Siete claves para ahorrar en la cuesta de enero y evitar que se convierta en una montaña de deudas

ADICAE aconseja hacer un presupuesto realista de ingresos y gastos familiares; revisar la garantía antes de volver a gastar; desistir y reclamar; usar las tarjetas con cobro a mes vencido; huir de las tarjetas 'revolving'; comparar y negociar antes de pedir un crédito, y no caer en la trampa de los microcréditos y créditos rápidos

El uso responsable de las tarjetas es una de las siete claves que ofrece ADICAE.

La temida 'cuesta de enero' puede complicarse aún más para las familias si tenemos en cuenta que los consumidores españoles no han tenido ni un respiro para el ahorro tras ser 'bombardeados' de manera consecutiva con agresivas campañas publicitarias que fomentan el consumismo: Black Friday, Cibermonday, Navidad, Reyes y ahora las rebajas, incluso adelantadas por el gran comercio.

Por ello, la asociación de consumidores ADICAE ofrece una serie de pautas y consejos, guiadas por el consumo responsable y crítico.

Presupuesto y planificación

Para empezar bien el año, lo primero es elaborar un presupuesto realista en el que se detallen los ingresos y gastos de la unidad familiar, teniendo en cuenta que el pago de gastos fijos de la casa -como hipoteca, luz, agua...- no debería sobrepasar el 30% de los ingresos. De ese modo se garantizarían suficientes ingresos para los gastos de primera necesidad -comida, ropa...- y un colchón para ahorrar un mínimo y otro para gastos extraordinarios o imprevistos.

Revisar la garantía antes de gastar

Si algún artículo se rompe o sufre una avería, el consumidor debe recordar que por ley todos los productos tienen una garantía de 2 años, independientemente de si la empresa ha ampliado ese plazo. Por ello, antes de gastar el dinero en uno nuevo, hay que revisar si el producto está en garantía y puede ser reparado o sustituido. Y, si la garantía hubiera concluido, valorar la reparación y en último caso el reciclaje, contribuyendo así a no alimentar el fenómeno de la obsolescencia programada.

Reclamar, una sana costumbre que puede ahorrar

Del mismo modo, ADICAE recuerda a todos los consumidores que deben ejercer sus derechos, entre ellos el de desistimiento -14 días naturales en compras a distancia u 'online'- o el de reclamar ante al Servicio de Atención al Cliente de la empresa, que deberá dar respuesta en 1 mes. Si, transcurrido ese plazo, la queja no se ha resuelto de forma satisfactoria, el consumidor podrá acudir al sistema extrajudicial de resolución de conflictos si la empresa está adherida a esta vía -o proponérselo si no lo está- para buscar una solución amistosa.

Reclamar, consiguiendo la devolución o la sustitución, puede evitar nuevos desembolsos de dinero innecesarios y contribuirá a que la empresa no reproduzca el abuso sobre otros consumidores

Uso responsable de las tarjetas

ADICAE recomienda hacer un uso responsable del 'dinero de plástico' -tanto en operaciones físicas como 'online'-, ya que con las tarjetas suele ser más difícil tomar conciencia del dinero que llevamos gastado.

En ese sentido es preferible utilizar las tarjetas de débito -cuyo gasto se refleja inmediatamente en la cuenta bancaria- y tarjetas de crédito estándar, es decir, de pago mensual o a mes vencido, en las que los gastos se liquidan 30 o 40 días después de haber realizado las compras.

Utilizando de esta manera la tarjeta de crédito es posible afrontar un gasto imprevisto y disponer del dinero durante el plazo marcado por la entidad financiera hasta el cobro, sin necesidad de pagar intereses.

No aplazar pagos con tarjetas 'revolving'

En cambio, hay que huir totalmente de utilizar en modo 'revolving' las tarjetas de crédito del banco y las tarjetas de financiación que ponen a nuestra disposición grandes centros comerciales y cadenas de distribución.

La modalidad 'revolving' conlleva aplazar gastos de la tarjeta de forma que el usuario vuelva a disponer del crédito, pero a medida que se usa la tarjeta la deuda se regenera y va aumentando: en la práctica, lo que el usuario abona en cada cuota aplazada son básicamente intereses pero no el capital a devolver, por lo que la deuda nunca acaba de liquidarse y por tanto los intereses siguen creciendo.

Si hay que pedir créditos, comparar, asesorarse y negociar 

Si al usuario tuviera que pedir un crédito ante una necesidad excepcional, ADICAE siempre aconseja acudir antes a un familiar o un conocido que le pueda prestar el dinero necesario de forma que no le cobre intereses y lo pueda devolver en unos plazos más cómodos. Otra opción puede ser pedir un adelanto de la nómina, siempre que no comprometa la economía familiar a futuro.

En caso de que no quedara más remedio que acudir a entidades financieras tradicionales, que además están encareciendo el crédito al consumo, ADICAE recuerda la importancia de no aceptar la primera oferta que nos llegue: hay que buscar distintas ofertas, compararlas con sentido crítico, analizarlas antes con un experto independiente o una asociación de consumidores especializada como ADICAE, y tener presente que las ofertas y condiciones pueden negociarse para mejorar las propuestas originales.

En todo caso, igual que ocurre para pedir cualquier tipo de préstamo, es importante contar con una cantidad inicial ahorrada para afrontar el gasto en cuestión, de forma que la cantidad que pidamos prestada en realidad financie una parte del gasto y no el total. De ese modo reduciremos tanto el capital a devolver como los intereses.

Por supuesto, solo se debe solicitar un préstamo si estamos 100% seguros de que contaremos con ingresos garantizados para devolver el préstamo en la fecha acordada. Cualquier demora en el pago del préstamo generará intereses mucho mayores e incrementarán la cantidad a devolver mediante la famosa TAE, habitualmente escondida en la letra pequeña de los créditos.

No caer en el "dinero rápido y fácil" de créditos rápidos y microcréditos

La última opción para financiar los gastos familiares –tanto los de la 'cuesta de enero' como los de cualquier otro mes del año- siempre debería ser acudir a los préstamos al consumo y más concretamente a los llamados créditos rápidos y microcréditos, concedidos con frecuencia por entidades que no están reguladas por ningún supervisor financiero. Estos productos que se promocionan bajo señuelos publicitarios como "dinero fácil al instante y sin complicaciones", imponen muchas veces de manera no transparente unos intereses de usura que acaban convirtiéndose en una espiral de deudas que incluso puede conducir a ser víctima de empresas de recobro y listas de morosos.

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