El Congreso de EEUU publicó este viernes el informe de 28 páginas hasta ahora secreto, desde 2002, sobre las investigaciones de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11S), en el que se trata el papel que pudo haber desempeñado el Gobierno de Arabia Saudí en los ataques de Al Qaeda contra el World Trade Center y el Pentágono.
"En Estados Unidos, algunos de los secuestradores del 11 de septiembre estaban en contacto y recibieron el apoyo o asistencia de individuos que pueden haber estado en contacto con el gobierno de Arabia Saudita", apunta el informe.
Según fuentes del FBI, al menos dos de las personas eran supuestos agentes de Inteligencia saudí. Del mismo modo, la investigación sugiere que estas personas vinculadas al Gobierno saudí tenían lazos con Al Qaeda y otros grupos.
Sin embargo, el informe desclasificado no determina la responsabilidad de Arabia Saudí en los atentados: "En sus testimonios, ni los testigos de la CIA ni del FBI fueron capaces de identificar definitivamente el grado de apoyo de Arabia Saudita a la actividad terrorista a nivel mundial o dentro de Estados Unidos".
La Casa Blanca ha restado importancia a la información y alegado que la comisión para investigar el 11S creada por el Congreso "examinó a fondo el asunto" y no encontró pruebas de un vínculo entre las autoridades saudíes y los secuestradores que atentaron contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.
En un comunicado, el embajador saudí en Washington, Abdullah Al-Saud afirmó: "Esperamos que la publicación de estas páginas despeje, de una vez por todas, las persistentes preguntas o sospechas sobre las acciones, intenciones o la larga amistad de Arabia Saudí con EEUU".