La ultraderecha española busca reinventarse ante la crisis

DIAGONAL | Joana Peris | Nuevos grupos neonazis recogen los restos de organizaciones ilegalizadas o inactivas a través de un cambio de simbología importado de los ultras italianos. La ultraderecha española ha vivido estos últimos meses un proceso interno de reflexión y reorganización ante su desapercibida actividad en el contexto actual, que en otros países europeos ha sido notablemente rentable para este tipo de formaciones. Aunque los principales partidos ultras mantienen su agenda, el desplazamiento en la opinión pública del tema migratorio, que en las encuestas no entra en las principales preocupaciones de los ciudadanos, les ha obligado a virar …

Francisco Javier Bueno "Chabi" (delegado del MSR en Aragón) en la manifestación del 12M15M de Zaragoza. Foto publicada por el MSR en su blog

DIAGONAL | Joana Peris | Nuevos grupos neonazis recogen los restos de organizaciones ilegalizadas o inactivas a través de un cambio de simbología importado de los ultras italianos.

La ultraderecha española ha vivido estos últimos meses un proceso interno de reflexión y reorganización ante su desapercibida actividad en el contexto actual, que en otros países europeos ha sido notablemente rentable para este tipo de formaciones. Aunque los principales partidos ultras mantienen su agenda, el desplazamiento en la opinión pública del tema migratorio, que en las encuestas no entra en las principales preocupaciones de los ciudadanos, les ha obligado a virar relativamente su discurso, hoy más centrado en contra del nacionalismo catalán y contra los principales partidos con el trasfondo de la crisis. Las estrategias emprendidas sobre todo por los ultras italianos han calado entre los sectores más radicales, autodenominados Nacional Revolucionarios.

La reacción de la ciudadanía ante las medidas de austeridad, primero con el 15M y luego con protestas sociales como la marcha minera o el 25S ha sido observada desde cierta distancia por los grupos ultras. Algunos han mostrado ciertas simpatías e incluso han afirmado que estuvieron presentes, como hizo Ricardo Sáez de Ynestrillas con el 15M o el MSR y Regeneración, liderado por el periodista ultra Enrique de Diego, con el 25S. Aun así, su presencia ha pasado desapercibida, y cuando han intentado participar, muchas veces ocultos tras siglas nuevas y ambiguas, han sido identificados por los manifestantes y expulsados.

Así ocurrió el 1 de mayo en Valencia, cuando una decena de ultras se presentó tras una pancarta de Actividad Patriota, un grupúsculo desconocido. Su presencia duró menos de 15 minutos, tras ser expulsados de lamarcha. Lo mismo sucedió en Madrid durante el recibimiento a la marcha minera en julio, cuando un grupo de falangistas con banderas de Defensa Social fue invitado a abandonar la concentración. También la organización neofascista Respuesta Estudiantil trató de participar en una manifestación contra los recortes en educación en Gran Canaria, pero sus miembros fueron expulsados por algunos estudiantes. Este mismo grupo hacía acto de presencia en la Facultad de Derecho de Valencia durante la huelga de estudiantes del 18 de octubre, manifestándose contra la ‘coacción’ de los piquetes. El mismo día en Madrid, miembros de Respuesta Estudiantil intentaban penetrar en la manifestación por la educación.

Los nazis se reorganizan

Hasta hoy, los neonazis españoles han visto caer varias de sus redes de implantación estatal. En 2005 la Guardia Civil desarticuló Blood & Honour, Hammerskins y el Frente Antisistema. El dueño de la Librería Europa acaba de cumplir meses de prisión, y la distribuidora Soportes Sonoros fue desmantelada este mismo año, al tiempo que se imputaba por incitación al odio a dos bandas de música nazi: Batallón de Castigo y Más Que Palabras.

Los partidos más radicales, como Alianza Nacional, pierden militancia, y el resto, siguen inmersos en luchas entre sus líderes. En este panorama surgen organizaciones como son las recientes Acción Nacional Revolucionaria (ANR) o la sección española de RightWing Resistance. La primera se formó tras un llamamiento hecho en agosto para aglutinar y coordinar diferentes asociaciones, colectivos locales y activistas autónomos en un Frente de Acción Social, Nacional y Revolucionario cuya única condición era la unidad de acción, asumiendo como ‘bloque’ la disciplina y consignas de esta coordinadora.

Así, se planteó la manifestación del 15 de septiembre en Madrid convocada por La Falange y otros grupúsculos nazis como Vieja Escuela Madrid (con algunos miembros de Ultras Sur entre sus filas), como el punto de partida. La marcha logró reunir a mil ultras tras una pancarta “contra la democracia”. ANR publicaba en su web a finales de septiembre de este año un texto titulado Movilizaciones ciudadanas, estrategia de actuación, en el que se proponen tanto realizar acciones propias como “organizarnos y coordinarnos para acudir a este tipo de movilizaciones ciudadanas, con nuestros propios símbolos, nuestras propias consignas y la fuerza necesaria para defenderlas”.

La estela italiana

Los grupos neofascistas italianos, que han vivido bajo la complacencia del gobierno derechista, son hoy uno de los principales faros para los ultras españoles. El buque insignia de los nazi-fascistas es el centro social okupado Casa Pound, en Roma. Su líder, el cantante del grupo nazi Zeta Zero Alfa , Gianluca Iannone, fue detenido en relación con el tiroteo contra otro ultraderechista. Meses atrás, un activista de Casa Pound en Florencia asesinaba a tiros a tres senegaleses y se suicidaba.

Casa Pound es desde hace tiempo un centro de peregrinaje de ultras europeos. En sus paredes se ve desde simbología nazi hasta retratos del Che. Su lema, “0% Racismo, 100% Identidad”, acuña el término que utiliza habitualmente la nueva ultraderecha: Identitarios. Alrededor de Casa Pound gravitan organizaciones como el Blocco Studantesco, un sindicato que es el referente de Respuesta Estudiantil, y que ha protagonizado altercados contra estudiantes de izquierdas. Estas organizaciones se caracterizan también por acuñar una simbología propia, no asociada a primera vista con ningún símbolo fascista. De la misma manera que los neonazis alemanes copian desde hace años la estética de la propaganda antifascista, los nuevos nazi- fascistas europeos siguen esta estrategia haciendo uso de elementos contraculturales.

Esta ha sido la inspiración de los grupos ultras españoles, que han tratado de importar el modelo de CasaPound anuevos centros sociales, como el Proyecto Impulso en Castelló, o el Casal Tramuntana en Barcelona, cuyos miembros están relacionados con Democracia Nacional o Plataforma por Catalunya. Igual que el partido griego Amanecer Dorado, la estrategia de ofrecer enseres de primera necesidad a personas en situación de precariedad ha sido adoptada en Valencia por España2000, que ha conseguido que el Banco de Alimentos les proporcione productos para ser repartidos en su Hogar Social Patriota.

Un año de reacción

El auge del movimiento independentista catalán y la presencia de la izquierda abertzale en el Congreso y en el Parlamento Vasco está sirviendo de percha para los grupos neofascistas en su discurso nacionalista. El fantasma de la desintegración de España ha azuzado las proclamas españolistas, como se vio el 12 de octubre en Barcelona, donde confluyó desde la derecha española hasta los grupos neonazis que reclamaban una intervención del Ejército en Cataluña. También en Bilbao, nazis y falangistas trataron de hacer acto de presencia el Día de la Hispanidad ante un gran despliegue policial.

Noticias relacionadas:

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies