La clase trabajadora y el movimiento estudiantil paralizan el Estado francés

El Estado francés vivió este jueves una nueva huelga general convocada contra la reforma laboral impulsada por el presidente François Hollande. La convocatoria realizada por los cuatro grandes sindicatos franceses y las dos mayores organizaciones estudiantiles fue todo un éxito

Foto: LibreRed

Unos 390.000 manifestantes marcharon por las calles de las principales ciudades, según los datos oficiales del Ministerio del Interior francés y la Prefectura de París -el doble que en el anterior paro-, mientras que las centrales convocantes elevan la cifra hasta 1,2 millones.

Entre los lemas más repetidos en las manifestaciones y protestas, destacan los de “No toquéis mi ley” [laboral], “Merecemos más que eso”, “Un gran salto adelante hacia el siglo XIX” y “1916: carne de cañón, 2016: carne de patrón”.

Las organizaciones convocantes exigen la retirada del proyecto de ley que lleva el nombre de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, ya que -denuncian- supone “regresiones históricas” porque “facilita el despido”, permite revisar las normas sobre tiempo de trabajo para ampliar horarios y concede prioridad a los acuerdos en las empresas sobre la legislación laboral o los convenios colectivos nacionales.

Los sindicatos que reclaman la retirada del proyecto de ley han anunciado ya una nueva jornada de movilización el próximo 9 de abril.

Disturbios en las calles

En París, Nantes, Rennes y Marsella se registraron algunos incidentes. En total, unas 30 personas fueron detenidas en todo el Estado, algunos agentes resultaron heridos por los lanzamientos de piedras, botes de pintura y cócteles molotov, a los que respondieron con gases lacrimógenos y cargas policiales. El portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll, hizo un llamamiento a la calma para “no dar la ocasión a algunos de realizar destrozos o ejercer la violencia”.

Además, unos 200 liceos fueron bloqueados en toda Francia durante la mañana por los estudiantes de secundaria o fueron cerrados por sus directores.

Transporte paralizado

La huelga causó retenciones acumuladas de 430 kilómetros en las carreteras y autopistas de acceso a París, casi el doble de lo habitual. También afectó a los ferrocarriles, en particular a los cercanías de París y los trenes regionales, solo circularon la mitad de los trenes. En la capital francesa, se redujeron las frecuencias del Metro en un 25%.

En los quiscos no hubo prensa diaria -los medios de comunicación protestaron el miércoles-, y se produjeron alteraciones en numerosos servicios públicos.

Las compañías aéreas que operan en París-Orly habían cancelado antes del arranque de la huelga un 20% de sus vuelos en ese aeropuerto y un tercio en el de Marsella. La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) indicó que se registraron numerosos retrasos y que el paro salpicó a los aviones que sobrevuelan el espacio aéreo francés.

La oposición a ese proyecto de ley comenzó a finales de febrero, cuando se filtraron algunos puntos, y hasta este jueves, el momento más intenso de esas protestas fue el pasado 9 de marzo, cuando entre 200.000 personas -según las autoridades- y 450.000 -según los convocantes- se manifestaron en las calles de todo el país.

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