Las propuestas

José Antonio Luque, analista y colaborador de AraInfo

Parece que fue ayer y ya estamos nuevamente inmersos en otra campaña electoral. Atrás queda el infausto 20 de noviembre del 2011 en el cual el resultado de las elecciones legislativas concedió a Mariano Rajoy la Presidencia del Gobierno. A él se le habrán hecho muy cortos estos cuatro años, a nosotros eternos. Sustentado en un bombardeo incesante hacía el timorato PSOE de Zapatero, alimentado por la ceguera de un Rubalcaba perdido ideológicamente y vendido a los dueños de Europa, el previsible resultado nos ha deparado cuatro años de purga por nuestra ignorancia y estulticia.

Mediante un exhibicionismo obsceno de los datos macro-económicos, los miembros del Gobierno quieren presentarnos un panorama de color azul gaviota manipulando unos números de la forma más artera posible. Por otra parte postura nada sorprendente la del Ministro de Economía; sí de Guindos fue incapaz de detectar un chanchullo como Lehman Brothers, ¿Cómo va a vislumbrar las complejidades económicas de un País?

Como son unos ineptos para analizar las cifras se inventan las respuestas. Por si le sirve al Gabinete aquí dejamos unos modestos apuntes sin coste alguno.

Una de las principales lacras con las que tiene que convivir el país sigue siendo el desempleo, (otra de ellas es el latrocinio mal llamado corrupción). Las cifras de paro se mantienen en los mismos índices que al principio de la legislatura. La bajada porcentual no es debido a la recolocación de desempleados, la causa fundamental la encontramos en la disminución de la población activa. Hartos de portazos en las narices y de ofrecimientos de empleos degradantes, las personas que han tenido oportunidad, es decir los mejor preparados, han salido de España en búsqueda de una colocación fuera de las garras de Rosell y sus cómplices, o sea han huido de la patronal española y por ende de un gobierno que se ha convertido en el guardaespaldas de los empresarios.

A pesar de las músicas y fanfarrias con las que el Gobierno intenta vender su gestión la realidad es machaconamente desoladora:

Ha aumentado la tasa de pobreza en España aunque Monseñor Cañizares no lo perciba, quizás debería desprenderse de la magna capa y darse una vueltecita por los comedores sociales.

La desigualdad se ha disparado a índices desconocidos en las últimas décadas. En la Unión Europea ya hemos conseguido ser medalla de plata en esa vergonzosa clasificación, solo somos superados por una potencia como Letonia. Aquí debería ir una foto de Rajoy en el podio recogiendo la presea, la entrega iría acompañada de las notas del Himno Nacional. Emoción asegurada.

La flexibilidad laboral únicamente esconde precariedad en el trabajo. El modelo que nos invitan a imitar es el sistema productivo chino, en el cual hay trabajo para todos y beneficios para unos pocos. En el antiguo Egipto ya habían dado con la formula cuando construyeron las pirámides con miles de esclavos.

Los prebostes todavía no se han enterado que el trabajo es sólo el medio para alcanzar recursos económicos que permitan vivir en condiciones dignas. El trabajo por sí mismo, sin la finalidad remunerativa, no sirve para nada. Bueno si sirve para algo, para el enriquecimiento de los amos de los medios de producción.

No eran necesarias tantas sesiones parlamentarias, tantos debates, tantos procesos denominados democráticos; en su día Franco ya dio con la tecla: regaló mano de obra gratis a sus amigos condenando a trabajos NO remunerados a los presos políticos. El resultado fueron ingentes beneficios para las empresas impulsoras de la economía del régimen. Indaguen la forma en la que cimentaron sus fortunas los Huarte, los March, los Kindelan, los Banús etc.

Durante el oscuro periodo al que nos vimos sometidos tampoco existían cifras de desempleados, el dictador se curó en salud promulgando la ley de vagos y maleantes, ¡A ver quién era el guapo que reconocía su desocupación! Con esto no quiero dar pistas a la ministra Bañez no vaya a ser que, después de encomendarse a la Virgen del Rocío, la impulsora de la movilidad ocupacional nos rocíe con leyes similares. Con las reformas introducidas en la legislación laboral camino lleva.

Una vez marcada la fecha de los comicios, se ha abierto la veda de captura del voto, los políticos comenzaran a utilizar su acerado verbo cual arma de caza en pos de cobrar el mayor número de piezas posible. Con tal de alcanzar su propósito ofrecerán el paraíso, no importa que después solo cumplan (en el mejor de los casos) el 3 % de su programa electoral, las excusas recurrentes son de más variopinto: que si la situación heredada, que si la coyuntura internacional, que si la abuela fuma o el niño necesita unas zapatillas, al cabo de cuatro años cualquier cosa sirve para prometer de nuevo sin haber cumplido las propuestas previas.

Dado que el actual sistema alimenta estafadores, que durante la campaña electoral ofrecen un producto y una vez en el poder no practican con lo ofrecido, tendría una gran acogida que alguna de las formaciones emergentes (los acomodados en el sistema no lo van a hacer) llevara en su programa una iniciativa legislativa que exigiera depositar en sede notarial el documento por el cual se obligarían a cumplir las promesas.

El incumplimiento fehaciente -de por ejemplo el 20% del programa- acarrearía la perdida de todas las subvenciones al partido y de todos los pagos por votos recibidos, así mismo la infracción implicaría la devolución de las remuneraciones de los diputados por incumplimiento de contrato.

De un plumazo se terminaría la fea tradición de vocear soluciones y después imaginar disculpas. Catalogado el hecho como delito de Estafa, El Código Penal establecería penas de privación de libertad para los irresponsables de las formaciones políticas.

Me acabo de despertar y llueve, ¡Soñar es tan barato!

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