Los aplausos también eran para ellos

La pandemia ha roto el escenario en el que vivíamos y ha dejado desnudas muchas realidades que habíamos decidido ignorar o sobre las que desviamos la mirada, por el rubor o vergüenza que nos producía. La covid nos ha demostrado lo importante que es tener una red de seguridad que nos proteja y nos ha señalado claramente cuáles son los elementos esenciales que toda la sociedad debe tener para protegerse a uno mismo, y por la alta transmisibilidad de esta enfermedad, a toda la sociedad en su conjunto. Estas cuestiones prioritarias son tales como, una vivienda digna, una red social …

La pandemia ha roto el escenario en el que vivíamos y ha dejado desnudas muchas realidades que habíamos decidido ignorar o sobre las que desviamos la mirada, por el rubor o vergüenza que nos producía.

La covid nos ha demostrado lo importante que es tener una red de seguridad que nos proteja y nos ha señalado claramente cuáles son los elementos esenciales que toda la sociedad debe tener para protegerse a uno mismo, y por la alta transmisibilidad de esta enfermedad, a toda la sociedad en su conjunto.

Estas cuestiones prioritarias son tales como, una vivienda digna, una red social que de soporte y un trabajo con garantías y derechos.

Señalo estas cuestiones porque hemos podido comprobar que las cuarentenas, así como otras tantas medidas de seguridad sin alguno, o la ausencia de estos tres elementos son muy difíciles de mantener, con el evidente riesgo para la persona y para su entorno social, laboral y familiar.

En este sentido, la experiencia de este verano pasado nos ha demostrado que los factores sociales y económicos son determinantes para poder sobrellevar esta pandemia. Dado que la ausencia de una vivienda digna impide hacer una cuarentena, es decir, no es lo mismo compartir habitación con 2 personas más y sin agua corriente, que vivir en una casa de 90m2, con dos baños y bien ventilada.

Como se hace imposible que si no tienes un contrato de trabajo y trabajas en negro y cada día negociando el sueldo cuando subes al furgón, puedas estar 10 días haciendo una cuarentena.

Así después de esta primera reflexión no podemos generalizar a ningún sector ya que el cumplimiento de la normativa laboral y de los convenios no está a debate. Mas si que me gustaría centrar el debate en las condiciones de vida de los trabajadores migrantes en situación irregular que residen en Aragón, bien puedan ser trabajadores del hogar o temporeros que llegan a Aragón ante la inminente campaña de recogida de la fruta y que ya lleva semanas de reuniones entre Administraciones Públicas, sindicatos, entidades sociales para encontrar las mejores medidas que eviten problemas sanitarios derivados de la Covid.

Nadie pone en duda que hay que contratar, pagar y asegurar unas condiciones dignas de trabajo a todos los trabajadores. Y por ello, vaya por delante, quiero romper una lanza en favor de las empresas agrícolas, porque, la gran mayoría de ellas cumplen sus obligaciones con los trabajadores. Además de haber hecho el esfuerzo de adaptarse, a este difícil contexto que esta pandemia ha provocado.

Pero sin duda, no podemos desviar la atención principal de que el Ministerio de Interior tiene una gran responsabilidad ante esta situación. Mucha de esta población de nacionalidades de otros países ha contribuido de una manera muy relevante a que el conjunto de la sociedad española hayamos podido superar los momentos más duros de la crisis sanitaria desarrollando labores consideradas esenciales durante la primavera pasada. Cuando aplaudimos desde nuestro balcón, desde nuestra ventana, al personal sanitario, a los cajeros de supermercado, a las personas que cuidan a nuestros mayores, a los transportistas o las personas que producen nuestros alimentos en el campo, estamos aplaudiendo a los que consideramos héroes de la epidemia de la COVID-19. En esta línea pienso que es decente, es justo y es patriótico reconocer a todos esos héroes como compatriotas y que puedan acceder por ello de manera extraordinaria a la nacionalidad española.

Y por otra parte, tenemos la obligación de reconocer la labor de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en su compromiso para acabar con las contrataciones irregulares que recaen sobre las personas migrantes en situación irregular, porque ha intensificado las inspecciones, controles y sanciones.

Por todo, se hace fundamental que el Gobierno de España regularice a las personas migrantes que viven aquí y trabajan en situación irregular y en la precariedad absoluta. Por eso creo imprescindible que los aplausos se conviertan en derechos

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