Lo que ha ocurrido con los seis de Zaragoza es un claro mensaje político por parte de unos jueces que han decidido hacer saber a la gente que si a tu hija, a tu hermano o a tu amiga se les ocurre manifestarse contra la violencia fascista, se lo piensen dos veces. Pero, en el proceso de acción-reacción social, la sentencia del Tribunal Supremo ha hecho que aumente la solidaridad, desde dentro y fuera de Aragón, con los seis de Zaragoza
