Lo del PSOE de Uesca con Vox parece ser algo más que necesidad política. Las complicidades entre Luis Felipe, alcalde por el PSOE, y Antonio Laborda, portavoz del ultraderechista Vox, transcienden lo ideológico, y Luis Felipe no pierde ocasión de blanquear al partido neofranquista Vox cada vez que tiene ocasión.
El último episodio de amor político entre el PSOE y Vox en el Ayuntamiento de Uesca se ha producido con las ordenanzas fiscales de la ciudad. El partido ultra ha conseguido que se aprueben dos de las cuatro propuestas que había presentado, y por ello Laborda aseguraba que “los objetivos -de Vox- son ambiciosos, pero reales, completamente viables. Manifestamos nuestra satisfacción por haber cumplido con nuestro deber”, como no estar satisfechos, si Luis Felipe -PSOE- ha pasado de afirmar que buscaría “acuerdos con todos los grupos salvo con Vox”, a blanquear constantemente a los neofranquistas y apoyarse en ellos para gobernar.
A tal punto llega el intento de Luis Felipe para normalizar a una formación política machista, racista, homófoba, negacionista del cambio climático, neofranquista, y ultranacionalista hispano-madrileña, que el acalde del PSOE afirmaba hace unas pocas semanas que “las propuestas que hace Vox a los presupuestos son propuestas no ideológicas, de hacer ciudad, como Ciudadanos. Son propuestas aceptadas porque enriquecían el presupuesto, igual que algunas que fueron aceptadas del PP o de Podemos. Lógicamente, la posición ideológica de Vox y del Partido Socialista son a todas luces incompatibles, no hay ideológicamente nada que hablar. En cambio, en propuestas de ciudad, hubo acuerdo y lo agradezco”, claro, porque en el PSOE y en Vox no hay ideologías, que eso no debe ser cosa de los partidos políticos, sino de las asociaciones ufológicas.
Y así es, con el eufemismo ‘hacer ciudad’, en el que todo cabe, como Luis Felipe blanquea al fascismo creyendo que la ciudadanía de Uesca es tonta, o sorda, o desmemoriada.