Lambán, el ecologista

El presidente del Gobierno de Aragón Javier Lambán, ha lanzado un reto instando a que se le demuestre que él no es el mayor ecologista de la Comunidad. Está claro que no le ha gustado que la sociedad civil le haya hundido su proyecto estrella, espoleados por las organizaciones ecologistas, que forman parte de la Plataforma de Defensa de las Montañas de Aragón, esos a los que él llama gurús, y que en vez de reflexionar, vuelve a la carga contra los que le han noqueado. No está en el ánimo de los ecologistas y montañeros luchar contra la persona, …

Adiós al peor consejero de Medio Ambiente de Aragón

El presidente del Gobierno de Aragón Javier Lambán, ha lanzado un reto instando a que se le demuestre que él no es el mayor ecologista de la Comunidad.

Está claro que no le ha gustado que la sociedad civil le haya hundido su proyecto estrella, espoleados por las organizaciones ecologistas, que forman parte de la Plataforma de Defensa de las Montañas de Aragón, esos a los que él llama gurús, y que en vez de reflexionar, vuelve a la carga contra los que le han noqueado.
No está en el ánimo de los ecologistas y montañeros luchar contra la persona, ni siquiera contra el político, nuestro interés no es otro que defender un espacio natural virgen, sobre el que llevamos muchos años haciendo propuestas para su protección acorde a los valores que ostenta y ello pasa inevitablemente, por la declaración de Parque Natural e incluso Parque Nacional, que razones hay de sobra.

En un artículo anterior titulado "Aragón, Comunidad con menos protección ambiental" hacía un repaso de los parques nacionales y naturales de cada Comunidad, y pese a que en esta tierra contamos con el Pirineo, mostraba como somos una de las comunidades con menos zonas con esa catalogación de parques. Tan sólo cinco, que comparadas con las 22 de Andalucía o las 15 de Comunidad Valenciana, deja mucho que desear. También ponía de manifiesto que Aragón ocupa el penúltimo puesto en número de hectáreas protegidas, concretamente nuestra comunidad ostenta el puesto 16 de 17.

Evidentemente ésta ausencia proteccionista es atribuible a políticos predecesores, pero también a políticos de la era Lambán, en la que no se ha creado un sólo parque, teniendo un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales en standby, del proyectado Parque Natural Anayet-Partacua, del que no sólo no ha hecho nada por moverlo, sino todo lo contrario. Primero las obras y luego ya veremos lo que queda.
Nos preguntamos cuán gruesa es la hoja de servicios del señor Lambán para sorprendernos con esa peculiar salida de lanzar el osado reto de ser superado en ecologista.

Lambán es tan ecologista que se ha permitido despreciar los estudios científicos de cambio climático del Instituto Pirenáico de Ecología del CSIC, del Colegio de Geógrafos de Aragón, del Consejo General de Colegios de Geólogos, de eminencias como Martínez de Pisón o Fernando Valladares.

Vayamos a otro valle donde demostrar el ecologismo pregonado. Durante su mandato se han ampliado las pistas de esquí de Cerler por un nuevo valle, el de Castanesa, contra todo criterio lógico, pues su orientación y morfología hace que la nieve no perdure. La prueba de ello son los diez días de servicio de esta temporada. Una inversión de trece millones para unos pocos días. Y ahora otros tantos millones para construir lo que decían que iba a ser una pista ciclista, pero que finalmente es una carretera hasta Fonchanina. Y todo parece ocultar un macro-plan de construcción de apartamentos con conexión directa a las pistas.

Probemos en otros terrenos, a ver si hay más fortuna. Desde que Lambán gobierna en 2015 en Aragón se han incrementado de manera exponencial, el número de macrogranjas, o mejor llamarlas granjas industriales, de esas que las denominan integradas, donde casi todo, incluido el propietario de los cerdos, pertenece a una compañía externa, y al granjero tan sólo le queda el mantenimiento y los purines. Ciertamente dan dineros, aunque haya que mirar para otro lado cuando producen despoblación, ahuyentan turismo, no generan empleos, y sobre todo contaminan la atmósfera, los suelos y las aguas tanto superficiales como de acuíferos. Y esto sí que es un grave peligro por cuanto que el agua no se puede fabricar y estamos en emergencia por sequía.

Ya hay montones de pueblos que no pueden beber de sus fuentes de toda la vida y hay que hacer obras para traer aguas de lugares lejanos, o llevarlas con camiones cisternas. Las granjas que no quieren en otras partes vienen a la provincia de Huesca. Y comarcas como la conocida Toscana turolense, el Matarraña, con un potencial turístico en alza y sin embargo con la contaminación de sus aguas y la proliferación de granjas a diestro y siniestro.

Vayamos al sector energético, donde podría salir la vena ecologista de Lambán con su proyecto de renovables. Como en todo lo que hace, le gusta ser campeón, el que más. Y así lo hace con los parques eólicos y solares. Lo que ocurre es que no sigue un criterio ecológico, que no se trata de más, sino de producir la energía allí donde se necesita, de no utilizar tierras de cultivo para instalaciones industriales, de no estropear el paisaje que es la fuente de la riqueza turística, de respetar zonas de especial protección para la aves. Al contrario, su criterio es que cuanto más grande mejor, y por supuesto para las empresas de cabecera, a esos que siempre rondan a su alrededor.

Una vez más no existe esa unanimidad de la que siempre hace gala. Es el territorio el que está en contra de que les destruyan sus paisajes, sus modos de vida. Son las gentes que viven en esos pueblos de la España vaciada quienes luchan por sobrevivir en sus pueblos a pesar de las decisiones tomadas a cientos de kilómetros y de beneficios aún más lejanos. Y aquí también hay movilización del territorio.

La sociedad civil ya lo consiguió en anteriores ocasiones. Recordamos Añisclo que pretendía ser un pantano y ahora es Parque Nacional. Jánovas, despoblado con dinamiteros y ahora renaciendo. Biscarrués, ahora salvado. Canal Roya que más pronto que tarde será Parque Natural. También hay fracasos como los de Espelunciecha y Castanesa, pero prometemos que no volverá a ocurrir.

Me disculpará el señor Ecolambán, pero no acabo de ver dónde radica su ecologismo. Espero que nos lo explique.

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