Pandemia machista

Teníamos las esperanzas puestas en que llegara un año nuevo y dejar atrás un 2020 oscuro, triste y devastador. La pandemia nos ha ahogado económicamente, socialmente y en materia de salud. Todo el mundo entero se ha puesto en marcha y ha trabajado para intentar solucionar y paliar la devastadora sombra del COVID-19. Y por fin esos esfuerzos se han hecho realidad… la vacuna. Me he parado a leer detenidamente la definición de la palabra Pandemia y me llama la atención el segundo significado que arrastra esta palabra: “Mal o daño que se expande de forma intensa e indiscriminada”. En …

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Teníamos las esperanzas puestas en que llegara un año nuevo y dejar atrás un 2020 oscuro, triste y devastador. La pandemia nos ha ahogado económicamente, socialmente y en materia de salud. Todo el mundo entero se ha puesto en marcha y ha trabajado para intentar solucionar y paliar la devastadora sombra del COVID-19. Y por fin esos esfuerzos se han hecho realidad… la vacuna.

Me he parado a leer detenidamente la definición de la palabra Pandemia y me llama la atención el segundo significado que arrastra esta palabra: “Mal o daño que se expande de forma intensa e indiscriminada”.

En España, es raro la semana que no vemos en los medios de comunicación que una mujer, independientemente de su edad, haya sido asesinada, violada, agredida sexualmente, maltratada por un hombre o por varios. Para ello, no tenemos que echar mano de las noticias nacionales sólo mirar a nuestro alrededor. Echemos un vistazo:

La Vanguardia, noticia publicada el 11/01/2021. Titular “Detenido por agresión sexual y robo con violencia a una niña de 11 años que jugaba en la nieve”

Heraldo de Aragón, notica publicada el 15/01/2021. Titular “La Guardia Civil detiene a un hombre en Tarazona por violar a su hijastra de 9 años”

Periódico de Aragón, noticia publicada el 15/01/2021. Titular “Dos sobrinas del Detenido en Tarazona por violar a su hijastra también le denuncian”

Periódico de Aragón, noticia publicada el 17/01/2021. Titular “Detenido un veinteañero por violar una anciana en Tamarite de Litera”

¿A caso las mujeres no nos enfrentamos diariamente a un mal o daño que se expande de forma intensa e indiscriminada? A los hechos me remito…claramente si. Entonces, podemos decir alto y claro de una forma rotunda, que las mujeres vivimos bajo una pandemia machista permanente.

No voy a negar que, en estos últimos años, gracias al gran trabajo continúo realizado por el movimiento feminista, se han ido consiguiendo cambios en la legislación, pero la realidad es que las mujeres seguimos formando parte de una sociedad machista, heredera del patriarcado, que nos releva siempre a una situación de desigualdad, y que ser mujer sigue siendo un factor alto de riesgo para ser violada, asesinada, agredida, maltratada o sometida en cualquier parte del mundo. Pues igual no hemos avanzado tanto como creíamos.

Vivir una pandemia machista, dentro de la pandemia COVID-19 ha puesto de manifiesto la crudeza de la realidad de las mujeres.  Los confinamientos domiciliarios han facilitado las estrategias de control y dominación, así como el abuso sexual en mujeres y niñas que se han visto encerradas las 24 horas del día bajo un mismo techo con su agresor durante semanas.

Nadie puede cuestionar que erradicar todas formas de violencias machistas, es una necesidad de primer orden y los datos reflejados en la macroencuesta de Violencia contra la mujer emitidos por la Delegación del Gobierno contra la violencia de género, ponen de manifiesto la gravedad de la situación aunque determinados grupos de ultraderecha negacionista nos pretenden hacer creer que las violencias que ejercen los hombres hacia las mujeres no existen y que no tienen una raíz estructural, que es algo casual y circunstancial. Se niegan, y no por desconocimiento, a utilizar la terminología correcta y no llamar a las cosas por su nombre para intentar restar importancia a algo tan terrible como son las violencias machistas y a los cuales no le tiembla la mano a la hora de recortar los recursos públicos disponibles, allí donde tienen poder para hacerlo.

Necesitamos una vacuna que nos lleve a un cambio estructural, donde la educación tiene que ser una dosis clave. Las mujeres nos queremos vivas, libres, seguras, sin miedos y un primer paso es no dar la espalda a la realidad.

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