Un acuerdo que no satisface a nadie

La Troika acepta las medidas redactadas, in extremis, por el gobierno de Alexis Tsipras, en las que desestima partes de su programa electoral, sin llegar a satisfacer por completo a sus acreedores.

Yanis Varoufakis durante una reunión con el Eurogrupo.
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Yanis Varoufakis en rueda de prensa posterior a la reunión del Eurogrupo del pasado viernes.

Tardaban unas horas en llegar las obligadas propuestas griegas al parlamento europeo y ayer tarde saltaban las alarmas. Algunos ya acusaban al gobierno de Tsipras del deliberado retraso, sin pensar en la urgencia de la imposición del viernes.  Una tarde en que la confusión fue continua, con informaciones que aseguraban que se había presentado las propuestas, y otras que lo negaban. Un caos que, según diferentes fuentes, se debió a la obligación al gobierno heleno a modificar unas primeras aportaciones, que sí fueron presentadas a tiempo.

A primera hora de la mañana de este martes la lista de reformas se hacía oficial. Desde el primer momento parecía del agrado de la troika, aunque con mayores desconfianzas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), como más tarde se han preocupado en dejar constancia.

Tras una videoconferencia de más de una hora, pasadas las dos de la tarde, los ministros de finanzas europeos, aprobaban la lista de propuestas pese a las divergencias de algunos socios, y con ella se aprobaba la prórroga del rescate. Unas divergencias que surgían también dentro del gobierno de Syriza.

Según informaba la agencia de noticias griega ANA-MPA, varios ministros de Syriza plantearon objeciones ante algunos de los puntos de la lista, mientras otros pidieron más detalles. Desde la trinchera enfrentada Mario Draghi, presidente del BCE, aseguraba que “tendrían que evaluar estas medidas en cuanto a términos de consecución de los objetivos”, mientras que codo con codo Christine Lagarde dejaba caer que “para el éxito de la reforma, en cuanto al cumplimiento del Memorando, las medidas no pueden estar contenidas dentro de los perímetros de las políticas señaladas en la lista del Gobierno”.

Una guerra psicológica y dialéctica que, no debemos olvidar, se libra con la intención de prolongar un rescate económico por cuatro meses más. Una “ayuda” que evidentemente, ni es la solución para la ciudadanía griega, ni ayuda a la reducción de una deuda inasumible.

La propuesta griega

Las medidas griegas para la consecución de la prórroga del rescate están separadas en cuatro puntos.

Un primer punto que hace referencia a Políticas fiscales y en el que se toman medidas como no subir el IVA, ampliar la definición de fraude fiscal, modernizar el impuesto sobre la renta y la eliminación de las exenciones y su sustitución, cuando sea necesario, con medidas que favorezcan la justicia social y trabajar hacia la creación de una nueva cultura de cumplimiento tributario para asegurar que todos los sectores de la sociedad, y sobre todo los más ricos, contribuyen a la financiación de las políticas públicas.

Un segundo bloque de propuestas hace referencia a la Estabilidad Financiera, en el que el gobierno heleno se compromete a utilizar plenamente el Fondo de Estabilidad Financiera Helénica y garantizar, en colaboración con el BCE y la Comisión Europea, que ayudará a la estabilidad del sector bancario y sus préstamos en condiciones comerciales dentro del respeto a las normas de competencia de la UE.

En este mismo bloque financiero, el gabinete de Tsipras se compromete a intensificar los métodos y procedimientos de ejecución, incluyendo el marco legal, para la recaudación de impuestos no pagados y aplicar eficazmente las herramientas de recaudación.

Un tercer punto hace referencia a las políticas para promover el crecimiento. “Para atraer inversiones en sectores clave y utilizar los activos del Estado de manera eficiente, las autoridades griegas harán lo siguiente: comprometerse  a no revertir las privatizaciones que ya se han completado. Cuando se haya puesto en marcha el proceso de licitación del gobierno respetará el proceso, de acuerdo con la ley”. Alejándose del programa de Syriza, que se comprometía a nacionalizar las antiguas empresas estatales de sectores estratégicos.

En este tercer punto también se compromete a la introducción gradual de un “nuevo enfoque inteligente" para la negociación salarial colectiva que equilibre flexibilidad con equidad, sin dejar claro si éstas, bloquearan la promesa electoral de recuperar los convenios colectivos. Este punto incluye la intención de racionalizar, y con el tiempo aumentar, los salarios mínimos de manera que se protejan las perspectivas de competitividad y de empleo, algo que se acerca vagamente a las propuestas iniciales de devolver el salario mínimo a los niveles de 2008, vagamente.

Un último punto cierra las propuestas griegas, el que hace referencia a la Crisis Humanitaria. En este punto, el gobierno griego se compromete a atender las necesidades derivadas de la reciente alza en la pobreza absoluta, a hacerlo de una manera que sea útil para la reforma de la administración pública y la lucha contra la corrupción dentro de la burocracia. Plantea el gobierno heleno el ejemplo de una tarjeta inteligente ciudadana, que sirva, tanto para acudir al sistema de seguridad social, como a un posible programa de reparto de alimentos.

Así mismo, el gobierno de Tsipras se compromete a que su lucha contra la crisis humanitaria que no tendrá ningún efecto fiscal negativo. Un punto que habrá creado no pocas discrepancias dentro de la coalición Syriza.

Una lista de propuestas que no sube el IVA, pero elimina algunas exenciones además de anunciar ciertas modificaciones, quizá subidas, en el impuesto de la renta. Unas propuestas donde el plan anti-desahucios es sustituido por otro más leve que hace referencia a la “vivienda principal” pero que castiga la morosidad premeditada. Una lista en la que la desprivatización de la sanidad se frena también, las pensiones no se tocan, pero se vigilarán las prejubilaciones excesivas, el regreso del salario mínimo a niveles pre-troika se aparca…

Un mal acuerdo, que todavía debe pasar por los parlamentos nacionales.

Saldremos de dudas este viernes.

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