Objetivo: devolver la filosofía a la calle

filosofía
Sócrates. Foto: Adrián Baquero.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Filosofía 2019, día que se conmemora anualmente el tercer jueves del mes de noviembre. Aprovechando la ocasión, es un buen momento para reflexionar sobre la situación de la filosofía en el presente, una disciplina que ha sido constantemente infravalorada dentro de nuestro sistema educativo en los últimos años.

En este sentido, estamos ante una asignatura especialmente sensible a los cambios políticos, pues en varias ocasiones su orientación y su presencia en el programa han estado determinadas por los intereses de quienes han legislado en materia educativa.

Víctima de los múltiples cambios de ley educativa que se han producido, en la actualidad es una materia que solo se cursa obligatoriamente en 1º de Bachillerato, siendo en Aragón una asignatura troncal de opción (Historia de la Filosofía) en las modalidades de Ciencias Sociales y Humanidades de 2º de Bachillerato. En la ESO solamente queda como una asignatura optativa en 4º curso, por lo que la mayor parte del alumnado finaliza la Educación Secundaria Obligatoria sin haber cursado ni una sola hora de filosofía.

Esto puede estar contribuyendo a algo mucho más grave: un alejamiento entre la filosofía y la sociedad, mostrando erróneamente a esta disciplina como un saber desconectado del mundo real, cuando en la actualidad quizá sea más necesaria que nunca.

Aprendemos en un sistema educativo que fomenta aquellos saberes que ofrecen respuestas y soluciones directas, el tipo de conocimiento más demandado por una sociedad que sobrevalora la inmediatez. La filosofía, sin embargo, ofrece justo lo contrario: en lugar de respuestas nos aporta más preguntas, y en lugar de soluciones nos aporta más problemas. Si realmente adoptamos un punto de vista filosófico, al leer un libro o tras una clase, debemos terminar con más dudas que al comienzo.Por eso, en la historia del pensamiento, no es difícil encontrar grandes espíritus atormentados por sus ideas.

Contrariamente a lo que se piensa en la actualidad, la filosofía no es un saber tan alejado de los problemas mundanos. De hecho, la filosofía nace de los problemas más humanos. Aunque durante mucho tiempo fue un saber elitista practicado por aristócratas, el clero o la burguesía; la filosofía surgió en las calles, partiendo de la curiosidad y con la intención de afrontar los problemas colectivos de la ciudad en las polis griegas (la política) y los problemas individuales de los ciudadanos en la búsqueda de la felicidad (la ética). Algo de ello todavía queda, pues en épocas más recientes la filosofía también ha estado alentando distintos movimientos colectivos como la lucha obrera o la lucha por la igualdad de la mujer.

En días como hoy, deberíamos proponernos como reto el volver a recuperar ese espíritu crítico, reivindicativo y práctico de la filosofía. Los docentes de esta materia tenemos una gran labor por delante: la de volver a conectar la filosofía con la calle. volver a convertir la filosofía en un órgano de reflexión colectivo dentro de la sociedad. Y, en definitiva, volver a conectar la filosofía con la vida, pues un conocimiento es realmente un aprendizaje cuando nos hace madurar y, de alguna manera, nos cambia como personas.

Debemos aceptar este reto por la supervivencia de la disciplina. No consiste solamente en volver a poner en valor una materia dentro del sistema educativo, sino en algo mucho más ambicioso e importante: conseguir que la filosofía sea más que una asignatura, que sea también una actitud ante la vida.

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies