La campaña Libertad seis antifascistas de Zaragoza no ha acabado todavía. Pero después de seis años de actividad queremos hacer algunas aportaciones a la cuestión antirrepresiva.
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Desde luego, y afortunadamente, no es la única campaña antirrepresiva que ha tenido repercusión social. Relativa también, no nos engañamos. Las movilizaciones más grandes han estado en cerca de 3.000 personas. No es mala cifra para el tema que es y el momento político en la Zaragoza actual. También se hicieron montones de charlas en localidades grandes y pequeñas, se organizó un crowdfunding que recaudó 80.000 euros, conciertos y pinchadas para más fondos y actos de recaudación hasta en Alemania, acciones con pancartas en edificios, miles de pegatinas por muchos lugares, como cinco concentraciones y acciones en la sede del PSOE y su congreso provincial, señalamiento de responsables (jueces, policías, políticos profesionales).
El apoyo social se vio en las cientos de personas que se hicieron fotos con la camiseta o simplemente la llevaron por la calle. Se vieron esas camisetas en movilizaciones, incluso en otros países. Los grupos musicales fueron un empujón muy importante al sacar banderas, camisetas, decir algo, dejarnos hablar en conciertos con miles de personas. Las camisetas incluso se colaron en los medios generalistas como teles y periódicos, y en el Congreso y varios parlamentos autonómicos. Mucha gente conocida en sus ámbitos (arte, teatro, literatura, cine, música, política, etc.) se la puso públicamente. Y esto en el Estado español no es poca cosa. Aquí el lema "Movilizarse contra el fascismo es una obligación democrática" es un debate social pendiente. No te signifiques, que dicen por nuestra tierra.
En cualquier caso, parece que la campaña llegó a muchos sitios y generó bastante simpatía. En nuestras redes está toda esa gente que se mojó.
Vemos tres cuestiones importantes en estas campañas:
1.- Hace falta un trabajo militante y organizado sostenido en el tiempo. A lo largo de estos seis años ha habido una reunión semanal con este tema, a veces pasó a quincenal. Organizaciones de Zaragoza (Acción Libertaria, CGT, CJS, CNT, CRT, CSO Kike Mur, CUT, JOC, PCE, PCPE, Stop Desahucios, UJCE, Anticapitalistas), familiares de los presos y personas a nivel individual metieron ese trabajo. También colaboraron en Zaragoza de forma sostenida en el tiempo colectivos como COESPE, Salud y Libertad, Marcha contra la Macrocárcel de Zuera, Vagas y Maleantes, Intersindical... Otras organizaciones, colectivos, librerías, tiendas, bares, centros sociales okupados, etcétera, de Zaragoza y del Estado español apoyaron y mucho. Esto lo queremos recordar porque, como ya pasó en los 70, a veces parece que las cosas las hacen los importantes, los conocidos, los dirigentes... También aprovechamos para tejer alianzas y campañas conjuntas con la gente antifascista de Pego (Alacant), Las 6 de La Suiza (Xixón), Altsasu, Adri (Badalona), Abel Mora (Barcelona), 7 de Somosaguas, 3 de Navalcarnero, PAH de Guadalajara o Zaragoza y varias más. Ampliar el foco, dar una visión general del momento represivo. Qué movimientos sociales son atacados y porqué.
Insistir. Esto nos parece imprescindible. El golpe violento de la represión (el poder de las autoridades, jueces, policías) tiene que ir acompañado del olvido social y la resignación para ser eficaz. Si tu denuncias e insistes año tras año se produce el debate social. Y así consigues acumular desconfianza y rencor contra esas autoridades, jueces y policías. Cada caso les tiene que quitar legitimidad social, que es al fin y al cabo lo que les mantiene.
2.- El objetivo principal es ampliar la solidaridad. Que nadie se quede atrás. Decíamos en la campaña: los movimientos sociales de la izquierda pueden avanzar más o menos, pero no pueden dejar a nadie atrás. Por esas personas que han luchado, pero también porque gente represaliada que no tiene una campaña fuerte y sostenida en el tiempo genera desánimo y miedo.
Ampliar es generar un mínimo común antagonista, una crítica fuerte, pero que a la vez permita expresiones de solidaridad en los diferentes grados que la gente vea.
3.- La represión triunfa realmente si no hay respuesta social. En cada campaña el sistema puede llegar a pensar que el caso puede ser contraproducente para ellos (en vez de ejemplarizante).
Parecen fuertes, pero el consenso social que los mantiene viene más de la resignación que del apoyo entusiasta (aunque hay minorías muy amigas de los de arriba). Son vistos en general como "el mal menor". La judicatura es un buen ejemplo. Al igual que la policía, su continuidad derechista, heredada del franquismo es evidente para mucha gente. Franquismo y fidelidad al capitalismo y las élites económicas, como gran parte de la clase política. La idea más común es "esperemos que con el tiempo se vayan democratizado". Y así llevamos 50 años... Pero esa aceptación de "lo que hay" es débil. Lo saben. Si aumentan las movilizaciones no se sienten seguros. Hasta una cosa tan limitada como el 15M les preocupó. En el caso de los diferentes gobiernos de progreso, el señalamiento de su papel en la represión les hace incluso más daño.
En cualquier caso, que cada acto represivo les salga caro políticamente. Lo dicho: insistir, insistir e insistir.

