Las personas con enfermedades mentales, condenadas al ostracismo social

Es bien sabido por todxs, más en estos tiempos que corren, que las enfermedades mentales han ocupado un lugar influido por una imaginería manchada, denigrada; es más, reconocemos hoy en día muy fácilmente (o suponemos reconocer e incluso realizamos juicios previos) a una persona con problemas mentales, tanto es así que la inteligencia emocional juega ahora un gran papel en la educación. En estos momentos, en la actualidad, en los servicios médicos en España, y como en otros tantos países, se clasifica, se estratifica a las personas con emociones, sentimientos, percepciones de la realidad disidentes a lo que la ciencia …

Es bien sabido por todxs, más en estos tiempos que corren, que las enfermedades mentales han ocupado un lugar influido por una imaginería manchada, denigrada; es más, reconocemos hoy en día muy fácilmente (o suponemos reconocer e incluso realizamos juicios previos) a una persona con problemas mentales, tanto es así que la inteligencia emocional juega ahora un gran papel en la educación.

En estos momentos, en la actualidad, en los servicios médicos en España, y como en otros tantos países, se clasifica, se estratifica a las personas con emociones, sentimientos, percepciones de la realidad disidentes a lo que la ciencia contemporánea, más bien los estudios médicos, científicos y biológicos tanto como neuronales han sido un gran tema de debate para todas las personas que se dedican o/y/u investigaban estos comportamientos disidentes de algunas personas de esta sociedad; juzgándolas bajo el prisma cristiano, eurocéntrico, cisheteronormativo.

Un claro ejemplo de esto es la tan aclamada "enfermedad" por los médicos en su tiempo como la "histeria femenina", cuya resolución y tratamiento o cura se manifestaba en agresiones sexuales por parte de los médicos a mujeres que en muchos casos simplemente padecían de lo que actualmente es diagnosticado como ansiedad, es curioso que se tenga memoria histórica para algunas élites históricas de renombre como puede ser Isabel II la Católica pero no para personajes históricos como Juana "la Loca".

Pongamos el ejemplo de Juana "la Loca", se la diagnóstico y se la conoce como loca solo por cuestiones políticas del padre, condenándola a lo que yo llamo el ostracismo social, encarcelamiento y mal atención. La historia de Juana "la Loca" nos puede servir como ejemplo, pero sin embargo, la realidad y la naturaleza son y siempre serán diversas.

Ser diagnosticada de enfermedades mentales que disruptan con la normalidad del sistema viéndonos condenadas al ostracismo social, la soledad, el aislamiento, el sentimiento de culpa, el sentimiento de vacío perpetuo, hacen que las personas con enfermedades mentales nos sintamos de alguna manera señalados por una etiqueta impuesta por un código médico antiguo y vagamente renovado, esto crea un gran cúmulo de prejuicios que se extienden por la cultura de una sociedad, haciendo que la misma sociedad se impregne de esos prejuicios y estereotipos, y se nos señale con el dedo.

Por eso es de vital importancia ahondar en los problemas con respecto a la salud mental, ya que tiene un componente sociocultural que debe ser renovado para la digna integración real (no hablo de la legislación) y que debiera no normalizar, sino comprender, entender, y ser un poco más humanos con las personas con enfermedades mentales.

Se han hecho algunos avances, pero también muchos retrocesos; la línea 024 funciona perfectamente, línea española de ayuda a la conducta suicida; pero nunca es demasiado para que algunas veces los ojos del escrutinio eurocentrista cisheteropatriarcal sean y realicen un análisis retrospectivo para reconocer que algo está yendo mal, que algo falla; solo me remito a los hechos y las estadísticas, tanto del aumento de suicidios en España, como el aumento de personas diagnosticadas con enfermedades mentales.

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