Hablando de empresas y de contratas municipales

En estos últimos meses se anda a vueltas con la cuestión de una eventual remunicipalización de los servicios que prestan varias empresas de contratas

En la ciudad de Zaragoza, así como en muchas otras a lo largo y ancho de la península, son muchos los puestos de trabajo que generan estas corporaciones, todas ellas grandes empresas con miles de trabajadores, que al mismo tiempo se embolsan cantidades muy sustanciosas de dinero público.

El cambio de gobierno municipal ha sacado a la luz varios casos de incumplimiento de condiciones por parte de estas empresas, algunos totalmente escandalosos. Los suficientes como para poder hacer una extensa noticia sobre el tema.

¿Quiénes son estas empresas? Habrá que conformarse con un repaso didáctico, dado que es mucho más difícil aclarar por qué monstruos empresariales como Eulen, FCC, Securitas, Ferrovial o Valoriza ganan un concurso tras otro considerando que la eficacia económica de dichas labores mediante la externalización sería, como poco, cuestionable.

Lo primero que llama la atención al profundizar sobre el tema es que se podría intercambiar el nombre de la ciudad y las empresas seguirían siendo prácticamente las mismas. Un grupito de no más de 15 empresas copan la práctica totalidad de los platos fuertes de las contratas: limpieza de edificios, limpieza viaria, mantenimiento y seguridad.

Cuando hablamos de estas marcas, ¿estamos hablando de un simple intercambio económico o hay algo más allá? ¿Hasta qué punto son cruciales en la gestión de la realidad cotidiana y qué peso tienen en las instituciones?

Las respuestas están más a la vista de lo que suponemos. Al igual que un prestamista tiene agarrado a un mal pagador, corporaciones a las que se les adeuda millones de dinero público terminan teniendo una labor de control real sobre trabajos que se desempeñan para lo común, pero que derivan el beneficio económico a sus juntas de accionistas.

Algunas son todo un clásico en nuestra ciudad (y en muchas otras insisto) como es el caso de FCC. Pegada como garrapata a la gestión de limpieza viaria desde hace décadas, se benefició de la desaparición de los jardineros municipales a mayor gloria de sus dividendos. Recibió la contrata de jardinería desde el primer momento y ahí sigue. El poderío de FCC en estos dos sectores la convierte en prácticamente unoligopolio. Ya en 1911 estaba en el sector de la limpieza y es una multinacional con unas cifras de vértigo y presencia en 34 países. En Zaragoza se hace constantemente con contratos más que ventajosos y mantiene segundas marcas del grupo como Selsa para hacerse con contratos de limpieza de edificios.

Por otro lado se ha asegurado pliegos ventajosos y de muy larga duración lo que equivale a un control muy grande sobre su parcela de negocio. En la limpieza tiene contrato hasta 2020 y, de propina, a la ciudad le cayó una revisión de precios judicial que obliga a pagar casi 11 millones más por los servicios de dos años.

Otro miembro de este grupito selecto es Ferrovial, propiedad del segundo hombre más rico de España, Rafael del Pino, y su influyente familia. Está entre las 10 empresas más valiosas del Ibex 35. Fundamentalmente una constructora, pasó a diversificar actividad a través de su matriz Ferroser y se ha ido zampando buena parte del mercado de servicios a través de mantenimiento y limpieza. En los últimos cinco años la empresa ha llegado a llevar prácticamente toda la limpieza de edificiosdel Ayuntamiento: administrativos, socioculturales, teatros... Además, también gestiona las piscinas de verano, instalaciones deportivas de gestión público-privada y servicios de mantenimiento. No sólo eso, sino que se ha extendido por todo Aragón y tiene también contratos con el Ayto de Teruel, Alcañiz o Fraga. Sus miles de trabajadores la convierten en un lobby de facto dentro de lo público.

Un dato: Ferroser sustituyó el año pasado en la limpieza de edificios administrativos ala eterna Limasa, empresa de limpieza que ganó decenas de concursos uno tras otro en Zaragoza. Cuál era la poción mágica de esta empresa en un mercado tan competitivo, alguien lo sabrá, yo no.

Y no podía faltar la tercera de las grandes constructoras: Sacyr, a través de su marcaValoriza Facilities. Aunque ahora tiene una presencia mucho más modesta en el Ayuntamiento en cuanto a limpieza, llevando la Casa de Amparo y pendiente de empezar con los teatros municipales, se hizo en 2008, vía su filial francesa Eiffage, con Ambitec, empresa que lleva el mantenimiento de instalaciones municipales en diversas cuestiones como climatización.

Como todas las grandes constructoras Sacyr vio el filón de los servicios públicos y, poco a poco, se ha ido haciendo con su parcela del mercado. En un mismo centro diferentes marcas reparan el aire acondicionado o limpian el baño pero el dinero va a una misma matriz.

No puedo dejarme un clásico en el mundo de la subcontratación de servicios por todas las administraciones como es Eulen. Por supuesto también tiene su cachito en el consistorio zaragozano con limpieza en colegios públicos y en centros deportivos, así como socorrismo y gestiona una ludoteca, aunque se ha visto desplazada en labores de seguridad. Con varios de sus directivos muy vinculados al PP, Eulen aparece y desaparece por todos los niveles de la administración pública perosiempre está allí.

Eulen tiene su propia ETT, Flexiplan y un negocio con pingües beneficios en seguridad y limpieza y ha abierto nuevas vías de mercado hacia la gestión de servicios sociales.

En el tema de seguridad privada, dede hace un tiempo se está llevando una generosa suma la multinacional Securitas. Esta empresa de origen sueco que tiene en nómina una plantilla de 200.000 trabajadores obtiene rendimientos irregulares del consistorio pero constantes, puesse la contrata según demanda. Cosa chocante habida cuenta que la ciudad dispone de un cuerpo de Policía Local muy bien retribuido para las cuestiones de seguridad.

No me olvido de una de las concesiones más polémicas y que más disgustos ha traído tanto a la ciudadanía como a la corporación municipal: Auzsa, antes Tuzsa. La flota de buses urbanos de Zaragoza es gestionada por la empresa mexicana grupo ADO que compró en 2013 el grupo Avanza y desde entonces no ha parado de hacer caja gracias al Estado. El negocio es simple: se ha hecho con toda una serie de concesiones en las que no se tiene que preocupar por vender un billete, dado que cobra por kilometraje y, como en el caso de nuestra ciudad, parecen no tiener alternativa pública posible. Un monopolio en la práctica, un chollo para la empresa y un mal negocio para sus trabajadores.

Una contrata que ha traído muchos dolores de cabeza al actual consistorio porque, en la práctica, deja el transporte público en manos de Auzsa hasta 2024. Este es uno de los varios regalos envenenados que dejó el anterior ayuntamiento, al dejar cerrados contratos a muy largo plazo que impiden la renuncia sin generar un oneroso coste al erario.

Otras

En honor a la verdad también hay que reconocer que hay alguna empresa más o menos local en labores municipales, como la grausina Multianau en limpieza o Montisa en mantenimiento, aunque esta última también tiene capital internacional. También hay pequeñas empresas que gestionan, por ejemplo, centros de tiempo libre o ludotecas.

Pero lo cierto es que la inmensa mayoría de los trabajadores/as de las contratas municipales lo son de grandes corporaciones y que, de momento, la municipalización parece compleja a corto plazo, porque queda la cuestión de en qué condiciones trabajan estas personas.

Por lo pronto, la contratación a tiempo parcial es casi la norma en sectores tan precarios como la limpieza de edificios y locales. Hay mujeres contratadas hasta por una hora diaria, y se han tenido conocimiento de toda suerte de irregularidadescomo despedir al presidente del comité de empresa de FCC jardinería, o a delegados sindicales en activo, o a una trabajadora embarazada de Eulen.

También se han denunciado horas extras irregulares, bajas y vacaciones que no se cubren pero se cobran. O toda suerte de triquiñuelas como facturar mantenimientos de maquinaria que ni tan siquiera estaba en funcionamiento (depuradora de la Almozara), o hacer figurar como trabajador de un centro municipal al gerente de la empresa, como se descubrió que estaba haciendo Ferroser.

Pero hay también que decir que si estas empresas pierden los contratos las alternativas son parecidas o casi idénticas.

Hablando claro, la mayoría de los grandes negocios a la postre son propiedad de unas pocas multinacionales que pactan precios y mercados para no chafarse unas a otras, y el caso que nos ocupa no es una excepción. Y por si hay algún problema casi todas las grandes empresas tiene segundas marcas, como Cespa (Ferrovial) o Selsa (FCC).

No están todas, por supuesto. Me he dejado en el tintero alguno de los monstruos sagrados de la contratación como Acciona, ISS, Urbaser, Prosegur o Clece. Esto no quiere decir que no estén presentes en Aragón, sino que en estos momentos no trabajan para servicios municipales.

Pero un paseo por la geografía peninsular y el mundo de este tipo de concesiones rebela siempre los mismos nombres, triquiñuelas parecidas a las zaragozanas, y la sospecha de que un montón de dinero que se va en los beneficios de las grandes corporaciones seguro que podría destinarse en mejorar los servicios que ahora asumen externalizados.

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