¿Solidaridad o control de medios?

En estas fechas tan entrañables que recientemente han finalizado, las Navidades, cuando la muchedumbre está más abierta a ser solidaria, por eso de calmar conciencias por no haber sido tan buena persona como debería durante el año, nos encontramos formas irreverentes e insultantes de poder donar nuestro dinero.

Organizaciones como EDUCO o OxfamIntermon que trabajan por una buena causa, el comercio justo, con el objetivo de erradicar la injusticia y la pobreza, o la defensa de los derechos de la infancia.

Sin embargo publicitan en su web: “En Paraguay, trabajamos para mejorar la calidad de vida de las poblaciones campesinas e indígenas del país, facilitándoles la promoción y comercialización de la producción de sus tierras. Gracias a esta carreta de tracción animal, una comunidad rural puede acercar sus productos agrícolas al mercado local para su venta”, por el módico precio de 1.000,00 € les pueden conseguir un carro tirado por caballos o toros, o eso dicen… los animales no entran en la compra, como cuando compras un juego electrónico y las pilas no están incluidas.

En EDUCO “por 70 € una familia recibirá una oveja para criar y luego utilizarla como alimento o conseguir ingresos vendiéndola en el mercado”, “por solo 25 €, compras dos gallinas y un gallo, una familia dispondrá de carne y huevos para diversificar la dieta alimentaria de sus niños y tener un adecuado desarrollo físico y mental.” Hay que añadir, que a estos animales también habrá que alimentarlos, o tal vez creen que se alimentan de piedras.

Y yo lanzo una pregunta, estos “obsequios”, ¿no son pan para hoy y hambre para mañana?, ¿no es más rentable y más ético enseñarles a obtener alimentos de la tierra para poder autoabastecerse? Los animales, sobra decir, no son juguetes, ni objetos, ni cosas que uno debiera poder comprar y vender a su antojo. Partamos de la base de que son seres sintientes que merecen respeto. Una vez que esto queda claro, y regresamos al siglo XXI, hay muchas formas más efectivas y éticas de ayudar y de hecho estas mismas páginas nos ofrecen opciones tan saludables como por ejemplo:

En EDUCO por 40€ “gracias a tu regalo una familia recibirá un lote de semillas y fertilizante para mejorar la productividad del suelo y obtener mejores cosechas”. Por 20€ “una familia recibirá semillas para plantar acelgas, rábanos, zanahorias y lechugas, podrá cultivar de su propio huerto y alimentarse de forma sana”. Por 28€ “con este saco de 50 kg de maíz podremos preparar la papilla para los niños que llegan desnutridos a nuestro centro de recuperación.”

¿No es maravilloso poder alimentar de una forma más económica y saludable a una familia y sin necesidad de esclavizar ni matar a ningún animal? ¡¡Por solo 20€!!

Se ha dicho por activa y por pasiva, algo de lo que ya deberíamos ser todos conscientes, que para producir un kilo de carne se necesitan, como mínimo, 16 kilos de cereales, 20.000 litros de agua y la energía equivalente a 8'3 litros de gasolina. En cambio, un kilogramo de cereal sólo precisa 100 litros de agua, unos pocos gramos de abono y apenas gasolina.

Comer carne es una inmoralidad tanto en el tercer como en el primer mundo. Si alguien quiere ayudar a esos niños, si realmente le importan, debería dejar de comer carne, que es el factor de mayor impacto sobre el hambre en el tercer mundo.

¿Cómo es posible que estas organizaciones, que cada día deben luchar contra las injusticias en los países tercermundistas como la falta de educación, el hambre, la falta de medios para la sanidad, falta de agua potable… sean los primeros en formar parte del cúmulo de malas decisiones, que nos han llevado a tener en 2016 la friolera de 815 millones de personas pasando hambre y que en el 2017 dicha cifra haya seguido aumentando?, ¿control de medios?, ¿es así como tienen controlada a la población mientras los ricos se hacen mas ricos y los pobres más pobres?

Mientras tanto seguiremos enviando SMS solidarios con nuestros modernos Iphones y Smartphones para ayudar a todos aquellos que han tenido la mala suerte de nacer en un país del tercer mundo sin oportunidades en la vida.

Por este camino estamos abocados al fracaso como sociedad, no aprendemos de los errores ni queriendo. Yo mientras tanto seguiré alimentándome de lo que obtengo de mi propio huerto, mientras el cambio climático me lo permita, porque como muy bien señala la ONU: “Un cambio global hacia una dieta vegana es vital para salvar al mundo del hambre, la escasez de combustible y los peores impactos del cambio climático”.

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