[PODCAST] Comer es un derecho fundamental

Desde la segunda semana del confinamiento en marzo de 2020, un grupo de cinco mujeres se auto organizó para dar respuesta a lo que ya en ese momento empezaba a dibujarse como una consecuencia de la pandemia que ha afectado a muchos hogares: la dificultad para acceder a recursos tan básicos como la comida

Las cinco mujeres del grupo de alimentación del Gancho. Foto: Toni Galán

Todo empezó con una familia que necesitaba una bombona de butano y no tenía cómo pagarla. A partir de ese momento las peticiones de ayuda para poder tener acceso a comida se multiplicaron en el barrio zaragozano de El Gancho.

Familias, personas que comparten piso, personas que viven solas. Personas que ya no podían trabajar y dejaron de tener ingresos de un día para otro. Desde el grupo de alimentación del Gancho se recibió una donación de 20 pollos en un puesto del Mercado Central para repartirlos entre las personas que estaban pasando por este difícil momento, y, casi al mismo tiempo, se creó una caja de resistencia y comenzaron las donaciones.

El grupo de alimentación organizó repartos de comida dos veces por semana durante el confinamiento y también ha facilitado el acceso a productos de primera necesidad para unas 300 personas desde marzo hasta diciembre de 2020.


Este contenido es parte del proyecto Contra Viento y Marea, financiado por la European Cultural Foundation.

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