Obrint Pas: “Cada vez les resulta más difícil esconder el éxito de la música en valenciá”

LA MAREA | Toni Martínez | Como un Caballo de Troya, un grano en el culo o una molestia en medio de una placidez fingida. Obrint Pas en el centro de la ciudad que gobierna Rita Barberá, pero también en su ciudad, en la otra València, aquella que ellos mismos vivieron, sufrieron y gozaron. El Teatro Principal, la mayor representación del poder de la burguesía valenciana, con sus lámparas majestuosas y el espíritu barroco tan valenciano. Ese es el marco elegido para los tres últimos conciertos del grupo valenciano: 22, 23 y 24 de mayo. Las entradas se han agotado y …

Obrint Pas se despiden con tres conciertos en València. Foto: La Marea
Obrint Pas se despiden con tres conciertos en València. Foto: La Marea
Obrint Pas se despiden con tres conciertos en València. Foto: La Marea

LA MAREA | Toni Martínez | Como un Caballo de Troya, un grano en el culo o una molestia en medio de una placidez fingida. Obrint Pas en el centro de la ciudad que gobierna Rita Barberá, pero también en su ciudad, en la otra València, aquella que ellos mismos vivieron, sufrieron y gozaron. El Teatro Principal, la mayor representación del poder de la burguesía valenciana, con sus lámparas majestuosas y el espíritu barroco tan valenciano. Ese es el marco elegido para los tres últimos conciertos del grupo valenciano: 22, 23 y 24 de mayo. Las entradas se han agotado y los miembros del grupo anuncian varias sorpresas, tanto para los que acudan al concierto como para los que pasen por los alrededores del teatro. “Vamos a implosionar en pleno centro de la ciudad”, avisan. Hablamos con dos de sus componentes, Miquel Ramos y Miquel Gironés, en un momento de descanso tras los ensayos.

La pregunta es obligatoria, ¿por qué lo dejáis?

Miquel Gironés (MG): Lo dejamos, de momento, por una especie de cansancio vital y, sobre todo, musical. Yo creo que llega un momento en el que, como valoras mucho lo que ha sido Obrint Pas y lo que ha sido la música, tirar de la cuerda sin más no tiene sentido. Necesitamos refrescar la cabeza y separarnos un poco de lo que ha sido el proyecto y verlo en la distancia.

Pero estabais en el mejor momento…

Miquel Ramos (MR): Hombre, mejor… sí, pero también a lo mejor está bien que haya sido ahora, que reflexionemos y miremos todo lo que hay detrás. Llevamos meses enteros prácticamente sin estar un fin de semana en casa y años sin poder desarrollar otras historias que cada uno tiene en su vida y pienso que este es el mejor momento, dejar las cosas bien hechas y después en un futuro retomarlo con ganas y siempre mejorándolo.

La despedida es en el Teatro Principal. ¿Por qué?

MG: Porque está en la calle de las Barcas, en el centro de València, donde vive Camps, donde están los notarios amigos de Zaplana, donde están los abogados que los defienden, donde está la burguesía valenciana que habla castellano. Tocamos allí porque es nuestra ciudad, donde hemos vivido y hemos sufrido, y ahora hemos venido con fuerza y vamos a explosionar en el centro de la ciudad nuestra música. Para nosotros es un punto muy significativo, el Teatro Principal es como el Liceo de Barcelona, es un gol. Pero no sólo el éxito político de conquistar un espacio, sino por el hecho de ser normal en tu propia casa.

Una situación muy difícil de imaginar hace 10 ó 20 años…

MR: Cada vez les resulta más difícil esconder una realidad que es evidente y es que la música en valenciano y la música que se hace en el País Valenciá en general, tiene una salud como no la ha tenido nunca, está en un momento muy dulce y con una cualidad que no tiene nada que envidiar a ninguna otra música en otra lengua. Lo que pasa es que hemos estado demasiado tiempo creyéndonos que no éramos capaces, pero los que han tratado de esconder esa realidad, se lo tendrán que comer porque verán tres días lleno el Principal, igual que ven cada año llenos festivales del País Valenciá escuchando música sin apoyo institucional, ninguna subvención… sólo hay que ver el cartel de la Feria de Julio que organiza el Ayuntamiento, ¿cuántos grupos hay en valenciano?

Que el concierto sea en el centro de la ciudad, ¿es la última acción de Obrint Pas?

MG: No es sólo una acción, es conquistar un espacio, pero también es tocar donde yo he ido con mi padre a ver óperas, zarzuelas, a tocar la dolçaina en una presentación de la fallera mayor de València, a hacer una exhibición de danzas. Allí he visto estrenar a Carles Santos cuando todavía le dejaban estrenar al País Valenciá, he visto obras de Matilde Salvador. Es un espacio que es nuestro, es nuestra ciudad y a mí me apetece tocar allí, en un espacio donde ha tocado gente tan grande.

¿Qué pasará el lunes 26?

MG: Una resaca de miedo, eso seguro. El martes, examen. En definitiva, cada uno se inmiscuirá en su faceta, indagará en su mundo, la vida continúa. Tenemos mucha suerte, tenemos 35 años y la vida por delante. Yo creo que todo lo que hagamos estará influenciado por Obrint Pas. Con 17 años ya estábamos en furgonetas e íbamos a tocar por ahí…

Y con aviones a otros países…

MG: Sí, pero como una apuesta personal, y es una crítica a las instituciones. Nosotros cuando les conviene somos Països Catalans y cuando les conviene no. Es evidente que en el País Valenciá, con el gobierno que tenemos, no nos han ayudado, pero a veces en el Principado sí que hemos echado un poco en falta ayuda. Hemos ido a Nueva York, a México, a Alemania, pagándonos los conciertos nosotros, sin incluirnos en ninguna feria de la cultura catalana.

MR: Todo lo que hemos hecho, nos lo hemos hecho nosotros.

MG: A la administración valenciana no la hemos echado en falta porque no esperábamos nada, pero alguna vez a la del Principado sí, y no sólo Obrint Pas, sino el País Valenciá. Si queremos un espacio cultura común, tan catalán es Obrint Pas como la Gossa Sorda o Sisa, LLach o María del Mar Bonet.

A Vicent Torrent (Al Tall), Francisco Camps dijo que era fan suyo, ¿os imagináis a hijos de políticos conservadores escuchando a Obrint Pas?

MG: Hay varios hijos de peperos que escuchan a Obrint Pas, incuso algún imputado que está casi en la prisión.

MR: Es lo que tiene la normalidad, cuando empiezas a ser normal, llegas a todo el mundo, la gente se lo pasa bien en los conciertos, incluso puede compartir parte de las letras y al final llegas a todo el mundo. El tópico de que nuestra música sólo es para la gente que piensa como nosotros o habla nuestra lengua lo hemos derribado hace años.

¿Qué ha cambiado en València en estos 20 años?

MR: Nosotros éramos herederos de un contexto de nuestros padres con un derrotismo manifiesto. En la Transición nos la jugaron a los valencianos, nuestros padres que habían luchado tanto por determinadas cosas se sintieron estafados y ese pesimismo nos lo pasaron. Nosotros, de hecho, cuando íbamos a clase en línea en valenciano y veíamos que éramos los raritos, nos llegamos a creer que no pintábamos nada en esta tierra, pero con el tiempo nos dimos cuenta que teníamos que recuperar los espacios que nuestros padres abandonaron por cansancio o porque fueron ocupados por la derecha con el apoyo de las instituciones.

¿Se puede hablar ya de una generación post Obrint Pas?

MR: Hay una gran cantidad de grupos de música, de espectadores. Es un efecto más de la normalización de la que hablábamos, cada vez es más normal ver grupos que cantan en tu lengua en tu casa. Lo que te das cuenta es que eso es posible gracias a que todo el tejido asociativo y las personas han trabajado en su ámbito porque se lo han creído. Es una muestra más de que se pueden hacer las cosas aparte de las instituciones.

MG: Ahora espero que los políticos no nos la jueguen de nuevo, que llegue un gobierno progresista y si te he visto no te acuerdo. Si vuelven a abrir Canal Nou y comienzan a promocionar otro estilo de música del que defienden ahora, pueden borrarla inmediatamente.

MR: Lo que hemos de tener claro es que el País Valenciá, y hablando de política, está en un momento clave, que exige una responsabilidad a los que pueden cambiar el rumbo. Yo no les perdonaré nunca si esta oportunidad que tenemos de cambiarlo, la perdemos por culpa de falta de responsabilidad, por afán de protagonismo o por las ganas de hacer lo mismo que los otros, pero con otras caras. Y hablo de todos, no solo de políticos.

Ya que hablamos de política, ¿qué pensáis del proceso soberanista en Catalunya?

MG: Yo vivo en Barcelona y para mí es el proceso del Principado, de una parte de nuestra tierra. Lo veo positivo porque demuestra que el pueblo puede cambiar las cosas y a veces también lo veo de forma negativa porque nosotros nos quedamos fuera. Pero creo que lo importante no es valorar el proceso, es saber donde está nuestra barricada, y la tenemos aquí, en el País Valenciá. Nosotros no nos conformaremos con la independencia de una parte de los Països Catalans, no sólo porque queramos toda la tierra junta, sino porque queremos transformar el modelo económico y social. La izquierda transformadora, la izquierda independentista, la izquierda revolucionaria de los Països Catalans, continuaremos luchando juntos avance el proceso por un lado o no, tenemos claro que lo queremos todo.

MR: Hay mucho trabajo por hacer. También está por ver qué modelo de país se quiere, nosotros no sólo tenemos una idea sobre nuestra nacionalidad o nuestra identidad, también tenemos una forma de pensar en cuanto a las formas de hacer un país y eso implica no parar nunca, porque en esta batalla no estamos todos los que ahora piden la independencia para Catalunya.

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