Cómo en años anteriores, la ciudad francesa, sede del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, acogió a personas kurdas llegadas de toda Europa, la mayoría del Estado francés y Alemania. Al frente de la manifestación, la organización situó a las 200 internacionalistas de hasta 17 estados que marchaban con el movimiento kurdo hacía diez días desde Luxemburgo.
La movilización se vio afectada por los bloqueos en la mayoría de accesos de la ciudad efectuados por la policía francesa, que alegaba motivos de seguridad para no dejar pasar la marcha, así como por una fuerte y constante nevada que hizo que muchas personas de ciudades más alejadas no acudieran a la cita.
Durante el recorrido se corearon lemas y consignas como "Una solución política para el Kurdistán", "Erdogan terrorista" o "Todas somos antifascistas", en francés, inglés o italiano. La imposibilidad de acceder al centro de Estrasburgo y la ausencia total de medios de comunicación internacionales contribuyeron a la invisibilización de este marcha que se suma al silencio de las instituciones europeas respecto a la situación del Kurdistán.
La manifestación acabó en un gran acto en el cual se leyó un comunicado instando la comunidad internacional a intervenir en la ocupación turca en la región kurdo-siria de Rojava. Decenas de internacionalistas leyeron manifiestos en solidaridad con el pueblo kurdo y a favor de su revolución.
El acto servía para conmemorar los 19 años del "complot internacional contra el líder kurdo Abdullah Öcalan, secuestrado y recluido en la isla-prisión de Imrali", como denunciaba Sivan Zerdesti, miembro del Congreso Nacional del Kurdistán. Según fuentes del movimiento kurdo, hace más de un año que "no hay ninguna evidencia de qué Öcalan esté recluido a la misma prisión o incluso que siga con vida".
Esta manifestación puso el punto final a la segunda Marcha Internacional en solidaridad con el pueblo kurdo, que ya se había concentrado el día anterior ante la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra. Para acabar, entre tés y hogueras improvisadas, una banda musical interpretó canciones y danzas tradicionales kurdas.
Una vez desconvocado el acto y con la mayoría de participantes ya de vuelta a casa se registró un ataque fascista turco a uno de los autocares de las miembros del Partido de la Unión Democrática (PYD) de Rojava que se encontraba aparcado en los alrededores del recinto del acto.