Las Fiestas del Pilar y el dilema del folclore oficial o folclore tradicional

La gota que colma el vaso es la ausencia absoluta del folclore tradicional en la programación para las Fiestas del Pilar del año 2022, curiosamente año en el que se propone la jota como Patrimonio Inmaterial

cartel con un prohibido folk y luego con una señal de uso obligatorio jota en referencia a la programación de las fiestas

Cuando tenía 15 años me obcequé y me compré una preciosa gaita de boto, un instrumento tradicional aragonés muy extendido en el pasado que se conservó en los Monegros y el Pirineo. A mi me gustaba mucho todo lo relacionado con él: su sonido, su repertorio, su estética, pero sobre todo su uso, ya que me permitía tocar para danzantes y bailes, cantar a su vez y tocar música de todos los géneros.

Un instrumento muy completo con el que grandes artistas realizan barbaridades, ya sea en su ámbito original o con la fusión y experimentación. Durante cuatro años fui a estudiar a la Escuela Municipal de Música de Zaragoza, además de tocar en algún con algún grupo de bailes, danzas o salir con la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.

Una vez, en la puerta del aula en la escuela, tuve la desgracia de coincidir con una mujer que estaba esperando que me dijo "a ver si os volvéis a Galicia con vuestras gaitas", a lo que espeté que este instrumento no era gallego, sino de aquí, y me respondió "eso es mentira, en Aragón solo ha habido bandurria, laúd y guitarra, y no estas cosas que traéis de fuera". No fui capaz de responder ya que esa respuesta me dejó en shock.

Esta anécdota es un caso aislado pero también un reflejo de la situación que se vive en Aragón con respecto a nuestras tradiciones músico-festivas. Después de tantos años siempre he sentido que por culpa del desconocimiento hay dos tipos de folklore: el oficial y el tradicional.

El primer apartado englobaría la jota de estilo, escénica, cantada, bailada coreografiada y tocada con guitarra, bandurria y laúd. Aquella que se erigió símbolo aragonés con los primeros nacionalismos y que la Sección Femenina de la Falange prodigó tanto que se volvió popular en pueblos y ciudades con los llamados grupos de Coros y Danzas.

En el segundo apartado, estaría cualquier música de origen popular que no sea como las directrices del anterior instan que sean. Esto incluye todo tipo de cantos (albadas, romances, cantos de trabajo, rondas...), bailes rituales (dances, paloteados, cintas...), bailes populares (seguidillas, fandangos, valses, polcas, chotis, y por supuesto jotas, pero no acrobáticas) e instrumentos tan únicos como la gaita de boto, la dulzaina y el tamboril o el chiflo y el salterio.

Esta categorización no es un invento que haga yo de la nada, sino que la formo por un cúmulo de acciones como el comentario de la anécdota anterior. Son muchas las veces que he oído hablar despectivamente hacia la música o bailes populares que no eran jota propiamente dicha. Músicas y bailes que no se han valorado e incluso se han perdido irremediablemente en pos de una modernidad con más jotera que del pueblo.

La gota que colma el vaso es al final la ausencia absoluta del folclore tradicional en la programación para las Fiestas del Pilar del año 2022, curiosamente año en el que se propone la jota como Patrimonio Inmaterial, hace de "pregonera" de las fiestas y que se le concede el título hija predilecta a la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón (mediante la propuesta del partido político VOX, todo sea dicho).

Es cuanto menos irónico que suceda así, después de tantos años con propuestas culturales como el PilarFolk este año no habrá ni un concierto de grupos folk de aquí (La Ronda de Boltaña, Biella Nuei o los Dulzaineros del Bajo Aragón) o de fuera (con los buenísimos grupos de otras comunidades y países que han pasado por la ciudad).

Se desconoce a que se debe este hecho. Es posible que Zaragoza quiera sentar cátedra siendo la primera ciudad en realizar acoso y derribo a cualquier otra expresión tradicional distinta a su género fetiche.

Pero lo peor es que solo va a lograr separar todavía más la brecha entre los folclores oficial y tradicional, colocando cada vez más arriba la jota y cada vez más abajo todo lo demás, generando más clasismo todavía. Y es una verdadera lástima.


Más información sobre los Pilars 2022 en este enlace.

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