Alto Aragón en Común reclama al Gobierno medidas para conservar la técnica de construcción en piedra seca

La reciente inscripción por la UNESCO del arte de construir muros en piedra seca en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad avala la importancia e interés de esta técnica tan extendida en el entorno rural aragonés

Construcciones con piedra seca en Iglesuela del Cid. Foto: Gobierno de Aragón.

El arte de construir en piedra seca se ha convertido en una figura del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tras la inscripción instada recientemente por la UNESCO en la correspondiente Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Así lo ha puesto de relieve Alto Aragón en Común en el preámbulo de las preguntas formuladas a la Mesa del Congreso a través del diputado en Cortes Jorge Luis Bail. Esta organización de confluencia se interesa por las repercusiones derivadas de la catalogación, tanto en lo relativo a la política de protección como en la promoción de un patrimonio con una rica presencia en Aragón.

Las comarcas de Sobrarbe, Chacetania, Alto Galligo y Somontano de Balbastro, así como el territorio de la Sierra de Guara, conservan en sus paisajes rurales importantes exponentes de la arquitectura popular levantada en piedra seca, y aun cuando esta técnica constructiva ya goza de protección merced a la declaración de bien catalogado inmaterial del Patrimonio Aragonés, una acción específica por parte del Gobierno central a través del Ministerio de Cultura en colaboración con los organismos autonómicos, podría reportar importantes beneficios a todos los territorios comprendidos en el ámbito de la inscripción promovida por la UNESCO.

Alto Aragón en Común considera que es fundamental para la preservación de la técnica tradicional basada en una economía de muy limitados recursos y en el aprovechamiento de los materiales del entorno, la adopción de medidas destinadas a la enseñanza y divulgación del proceso a través de escuelas taller, campos de trabajo, congresos, etc., en los que colaboren las administraciones y los institutos de empleo capacitando a futuros constructores y fomentando los usos culturales y turísticos de esta vertiente del patrimonio.

Asimismo, entre otras medidas, se apunta la importancia de catalogar las muestras más representativas -casetas, paredes de terrazas o de caminos conforman valiosos paisajes-, realizando una revisión bibliográfica y una prospección territorial extensiva para describir y localizar los conjuntos más relevantes, cuya conservación debería procurarse. Esta información, además, propiciará la identificación de itinerarios culturales en torno al mundo rural, cada día más necesitado de promoción y recursos para fijar la población.

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