades de la población civil: todos los gobiernos del Reino de España han incrementado su gasto en los tiempos de bonanza más que ningún otro y siempre ha sido el que menos recorte real ha recibido durante los tiempos de crisis, deteriorando aún más el presupuesto del resto de partidas del Estado”.
“Sin embargo ahora pretende el ‘misterio’ de Defensa, una vez más, mediante la actuación del 2,3 % de sus efectivos, encuadrados en la denominada Unidad Militar de Emergencias -U.M.E.-, lavar su imagen e intentar darle una retorcida lógica al desorbitado gasto castrense. Mientras, la carencia de personal sanitario, de medios y de programas de Salud se demuestra como una realidad sangrante ante una crisis pandémica. España lleva décadas ignorando políticas de Salud Pública que preparan a un país para emergencias como la del coronavirus”, recalcan desde los colectivos integrados en En Pie de Paz.
Desde el Colectivo Mambrú añaden que “aún manteniendo exclusivamente el gasto consolidado del año pasado, el gasto militar español supondría al menos 33.921 millones de euros, esto es, 2.090,18 millones más de gasto militar que el inicialmente presupuestado para el año pasado. Este gasto implicaría este año una previsión de 92,93 millones de euros al día, más de 3,87 millones de euros por hora y 727,91 euros por persona/año”, y lo comparan con los datos del ‘gasto’ en salud, “en 2017 (las últimas Cuentas consolidadas) todo el denominado Sistema Nacional de Salud (Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), Ministerio de Sanidad, competencias sanitarias de las comunidades autónomas y competencias sanitarias de las corporaciones locales) presupuestó un total de 763 millones a programas de los servicios de Salud Pública, como los dedicados a la detección y seguimiento de casos como el de COVID-19. La OMS pide ‘redoblar’ estas medidas. Se podría haber hecho ya, llegando incluso a triplicar su dotación, sólo con haber añadido una parte de esos 2.000 millones de incremento del gasto militar español”.
Ecologistas en Acción se opone al despliegue de militares del cuartel de Bardenas en la ciudad de Tudela
Por otra parte, Ecologistas en Acción se muestra contrario al despliegue militar, concretamente en la vecina Tudela, y al respecto indican que “nuestra entidad entiende la gravedad de la actual situación sanitaria y se solidariza con las víctimas y afectados del COVID-19. El problema de la pandemia por el COVID-19 no es un problema militar, es un problema sanitario que necesita respuestas desde la sociedad civil. Desde nuestro más profundo sentimiento pacifista entendemos que no es momento de militarizar la sociedad. Desplegar militares en la ciudad de Tudela aumentará la sensación de alarma y atemorizará a la sociedad. Creemos que este planteamiento responde a un interés político por parte del Ayuntamiento de Tudela. A su vez, esta idea es un lavado de imagen de la función que cumplen los militares destinados en Bardenas”.
“¿Qué problemas civiles ha habido para defender mayor control, en este caso militar? No hay aglomeraciones, la respuesta civil es ejemplar. El Alcalde de Tudela debería poner en valor la actitud magnífica de la sociedad tudelana, apostar por la responsabilidad de la gente y no por respuestas totalitarias. Ya existen 4 cuerpos policiales (Guardia Civil, Policía Nacional, Foral y Municipal) para dar respuesta a los problemas que se puedan dar. Se plantea inexplicablemente que los militares vayan a tener presencia fija en el Albergue Municipal vigilando a los transeúntes cuando no tienen ni el mínimo perfil en asistencia social o en los centros comerciales cuando en estos puntos no se ha producido ningún problema”, destacan desde Ecologistas en Acción.
Inciden desde Ecologistas en Acción al indicar que “el cuartel de Bardenas no es útil, no lo era antes y no lo es ahora. Desde el Ayuntamiento de Tudela y el Mando Militar pretenden justificar dicho cuartel por razones humanitarias. Cuando desde nuestra entidad pedimos el desmantelamiento del polígono de tiro, no nos referimos a que puedan desarrollar otro tipo de actividades. El cuartel de Bardenas supone un gasto inútil para las arcas públicas. ¿A qué se dedican los 100 militares y mandos en su normal día a día? ¿Cuánto cuesta su mantenimiento económico a lo largo del año? ¿Qué actividad desarrollan mientras no hay maniobras de tiro? El cuartel del polígono de tiro de las Bardenas es una instalación reprobable ética y moralmente, que además en la práctica puede ser perfectamente sustituible por simuladores de vuelo”.
Queremos denunciar que no todo gesto de buena voluntad es positivo o necesario. Debemos sentar ya las bases de un país con unos recursos y servicios públicos, eficaces y de calidad. Eso pasa por reducir el gasto superfluo e innecesario, como el gasto militar, e invertir en servicios verdaderamente útiles para toda la sociedad como la sanidad. Concretamente, esa optimización del dinero público pasa por desmantelar el polígono de tiro de las Bardenas y eliminar su cuartel”, concluyen.
Bardenas Libres y MOC-KEM afirman que “la semántica militar es un arma de peligroso calado”
Los colectivos Bardenas Libres y MOC-KEM (Movimiento de Objeción de Conciencia) también han mostrado su disconformidad con el despliegue militar, señalando que “su semántica militar es un arma de peligroso calado, pues más que mil palabras inútiles vale una que nos otorgue la paz”.
El portavoz de Bardenas Libres, Joseba Amenedo ha indicado que “la realidad que se impone es que, ante el descubrimiento de que para defender a la sociedad en lo que más le preocupa como es la salud, el trabajo y los valores sociales, el supuesto Ministerio de Defensa no sirve, y por lo tanto su presupuesto (desorbitado y creciente de año en año) es un despilfarro y es mejor destinarlo a otros ministerios que están más en sintonía con el concepto de defensa social. Como consecuencia de la situación de alarma generado por el virus, el Ejercito y sus defensores han decidido tomar las calles, ahora que están vacías y nadie les puede afear su inutilidad. Y es por esto que los vemos en paradas militares absurdas, suplantando a la policía municipal, bomberos, sanitarios, etc”.
Por su parte, Teo Llorens, portavoz de AA-.MOC-KEM se pregunta “¿qué sentido tiene militarizar los servicios de protección civil y de limpieza cuando la propia sociedad ha dado un ejemplo de organización, solidaridad y respuesta social ante la falta de recursos sanitarios?”, e indica que “socialmente estamos en una encrucijada que debería servirnos para abrir un debate sobre los valores a defender y los modelos de defensa que la sociedad requiere. No creemos que llenar las calles de soldados cuando la sociedad está mostrando una cultura de responsabilidad, sea lo adecuado, sino reconocer que la defensa a través del ejercito es un anacronismo y sobre todo un despilfarro peligroso”.
Ambos concluyen afirmando que “el bochornoso espectáculo del despliegue por Pamplona del viernes, o el de la semana pasada en Tudela, como si de ciudades ocupadas se tratara, solo responde a la vuelta de gobiernos con ideologías totalitarias, que, en caso de vencer la pandemia, justificará su modelo de control y vigilancia, que en caso de fallar les será de excusa para que en la próxima no nos pille de sorpresa. ¿Esta es la salida de la crisis que queremos?”.
