Hoy es 15 de marzo de 2020 y se cumplen 9 años del inicio del “Movimiento 15M”. Con motivo del programa especial de “Carne Cruda”, comparto estas reflexiones que he expresado en la radio que fue el medio de comunicación de aquellos días de indignación en las plazas. Yo por entonces dinamizaba La enredadera en Radio Topo, otro programa que fue altavoz de las luchas de esos tiempos.
¿Dónde estaba en el 15M?
En Zaragoza el domingo 15 de mayo de 2011 celebramos dos manifestaciones importantes. Por la mañana estuvimos en una marcha que llevábamos meses preparando y en la que aglutinamos a todo tipo de colectivos aragoneses: en defensa del territorio y de los derechos laborales, por los servicios públicos y libertades sociales, sexuales y culturales. Fue una manifestación preciosa, con varias miles de personas, casi todas “activistas” del tejido asociativo.
Y, por la tarde, el desborde se produjo en una convocatoria “incierta” promovida por un incipiente grupo llamado “Democracia Real Ya”. Fue una “mani” llena de jóvenes y gente diversa, activistas y también personas que hacía tiempo que no acudían a las tradicionales manifestaciones de las luchas populares.
Acabamos en la plaza del Pilar y convocamos para otro día un taller de autodefensa no violenta, que dio lugar al comienzo de la acampada. Esa tarde hubo mucha tensión con la policía, que no quería que levantáramos una carpa que habíamos llevado. Pero nos pusimos tercos y mantuvimos la carpa. En apenas unas horas, las decenas de personas que allí estábamos decidimos acampar ahí, entre la Basílica del Pilar, el Ayuntamiento de Zaragoza y la Delegación del Gobierno de España. En apenas unos minutos ya había comisiones de logística, de prensa, de alimentación…. Y todo lo que vino después.
Personalmente, yo cada noche volvía a mi pueblo, Nuez de Ebro. Por entonces, había decidido arreglar la casa que mi yayo Félix había construido 40 años antes y que actualmente habitamos. En ese momento, iniciábamos un proyecto familiar para vivir con menos para vivir todos mejor, practicando la agroecología, la ruralidad, el ecologismo social y disfrutando de alternativas a las lógicas del capitalismo.
El 15 de mayo también es San Isidro Labrador, el patrón de los labradores. Es un día de celebración en nuestro pueblo (y en muchos otros), de reconocimiento a nuestros agricultores y ganaderas. Estos días, en los que no podemos juntarnos, quiero trasmitir un reconocimiento y un aplauso especial para quienes nos alimentan y garantizan que nos llegue comida, aún en estos momentos duros de pandemia por el coronavirus.

Principales enseñanzas. Del 15M al Coronavirus
El 15M fue un soplo de esperanza colectiva e ilusión. No queríamos que nos hicieran la política, por lo que nos tocó organizarnos y comprometernos. Algunos salimos del “confort” de las burbujas o guetos, para tender puentes con gentes bien distintas, cabalgar contradicciones y ser pueblo.
Estos dos meses de confinamiento han mostrado la enorme capacidad que tenemos para cambiar. En una tensión permanente entre los aplausos solidarios y los “ventanazis”, entre la esperanza y el control de los policías de balcón.
La sociedad mundial, en su gran mayoría, está demostrando un sentido común, una autorregulación individual y colectiva y una corresponsabilidad que me llena de esperanza.
Muchos de nuestros problemas no han comenzado en marzo. En muchos casos se han agudizado, pero vienen de lejos, de una crisis estructural, civilizatoria, de energía, de materiales, de calentamiento global, de pérdida de biodiversidad… Todos somos conscientes de las dificultades para pagar hipotecas, de los salarios de mierda o de la importancia de mejorar nuestra sanidad pública… y poco a poco, china chana, vamos siendo conscientes también de cómo esta pandemia y sus consecuencias tiene mucho que ver con el desmantelamiento de la base material que sostiene la vida.
Especialmente, hemos constatado nuestra fragilidad como sociedad. El propio sistema económico es frágil y está estancado, hay problemas estructurales en el capitalismo para seguir creciendo y especulando como lo ha hecho en las últimas décadas.
Nuestra alternativa ya existe y es diversa y poliédrica. No hace falta inventar la rueda. Hay comercios de barrio, alimentos de proximidad, cooperativas, pequeñas y medianas empresas, negocios de autónomos, iniciativas sociales… que merecen la pena, que lo están haciendo bien, y es el momento de apoyarles. Es tan fácil como cambiar el contrato de la luz con una compañía como Som Energía, comprar directamente a agricultores cercanos en mercados o con la venta directa de cajas que te lleva a casa, viajar en medios de transporte menos contaminantes o intentar mejorar hábitos cotidianos sin tanto consumismo innecesario para ser felices.
Retos y evolución en los movimientos sociales
En mi ámbito político, mi punto de vista es similar al de hace 10 años.
Los movimientos sociales son imprescindibles para reivindicar y experimentar, de la protesta a la propuesta. Para poner en marcha pequeños proyectos comunitarios, en una red global de muchísima gente luchando para cambiar el mundo.
Y la vía institucional me parece súper importante. Hemos dado pasos de gigante en este sentido. Sin Podemos en los Gobierno de España o de Aragón, la crisis sería muy distinta: ahora la vida está en el centro y el objetivo, con las limitaciones y errores, propios y de la correlación de fuerzas institucionales, es evidente: no dejar a nadie atrás en lugar de rescatar a bancos y especuladores.
Cada quien verá el vaso medio lleno o medio vacío. Yo soy radicalmente optimista y voluntarioso.
Nuestro principal reto colectivo es ser mejores y hacerlo mejor, desde el ámbito político en el que estamos. En Unidas Podemos y en otros ámbitos políticos transformadores debemos esforzarnos para no repetir lógicas competitivas y que reproducen esquemas del sistema que queremos finiquitar. Nuestro deber y reto colectivo es cohesionar un movimiento diverso y feminista, dentro y fuera de las instituciones, cooperativo y consciente de los enormes retos colectivos que tenemos por delante.
Yayo Herrero dice algo que comparto: La política debería sacar lo mejor y más bonito de nosotras mismas. En eso estamos.