Luis García Montero: “esta novela es un homenaje a esa juventud que rompe con la indiferencia y da un paso adelante”

Con motivo de la presentación de la novela 'Alguien dice tu nombre' de Luis García Montero, y gracias a la Librería Cálamo y a Fernando Rivares, he tenido el placer de mantener una charla con el autor. La novela era la protagonista del día pero de ella, hemos hablado poco. Luis, pese a lo laureado de su trayectoria como poeta, premio Adonais, Loewe, Premio Nacional de literatura; es un hombre sencillo, abierto y de una elocuencia envidiable. Sinceramente comprometido con la realidad que vivimos, en ella, inevitablemente, se ha centrado la conversación. La que presentaba es todavía su tercera novela. …

Luis García Montero durante su visita a Librería Cálamo de Zaragoza. Foto: AraInfo
Luis García Montero durante su visita a Librería Cálamo de Zaragoza. Foto: AraInfo
Luis García Montero durante su visita a Librería Cálamo de Zaragoza. Foto: AraInfo

Con motivo de la presentación de la novela 'Alguien dice tu nombre' de Luis García Montero, y gracias a la Librería Cálamo y a Fernando Rivares, he tenido el placer de mantener una charla con el autor. La novela era la protagonista del día pero de ella, hemos hablado poco. Luis, pese a lo laureado de su trayectoria como poeta, premio Adonais, Loewe, Premio Nacional de literatura; es un hombre sencillo, abierto y de una elocuencia envidiable. Sinceramente comprometido con la realidad que vivimos, en ella, inevitablemente, se ha centrado la conversación.

La que presentaba es todavía su tercera novela. Poeta vocacional, cuenta en su haber con treinta poemarios. Se acercó a la narrativa desde una biografía de su amigo Ángel González, de quien cuenta: “Tuvo una infancia muy dura, pasó la dictadura de Primo de Rivera, la República, la Revolución de Asturias y una Guerra Civil que fue muy violenta con su familia, con un hermano ejecutado por los franquistas, una madre depurada y otro hermano en el exilio” Unas vivencias que no podían caer en el olvido, pero que en una biografía “me fallaba lo que más me emocionaba, la propia emoción de Ángel contando, como si lo estuviese viviendo, a los ochenta y tantos años las cosas que le habían pasado con ocho, nueve o diez años. Por eso abandoné el tono de la biografía académica y fui introduciendo recursos de la novela, para que Ángel viviese la historia con los lectores” y es en ese momento, donde Luis asegura que le entró el “veneno de la narrativa”.

Le pregunto si es solo a causa de este ‘accidente emocional’ su acercamiento a la narrativa. “No. ¿Sabes lo que pasa? Se han cumplido ahora 35 años de la publicación de mi primer libro y como poeta he escrito mucho, y tengo la sensación de que una buena parte de lo que podía aportar en la poesía ya lo he hecho”. Añade, con sinceridad: “tengo miedo a repetirme y por eso me exijo una disciplina de lentitud, cada vez escribo menos poesía porque tengo miedo a repetirme”.

Solo he nombrado el título de la novela que presenta y Luis se lanza a hablar de ella. “En esta novela quiero contar una historia de iniciación, de descubrimiento de la vida, de la sexualidad, del mundo laboral, del compromiso político… porque quería hacerle un homenaje a los jóvenes que en cualquier momento de dificultad o de incertidumbre son capaces de romper con la indiferencia, de abrir los ojos a otras alternativas y hacerse dueños de su propio destino” Alguien dice tu nombre es la historia de iniciación de un joven, León, “a la inquietud sobre la realidad”. Ambientada en el franquismo de los años sesenta, la elección de la década no es casual. “Era una época de cambio de ciclo, en el que se podía vivir con cierto optimismo, pues todos teníamos la sensación de que la sociedad caminaba hacia delante. Ahora estamos en otro cambio de ciclo, de incertidumbre, debido a que muchas de las cosas que poco a poco se fueron conquistando están desapareciendo”. Ante esta perspectiva Luis nos asegura que, aunque confía en ella, es incapaz de ofrecerle alternativas a la juventud, “porque creo que ellos las deberán encontrar de acuerdo con sus propias experiencias, pues estoy convencido que conseguirán localizar zonas de luz debajo de este paisaje, que parece desierto y gris.

Militante de Izquierda Abierta, partido incluido dentro de Izquierda Unida (IU), se muestra optimista con los resultados de las elecciones europeas. “Es posible la configuración de una nueva mayoría social, que cambie a la mayoría que ha escrito el relato de la transición y de los últimos años de nuestra historia”. Preocupado, comienza a enumerar paro, pobreza, recortes, perdida de derechos… “hay unos datos que son alarmantes y a los que se necesita dar una respuesta, y una política de cambio de turno entre el Partido Popular y el Partido Socialista que de manera diferente trabajan en la lógica del neoliberalismo no puede solucionar las cosas”. Se muestra realmente sorprendido con algunos de los datos arrojados por las elecciones. Le sorprende que el bajón electoral haya castigado a los dos partidos mayoritarios sin trasvase de votos entre ellos. También y con más ilusión, “que el éxito de Izquierda Unida haya venido acompañado del surgimiento con fuerza de una organización política que no se puede decir que este a la izquierda de IU, pero sí que simboliza nuevas formas de participación, y un intento de conectar a la ciudadanía con la política. Creo que si se consigue una convergencia de todas las organizaciones sociales, que se oponen al neoliberalismo y a la Troika, es posible configurar una nueva mayoría social en España”. Pese a su militancia en IU no niega que es necesario el acercamiento a los ciudadanos, una cuestión que asegura, Podemos ha sabido resolver.

Continuamos hablando del abstencionismo, y concluimos ambos que se ha dado más entre votantes de partidos mayoritarios que entre el votante de la izquierda social. “La gente se ha cansado de un aparato que en medio de cajas B, cuentas en Suiza y escándalos de corrupción, no da la cara, no da respuestas. El cántaro de la corrupción ha ido tanto a la fuente que ha hecho abstenerse a los votantes tradicionales del PP. El castigo del PSOE va por el mismo sentido”. Luis no evita la autocrítica, “ha habido un castigo fuerte al aparato de IU que es el Partido Comunista. Las discusiones sobre el partido ya no son ideológicas sobre el comunismo. Hablar del Partido Comunista dentro de IU es como hablar de Rubalcaba en el PSOE. Es el aparato. Estas elecciones han sido un triunfo para Izquierda Unida, pero han sido un fracaso para el aparato del Partido Comunista, porque negarse a las primarias, romper los procesos de suma, querer controlarlo todo sin sumarse a los movimientos sociales, ha hecho que IU suba, pero que una parte de su voto haya buscado una formula nueva como es Podemos, que está liderada por gente como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, que han sido líderes de IU y responsables de campañas electorales del partido”.

La conversación nos lleva al referente social, al líder de opinión, y a la necesidad, o no, de ese líder que canalice con sus opiniones un descontento. “Pablo Iglesias ha sido un referente social en la medida en que ha tenido el respaldo de dos medios de comunicación fuertes como La Sexta y Público. Su éxito ha sido mediático. A mí, no me cabe duda de que este éxito era interesado y que se estaba potenciando para quitarle votos a IU, lo que pasa es que Pablo ha sabido utilizar bien los medios y no es un personaje hueco si no que tiene mucho que decir, y se ha convertido en un referente para unos ciudadanos que quieren ejercer su soberanía cívica y que están cansados de las formas tradicionales de la política. Yo creo que los que lo han alentado ahora están asustados.”

Discrepo tímidamente con Luis y le rebato en el tema de la referencialidad personal dentro de Podemos, haciendo referencia al 15M, que considero de igual o mayor trascendencia para comprender el fenómeno Podemos, que la figura mediática de Pablo Iglesias. “El 15M aglutinó a mucha gente de distintos ámbitos, sindical, de partidos, gente ajena a los partidos, de muchas tendencias e ideologías… A mí me parece que la rebeldía, si no encuentra un cauce político para llegar a las instituciones acaba deshaciéndose. Me parece estupendo coincidir con la gente a la hora de paralizar un desahucio, pero si no llegamos al parlamento para cambiar la ley hipotecaria salvaje que tenemos, no solucionamos el problema de los desahucios. Estamos en un momento en el que se necesita la energía rebelde de la calle para encontrarle un cauce político que sea capaz de llegar a las instituciones. Eso puede representar Podemos o IU. De lo que se trata es de crear estructuras verdaderamente participativas y democráticas. El 15M representa más que un descrédito de los referentes sociales, un descrédito a los aparatos que se miran el ombligo, porque yo recuerdo como se recibía a José Luis Sampedro en el 15M, como referente. No me parece que los referentes sean malos siempre que no signifiquen un culto a la personalidad ni una puesta en duda de la lógica participativa”.

Con cierta ilusión advierte Luis que lo positivo del 15M fue llevar a la calle el debate político copado por los grandes partidos. “Se habló de economía, de la ley hipotecaria, de la responsabilidad de la banca, la burocracia de la política, la forma de que ‘los partidos no nos representan’… El 15M supuso una cosa que para mí es muy importante. Mira, cuando yo estudio Historia de la Literatura, me encuentro, a partir del siglo XIX, un concepto de juventud sobrecargado de responsabilidades. Desde la Institución Libre de Enseñanza, la juventud era la encargada de renovar la vida de un país que estaba retrasado. Desde la Institución Libre de Enseñanza, pasando por la República y la Residencia de Estudiantes, hasta los jóvenes antifranquistas con barba que conjuraban en las cafeterías. Una de las cosas que nos vendió la Transición fue que el cambio ya estaba hecho, que ya no había problemas y que la juventud en lugar de comprometerse políticamente podía dedicarse a ser feliz. Así, el joven preocupado por su realidad se trasformo en la metáfora del botellón. El 15M rompió con eso. Debajo de la idea de juventud que se quería vender había una juventud muy bien formada y con compromiso social”.

Vuelvo a incidir sobre la novela. Luis asegura que es un homenaje a sus maestros. Un homenaje a los maestros y al alumno. Pues su protagonista, León, es un joven activo, comprometido, uno de esos jóvenes de los que llevamos varios minutos hablando. “León representa esa juventud que rompe con la indiferencia, que aprende a admirar el concepto de vinculo y comunidad. La mejor manera de dejarnos sin futuro es borrar el pasado. Lo que nos vincula con el futuro es la herencia que recibimos de nuestros mayores. Me parece tan peligroso el cascarrabias que opina que cualquier tiempo pasado fue mejor y que los jóvenes son tontos; como el joven sin memoria que se cree que está inventado el Mediterráneo y que no es consciente de la Historia a la que pertenece. En este sentido, para mi es tan importante homenajear a los maestros como aprender de los jóvenes”.

Coincidencia, o estudiado momento, cuando el tiempo se acaba y la sala se abarrota para escuchar la presentación de Alguien dice tu nombre, de repente, la mirada de Luis, sosegada durante toda la entrevista, cambia. Se aviva. “Sabes, yo tuve mucha suerte, desde muy joven, de tener mucha amistad con Rafael Alberti, uno de mis maestros. Rafael me enseño muchas cosas, pero yo no me daba cuenta que me estaba enseñando algo tan importante como el respeto a los jóvenes. Un señor que para mí era un mito, me respetaba, me escuchaba y me atendía… Conforme voy cumpliendo años me voy dando cuenta de lo importante que es respetar a los jóvenes, porque los maestros se van muriendo, y entonces, te hacen falta maestros más jóvenes que te mantengan los ojos abiertos”.

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