Zaragoza, centro comercial

En veinte años Zaragoza se ha convertido en la ciudad con más centros comerciales, al duplicar la media estatal de metros cuadrados de grandes superficies por habitante. Entre 2009 y 2014 cerró en Zaragoza el 16% del pequeño comercio. Las asociaciones vecinales demandan concienciación y una apuesta clara por otro modelo de ciudad.

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Puerto Venecia. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Corría el año 1981 cuando Auchan abría su primer gran centro comercial. El municipio de Utebo, ante la negativa del Ayuntamiento de Zaragoza, se convertía en la sede de la primera gran superficie en Zaragoza. Desde entonces, el aumento en número de metros cuadrados de gran superficie comercial ha sido meteórico. En la actualidad, Zaragoza lidera el ránking de metros cuadrados de superficie comercial por habitante. Prácticamente, un metro cuadrado por persona.

Los años 90 fueron un momento clave en el desarrollo de esta actividad. Hasta entonces los centros comerciales de la ciudad habían estado ligados al modelo hipermercado con galería comercial. Alcampo y Pryca serían las compañías francesas que abanderaron ese modelo. Sin embargo, los 90 traerían la primera construcción de edificios destinados al alquiler de superficie para diferentes comercios, aquello que los angloparlantes llaman malls. La inauguración del centro comercial Augusta sería respondida dos años después, al otro lado del Ebro, con la apertura del centro comercial GranCasa.

La llegada del siglo XXI no solo no frenaría la implantación de centros comerciales, sino que traería el empujón definitivo de un modelo de ciudad y de consumo auspiciado por las instituciones en que se alternaban Partido Popular y PSOE. En el año 2000 una demanda paralizaba la apertura de la totalidad de los metros del nuevo centro comercial maño, Utrillas Plaza.

Una situación que el Gobierno del entonces alcalde popular, José Atarés, invertiría solicitando al Tribunal Superior de Justicia de Aragón que aceptara la modificación del Plan Especial de la Plaza de Utrillas, con el fin de legalizar la situación del hipermercado Alcampo. Algo que el alto tribunal aceptó.

En 2004 el Consistorio reactivaba la Mesa Local de Comercio para impulsar un plan que convirtiera la capital maña en la “gran ciudad de compras” del noreste. Por aquel entonces, el teniente de alcalde de Participación Ciudadana era el socialista Antonio Becerril, condenado en 2014 por tráfico de influencias y negociaciones prohibidas en una pieza asociada al caso Operación Molinos. Becerril aseguraba en aquella fecha que la intención era “defender al 100%” el comercio en general, llegando a asegurar que no se trataba de defender el pequeño comercio frente a las grandes superficies.

Y llegó la Expo

En diciembre de 2004, Zaragoza sería elegida sede de la Expo 2008 y la locura se instaló en los despachos. Juan Alberto Belloch ya era alcalde de la ciudad y la megalomanía copó el poder. Para entonces ya estaban en marcha dos proyectos.

Por un lado, el gran centro comercial en el entorno de la Plataforma Logística de Zaragoza, el Plaza Imperial, que, con sus 132.000 m² de superficie bruta alquilable (SBA), sería en su inauguración el centro comercial más grande de Aragón y el segundo más grande del Estado español, tan solo superado por Parquesur en Leganés.

El centro comercial Plaza Imperial, en Zaragoza. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)
El centro comercial Plaza Imperial, en Zaragoza. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Por otro lado, Puerto Venecia, que conllevó el aterrizaje de Ikea en Zaragoza, reservaría una parcela de 600.000 m², para terminar asimilando 206.000 m² de SBA.

Belloch comenzó la expansión de la ciudad hacia el sur, entre ambos proyectos, convencido de que esta alcanzaría el millón de habitantes en una década y esperando que tras el centro comercial llegara el vecindario. Hoy, como muestra de su equivocación, el barrio de Arco Sur continúa presentando una imagen apocalíptica. Una gran zona urbanizada sin apenas viviendas.

Pero la locura no acaba ahí. En la actualidad, Zaragoza se dispone a iniciar otra gran operación urbanística. Los solares de la antigua fábrica de Pikolín, pertenecientes a la persona más rica de Aragón, podrían convertirse en un megaoutlet: 64.000 m² de SBA o, lo que es lo mismo, un gran pelotazo para la familia Solans y un nuevo tropiezo urbanístico.

Cómo proteger el comercio de proximidad en Zaragoza

Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)
Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Entre 2009 y 2014 cerró en Zaragoza el 16% del pequeño comercio. Las asociaciones vecinales demandan concienciación y una apuesta clara por otro modelo de ciudad.

El pasado año, el Ayuntamiento de Zaragoza movió ficha en favor del pequeño comercio. Arantza Gracia, concejala delegada de Educación e Inclusión de Zaragoza en Común, supervisó el proceso participativo del Plan de Apoyo al Comercio de Proximidad, que califica de “muy positivo” y que desembocó en la toma de diez medidas en defensa del comercio de barrio: “Apoyar el pequeño comercio requiere de pocos recursos y es muy rico en cuanto a lo que aporta a la ciudad. Para nosotras es muy importante apoyar este sector, que lo necesita y no puede, por sí solo, hacer grandes campañas publicitarias o desarrollar acciones en los barrios que puedan mejorar la accesibilidad”.

Las medidas giran alrededor de cuatro ejes: iniciativas de apoyo, consumo sostenible, fomento de redes y eliminación de brechas comerciales. “Hay medidas que se deben desarrollar desde el Ayuntamiento, otras que se deben hacer de la mano de asociaciones de comerciantes o vecinales, y otras que pueden hacer ellas solas”, advierte la concejala.

Por su parte, Nieves Boj, presidenta de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), ahonda en un problema de concienciación, pues cerca del 60% de las zaragozanas y zaragozanos menores de 45 años realizan sus compras para equipamiento personal en las grandes superficies, según una encuesta de COTO Consulting.

“Hay que ir hablando de este tema con las generaciones más jóvenes”, dice Boj, algo que la FABZ viene realizando junto con la Asociación de Autónomos de Aragón (UPTA), acercándose a centros escolares para descubrir a los más jóvenes los beneficios del comercio de proximidad.

La lucha contra los ‘malls’

Desde la FABZ combinan la concienciación con el enfrentamiento directo a la implantación de nuevas grandes superficies. Como muestra, la demanda aceptada recientemente contra la apertura de Torre Village, el megaoutlet planificado en la antigua fábrica de Pikolín. “El motivo fundamental de la demanda es el cambio en el uso de los suelos, pero hemos hecho otras aportaciones, como pueden ser la movilidad y el impacto medioambiental”, continúa la presidenta de la FABZ. Todas estas cuestiones han mantenido el proyecto en los tribunales.

Pese al esfuerzo, el resultado de la lucha contra las grandes superficies es desigual en Zaragoza, una ciudad obligada a enfrentarse a un modelo consumista, agravado por un modelo de desarrollo urbanístico expansivo —claramente fracasado— y con el daño ya hecho desde las instituciones, gracias a su histórica permisividad con las grandes superficies. Decisiones que han convertido a la ciudad en ZGZ Centro Comercial.

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Artículos de Miguel Ángel Conejos (miembro del Consello d'AraInfo) publicados en el número 0 del mensual en papel de El Salto.

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