Amigos de la Tierra Aragón reclama a la CHE que destine los fondos procedentes de las centrales hidroeléctricas para recuperar los ecosistemas de ribera

Amigos de la Tierra Aragón reclama a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que destine los 15 millones de euros recaudados de las centrales hidroeléctricas a la restauración de los ecosistemas de ribera. En concreto, reclaman una inversión para la recuperación de los bosques de ribera, que en muchos casos han quedado reducidos a una línea de árboles y para el deslinde de las riberas o adquisición de parcelas cercanas a los ríos, para su posterior “naturalización”. Desde el colectivo se reclaman estas inversiones, ya que consideran que las centrales hidroeléctricas, aunque producen energía de una fuente renovable como es …

Central hidroeléctrica. Fotografía: Arainfo
Central hidroeléctrica. Fotografía: Arainfo

Amigos de la Tierra Aragón reclama a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que destine los 15 millones de euros recaudados de las centrales hidroeléctricas a la restauración de los ecosistemas de ribera. En concreto, reclaman una inversión para la recuperación de los bosques de ribera, que en muchos casos han quedado reducidos a una línea de árboles y para el deslinde de las riberas o adquisición de parcelas cercanas a los ríos, para su posterior “naturalización”.

Desde el colectivo se reclaman estas inversiones, ya que consideran que las centrales hidroeléctricas, aunque producen energía de una fuente renovable como es el agua de los ríos, han ocasionado un importante impacto ambiental para ejecutarlas. En muchos casos se han construido grandes embalses que han anegado valles o, como mínimo, han alterado importantes tramos de nuestros ríos para embalsarlos y producir electricidad.

Este tipo de actuaciones, en la mayoría de los casos, incrementa el nivel freático, produciendo
la asfixia radicular de la vegetación y provocando al final su muerte. Asimismo en la mayoría de las ocasiones, con la construcción de presas y minicentrales, se produce una compartimentación de los ríos en pequeños tramos; algo que no es beneficioso para la fauna ni para los ecosistemas.

Desde Amigos de la Tierra Aragón, denuncian también que “en muchas ocasiones la derivación de las aguas para centrales eléctricas deja secos los cauces naturales de los ríos, provocando la muerte de la fauna y flora acuáticas”. Los desembalses repentinos tampoco ayudan, según apuntan desde la asociación, pues “inundan los ríos de fangos originando la muerte de la fauna y flora fluviales”.

Recuerdan, que no se debe olvidar el carácter de los permisos de las centrales y minicentrales hidroeléctricas, que cuentan con autorizaciones de explotación casi a perpetuidad, lo que impide adoptar medidas que reduzcan los impactos ambientales que ocasionan

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