Un respiro para el valle del Aragón

La falta de asignación presupuestaria para el tramo de la Variante de Jaca ha supuesto un respiro momentáneo (también en el sentido literal del término) para las personas gravemente afectadas por estas obras, como los vecinos del barrio norte, que tendrían que sufrir la contaminación del tráfico en las puertas de sus casas. Un respiro para el Hospital, la Residencia de Ancianos y el Hotel Jacetania, que la autovía pretende también llenar de contaminación acústica, tan perjudicial o más que la atmosférica para la salud humana, como se acaba de demostrar. Un respiro momentáneo también para el valle del Aragón, …

Pancartas en contra del trazado de la variante, ahora desestimado.

La falta de asignación presupuestaria para el tramo de la Variante de Jaca ha supuesto un respiro momentáneo (también en el sentido literal del término) para las personas gravemente afectadas por estas obras, como los vecinos del barrio norte, que tendrían que sufrir la contaminación del tráfico en las puertas de sus casas.

Un respiro para el Hospital, la Residencia de Ancianos y el Hotel Jacetania, que la autovía pretende también llenar de contaminación acústica, tan perjudicial o más que la atmosférica para la salud humana, como se acaba de demostrar.

Un respiro momentáneo también para el valle del Aragón, que en estos momentos está siendo objeto de un concurso de pintura para resaltar sus valores estéticos. Pero no sólo hay que destacar los valores estéticos, también históricos, arqueológicos y de ancestrales costumbres agrícolas y ganaderas, y que precisamente han recibido este año un importante premio a la biodiversidad.

Un respiro para la fauna: milanos, buitres alimoches y el corredor biológico que supone un río de montaña, que habría que cuidar como se hace en el resto de Europa, y que se pretende sustituir por otro corredor, el de combustibles fósiles, que nos arruinan poco a poco a nosotros y a nuestro soporte biológico.

A ver si en este lapso, en este breve respiro se impone por fin algo de sentido común. La obsesión por las infraestructuras es ya un motivo de preocupación, porque no se analiza lo suficiente el coste beneficio de muchas obras. Precisamente es Aragón la comunidad en la que más despilfarro de dinero público se produce con obras innecesarias, según una reciente publicación en periódico nacional.

Desde luego, la controvertida variante según apuntan los expertos, es ruinosa en términos económicos. El trafico actual no requiere un proyecto como el que está programado. Y en cuanto al tráfico futuro, resulta una entelequia, sobre todo si, como está previsto, se suprimen las autopistas de peaje como la de Vasco-Aragonesa AP-68.

Nos hemos dirigido a la ministra de Transición Ecológica (Ribera), lo mismo que nos dirigimos hace tiempo a la ministra de Medio Ambiente (Narbona), en un momento en el que existía un proyecto en el valle de Aisa, consistente en una mina a cielo abierto. Ahora este valle forma parte del Parque Natural de los Valles Occidentales.

Tenemos plena confianza en la ministra Ribera, por su gran compromiso en la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Confiamos en que prevalezca un criterio que a la hora de emplear los bienes públicos se opte por lo necesario antes que por lo superfluo. En este sentido, conviene recordar que hace tiempo que existe una plataforma en defensa de un hospital de referencia en la Jacetania, que merece todo nuestro apoyo, lo mismo que la apertura del ferrocarril que se reclama a ambos lados de la frontera y que sería un verdadero puente de unión para las regiones vecinas y modelo de desarrollo sostenible

De momento la terminación y la conservación de la A-23 debería ser prioritaria para el Ministerio. El mantenimiento empieza ya a ser complicado, mucho antes de finalizar las obras.

Los peligrosos deslizamientos en la ladera de la montaña, los desprendimientos y las enormes grietas producidas esta primavera, hacen mirar con preocupación y cuestionar el trazado de una autovía en terrenos vulnerables de montaña.

Todo esto contrasta con el protagonismo tan innecesario que se da al Viaducto, que paradójicamente prioriza la salida de Jaca, el paso precipitado, dejando a un lado a la ciudad, ya que más que invitar a visitarla, supone una disuasión, un estímulo para continuar el viaje, ganando un tiempo necesario que se quita a la hostelería y al comercio.

Las grandes infraestructuras cuando se sobredimensionan suponen un efecto contrario al deseado.

El mantenimiento y el cuidado de los grandes valores de la comarca deberían figurar como prioritarios, porque suponen su medio de vida. ¿Qué atractivo puede ofrecer Jaca, colocando un scalextric, a las personas que vienen huyendo de él?

Y si además para construir este nudo de carreteras se ha sacrificado un paisaje único, apertura a los Pirineos y a un Parque Nacional, este hecho resulta imperdonable. Ojalá que este respiro que nos ofrecen las circunstancias se convierta en algo permanente. Es algo por lo que muchos estamos luchando.

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