El COVID-19 ha venido a acelerar la crisis capitalista que se venía anunciando en los últimos años, y esa "nueva normalidad" que nos vendieron no ha dejado de ser la vieja normalidad capitalista de siempre, nada ha cambiado, y si lo ha hecho ha sido a peor. El proceso de deterioro y degradación social, político y económico, el incremento de la explotación y de la represión por el que pasa la clase obrera y los sectores populares se ha acentuado, y se vendrá a más de aquí en adelante. Sin trabajo, sin vivienda, sin derechos ni libertades... ¡Lo peor está por llegar!
¿Qué hacemos para revertir esta situación? ¿Cómo imponemos unos verdaderos derechos y libertades democráticas? ¿Cómo acabamos con el paro y la pobreza que afecta a millones de familias en este estado, cómo instituimos un verdadero derecho a la vivienda? ¿Cómo podemos garantizar un trabajo digno y unos servicios públicos de calidad? ¿Cómo imponemos un auténtico régimen de libertades para la clase obrera y los sectores populares?
Quien a día de hoy espere ver salir nuestra libertad y nuestros derechos por las puertas del Congreso de los Diputados o de cualquier otra institución del monarco-fascismo, mediante el mágico acto de introducir su voto en una urna, desde luego que puede esperar sentado. De las instituciones de este Régimen cuyas bases se asientan en 1939 solo saldrá más opresión, más explotación y más represión. Nuestra libertad y nuestros derechos se conquistan hoy como hace un siglo: con una clase obrera organizada, políticamente consciente, y con un pueblo trabajador dispuesto a combatir hasta las últimas consecuencias por conquistarlos.
De cara a este nuevo ciclo de luchas que habrá de iniciarse, y con la intención de aportar nuestro granito de arena, consideramos que debemos de volcarnos en popularizar el programa democrático para la unidad popular que creemos recoge las reivindicaciones esenciales que demanda el momento.
La principal reivindicación es la conquista de la República Popular. Una reivindicación máxima como dirección u horizonte hacia donde orientar todas las luchas. Debemos de exigir derechos sociales y económicos, libertades políticas y sindicales, etc. aquí y ahora. Pero cualquier mínima conquista o concesión tendrá un carácter provisional y podrá ser arrebatada a la primera oportunidad.
Reivindicar la República Popular es proclamar algo tan evidente como que no habrá auténticos derechos y libertades sin superar el régimen actual. Este régimen no tiene más objetivo que asegurar las condiciones para que los trabajadores continúen siendo explotados. No podemos hacerle entrar en razón (y aún menos cuando se debate en la más profunda crisis política y económica y lucha por sobrevivir). Solo puede actuar conforme a su naturaleza opresora y explotadora.
Por ello la necesidad de incluir la reivindicación de la República Popular como eje de un programa para la unidad de la clase obrera y los amplios sectores populares. El no incluir esta reivindicación solo llevaría a engaño y contribuiría a sembrar falsas ilusiones sobre la posibilidad de hacer más democrático y más social un régimen caduco que es la negación misma de toda democracia y de toda política social.
Ahora más que nunca hemos de conquistar un régimen enteramente nuevo, no hay más alternativa que promover la ruptura total con el Régimen actual y fortalecer el movimiento popular, combativo y organizado. Para ello proponemos el siguiente programa democrático con el que estrechar la unidad obrera y popular, que nos permita acabar con este Régimen desde su raíz, y el cual invitamos a que se difunda y popularice por todos los puntos del estado:
1) Amnistía total. Fin de la represión contra el movimiento obrero y popular. Derogación de todas las leyes represivas.
2) Derecho de autodeterminación, para así resolver el conflicto territorial que existe en el conjunto del Estado.
3) Salida de la UE y de la OTAN, así como de cualquier otra organización internacional que nos imponga más deuda, pobreza y miseria.
4) Nacionalización de la banca y de las grandes empresas estratégicas. Solo así podremos garantizar que ningún trabajador pase ninguna necesidad.
5) Derecho a un trabajo digno que garantice unas condiciones de vida dignas a las clases populares.
6) Servicios públicos universales y de calidad. Sanidad, educación, transportes y vivienda pública para todos los trabajadores.