
Decenas de miles de personas afectadas por el tifón Haiyan deambulan en busca de alimento, agua, cobijo y atención sanitaria, en numerosas regiones de Filipinas cuatro días después del paso devastador del inclemente fenómeno meteorológico. Además, el acceso a las zonas más afectadas se está viendo dificultado por los daños causados sobre las infraestructuras y las comunicaciones del país.
Sin embargo, y a pesar de las dificultades, se han activado los protocolos internacionales de emergencia humanitaria para el traslado de ayuda humanitaria sobre el terreno por parte de un gran número de organizaciones no gubernamentales, así como la puesta en marcha de diferentes vías de captación de fondos para hacer frente a las necesidades de los supervivientes. Desde la Delegación de Zaragoza de Manos Unidas, que trabaja hace más de 5 años con la organización Bicol Consortium for Development Initiatives -BCDI- con gran experiencia en la realización de proyectos de prevención y ayuda ante desastres naturales, se han abierto cuentas para donativos en Ibercaja y Caja3. Por su parte Cáritas Aragón participa en la difusión de herramientas de apoyo de su propia Red Internacional con sedes locales en Filipinas, y otras ONGDS aragonesas miembros de la Federación Aragonesa de Solidaridad ultiman sus planes de emergencia y coordinación con sus 'socios locales' para trabajar sobre el terreno.
Evaluaciones in situ
Médicos sin Fronteras ha estado evaluando desde el pasado sábado día 9 las necesidades existentes en la ciudad de Cebu -la segunda ciudad más grande de Filipinas-, lugar donde está el aeropuerto operativo más cercano a la zona del desastre, 15 miembros de los equipos de emergencia reportan constantemente. Esta organización está reforzando sus equipos mediante el envío de 50 personas más, incluyendo personal médico, psicólogos y logistas, que llegarán en los próximos días a las zonas afectadas. Los equipos de MSF están ubicados actualmente en Cebu.
Varios trabajadores y trabajadoras de la organización se dirigen a Tacloban y a las islas al oeste de Cebu, y son quienes informan que “los tipos de lesiones que esperamos encontrarnos son fracturas y laceraciones. Es importante que las víctimas reciban atención médica tan pronto como sea posible para evitar complicaciones e infecciones. Las estructuras médicas han resultado dañadas o destruidas y se ha perdido abundante material médico. Existe una falta de información muy preocupante sobre cómo están las cosas en las zonas rurales más remotas. Hoy martes por la mañana esperamos tener un equipo médico en Tacloban, ciudad devastada desde el primer momento en el que el tifón azotó la costa. Ese equipo contará con dos médicos y un especialista en ortopedia. Las dificultades para llegar a la zona afectada son enormes y el acceso resulta tremendamente complicado. El aeropuerto de Tacloban está muy dañado y los caminos permanecen bloqueados. Hay poca información disponible sobre la situación al oeste de Cebu, pero dada la magnitud del desastre, y en vista de los daños que se han producido en este área, se estima que las principales necesidades serán la provisión de refugio, agua y comida”.
Los equipos de MSF están actualmente organizando el suministro de medicamentos, de material médico y de utensilios para purificar el agua. También se están organizando paquetes de artículos de primera necesidad, que contienen lonas de plástico para refugio, utensilios de cocina y productos de higiene personal. Los equipos estarán también muy pendientes de los posibles brotes epidémicos que pudieran darse. MSF está enviando otras 329 toneladas de artículos médicos y de emergencia en 3 aviones de carga que llegarán a Cebu en los próximos tres días. El cargamento incluye material médico para el tratamiento de los heridos, material para consultas médicas, vacunas contra el tétanos, tiendas de campaña y artículos de higiene. Y otro avión de carga más saldrá a lo largo de estos días con material para el saneamiento de agua, un último avión de carga partirá desde Burdeos con un hospital “hinchable” y más material médico.
Zaragoza hermanada con Zamboanga, en el sur de Filipinas
El Grupo municipal de CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado al gobierno municipal que envíe, de manera urgente, todos los medios y personal humanitario disponible hasta la región devastada del sur de Filipinas, en concreto a Zamboanga, la ciudad hermanada con la capital de nuestro país desde marzo de 2008. “No nos podemos quedar de brazos cruzados ante esta desgracia que afecta a miles de personas, y más cuando una de las ciudades afectadas está hermanada con nuestra ciudad por lo que el Ayuntamiento de Zaragoza debe demostrar su solidaridad de manera inmediata”, afirma Leticia Crespo, concejala de CHA.
“La situación en la zona es dantesca. Se habla de 10.000 personas muertas y miles de desaparecidas, ciudades devastadas y arrasadas en una zona doblemente castigada también por un terremoto el mes pasado. Zamboanga que fue fundada, por tropas de los ejércitos coloniales españoles, como fortaleza militar en 1635, es de un tamaño similar al de Zaragoza ya que cuenta con una población de más de 700.000 habitantes. No podemos defraudar a esta población que ha sufrido un golpe tan desolador por lo que urgimos al gobierno municipal a que actúe y envíe ya toda la ayuda necesaria, tanto material como efectivos de bomberos”, solicita Leticia Crespo.
Asimismo, CHA quiere hacer “un llamamiento a la solidaridad y a la cooperación para con esta zona del planeta devastada por fuerzas naturales porque la lejanía de este tipo de desastres no puede servir de excusa para no actuar. Parece que estamos inmunizados ante este tipo de desgracias por el hecho de que sucedan al otro lado del mundo pero esta distancia se acorta, precisamente, por el compromiso adquirido a través de este hermanamiento entre Zaragoza y Zamboanga que nos obliga más que nunca a estar con ellos”, concluye la concejala de CHA.
Testimonio de la doctora Natasha Reyes, coordinadora de MSF en Filipinas
Cebu, Filipinas | 11 de Noviembre de 2013 | Ahora mismo estamos trabajando en un vacío informativo. Lo poco que vemos ya nos indica que la situación es terrible, pero lo que no vemos es lo más preocupante. La información que recibimos de Tacloban es que la ciudad entera, de 400.000 personas, ha sido devastada. Además, hay cientos de pueblos esparcidos a lo largo de miles de kilómetros por los que ha pasado el tifón y en los que las comunicaciones se han cortado.
Honestamente, nadie sabe cuál es la situación en estas zonas más remotas y rurales, y pasará un tiempo hasta que tengamos una visión general. Este tipo de desastres no tiene precedentes en Filipinas. Las consecuencias son parecidas a un gran terremoto seguido de enormes inundaciones. En una primera fase nos centraremos en la provincia de Leyte, que fue la primera golpeada cuando el tifón tocó tierra. Sabemos que hay centros de salud que han sido destruidos o dañados y que el material médico ha desaparecido. Además, es imposible contactar con la mayoría de profesionales de la salud, lo que significa una merma de los recursos disponibles.
Los heridos se han aglomerado en el aeropuerto de Tacloban, donde el ejército de Filipinas está ofreciendo asistencia médica. Están bajo mucha presión, sobre todo por la necesidad de medicamentos y suministros, por lo que allí vamos a habilitar un equipo médico para darles apoyo. La gente está llevando a los heridos al aeropuerto en motocicletas o a pie, y el trayecto tarda en cubrirse seis horas caminando. El hospital regional de Tacloban ha sido golpeado por una inundación costera propiciada por la tormenta y el equipamiento médico ha desaparecido. Todavía no está claro qué ha quedado en pie. Hemos identificado un hospital operativo en Tacloban, al que estamos planeando apoyar con personal médico, suministros y equipamiento en los dos próximos días.
Hay heridos que aún no han recibido atención médica. Normalmente, en este tipo de desastres las principales necesidades están relacionadas con los desplazados y las heridas son relativamente menores: cortes, fracturas de huesos o heridas en la cabeza. Pero con tantas casas y edificios destruidos a causa de los fuertes vientos, esperamos ver heridas de consideración. La infección por tétanos también es un riesgo importante. Nuestra experiencia en el tsunami de Aceh (2004) y otros desastres nos dice que la gente tiende a rebuscar en los escombros de sus casas y se hacen cortes que se infectan rápidamente, así que la vacunación contra el tétanos es fundamental.
Nuestra prioridad es atender las necesidades médicas urgentes e inmediatas: estamos seguros de que hay muchas. Después vienen muchas cosas más: cobijo, agua y comida. Lo han perdido todo. Nos llega información de que hay gente que deambula por la zona, absolutamente desesperada. Los problemas de salud mental serán enormes: a nuestro equipo se le unirá un psicólogo en los próximos días. A corto plazo, el reto es hacer llegar al personal y los suministros a la zona afectada. Tacloban tiene capacidad limitada para los vuelos, pero estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para que nuestros equipos estén operativos lo antes posible. A medida que podamos enviar más equipos a las zonas afectadas, nuestra estrategia será trasladarnos a los alrededores de Tacloban y a las islas vecinas. Creemos que Samar Oriental será probablemente la siguiente zona prioritaria de acción. Eso significará usar un helicóptero para evaluar la situación en las zonas más rurales, y también usar lanchas y barcazas para visitar, tratar y abastecer con suministros a las poblaciones en zonas costeras a través de equipos móviles.
Como filipina, sé que somos resistentes. Hemos sido golpeados una y otra vez por los desastres naturales, por lo que si hay tanta gente desesperada y aturdida, la situación debe de ser realmente mala.