La Navarra rural: y cómo afrontar el electoralismo rural desde una óptica de País

Después de muchas teorías sobre la manera de afrontar la despoblación, y una vez pasadas las elecciones municipales’19, quería ejemplificar las posibilidades que las candidaturas rurales podrían dar a sus pueblos, sin necesidad de sucumbir a los clásicos partidos estatales, sin ningún interés por que éstos puedan tener relevancia, con el único objetivo de una imagen de implantación territorial al precio que sea. Las artimañas de éstos para hacerse con alcaldías y concejales es ya una costumbre demasiado asentada en Aragón.

Otsagabia - Salazar - Nafarroa

Todas sabemos que no somos País Vasco, ni Catalunya, y la implantación del soberanismo no es ni de lejos la de ese espectro político que debería tirar del Aragón despoblado, que despertase las conciencias de sus habitantes.

Pero, ni lo blanco ni lo negro. Hay comunidades muy próximas como Navarra, sobre todo en su parte Norte, que bien nos pueden servir de referente para vivir la rasmia y lucha por sus pueblos. Pueblos con los mismos problemas de despoblación y procesos de aculturización, abordados desde una óptica de conciencia de País.

Tal y como cuenta Porfirio Ayerdi, nacido en Burgui en 1915, republicano exiliado, en el libro “Des Aragonais” ed.Pirineum; Una de las grandes sorpresas cuando ha vuelto al valle del Roncal desde su exilio en Francia, ha sido ver un cambio en la mentalidad política de su valle en relación a la lengua y cultura vasca, que él nunca había hablado ni oído hablar. “Nunca hablamos vasco en casa, ni mis padres, ni mis vecinos. Cuando he vuelto ahora he visto un cambio de mentalidad”. Una situación muy diferente a la Navarra que dejó en 1936, sometida desde el primer momento al franquismo.

Resultados electorales de Burgui en las pasadas elecciones Forales’19

Es el pueblo de Porfirio Ayerdi, Burgui, donde diferentes candidaturas independientes se han alternado la alcaldía desde hace años. Aunque a decir verdad, la Agrupación Independiente Aizpea (AIA), que ganó en las elecciones a UPN en 2011, se ha hecho con una hegemonía en este pequeño pueblo de 207 habitantes. En las elecciones de 2019 revalidaron la alcaldía, y en esa misma fecha del 26 de mayo, esos mismos vecinos de Burgui darían con una mayoría de 36,15% de votos la victoria a EH Bildu al Parlamento de Navarra, siguiendo con la progresión de los últimos años.

Esta es una tendencia que se viene registrando en buena parte de los pueblos de la Merindad navarra de Sangüesa. Recordemos que Navarra se divide históricamente en 6 Merindades, y ha sido la Merindad de Pamplona, con los valles de Baztan y Sakana, la que más conciencia cultural vasca y de País ha tenido. Es ésta Merindad la que la ley del vascuence colocó en la zona vascófona (sin contar con la capital), pero sí junto a Aezkoa y Erro.

Furgoneta-Tienda de Ultramarinos que recorre el despoblado valle de Aezkoa

Sin embargo gran parte de la Merindad de Sangüesa, y los valles de Roncal y Salazar, fueron incluidos en la zona mixta de l’euskera. Tal y como nos recordaba Porfirio es una zona donde hace más de 1 siglo que se perdió el euskera, también en Aezkoa, pero está siendo recuperado, y sobre todo su conciencia cultural como zona histórica de uso y pertenencia al dominio vascófono. Su recuperación cultural va ligada a la recuperación de conciencia de pueblo, y política.

La creación de plataformas electorales como las de Otsagabia con Muskilda (derecha navarra UPN) y Errekaidorra (izquierda abertzale) venían a representar el espectro político de este municipio de 521 habitantes. La incorporación de la candidatura Otsagabia (NaBai) hizo que la balanza se inclinase hacia la izquierda en las elecciones de 2011. Y ya en las elecciones de 2019 nos encontramos un cuadro evolucionado en el que EH Bildu ha conseguido 3 concejales con su marca y Otsagabia (GeBai) consigue la alcaldía con 4. Esta evolución de sustitución de un partido españolista como Muskilda para terminar en una serie de alcaldías abertzales es todo un hito en la Navarra despoblada.

Una visita a este precioso pueblo, cabecera del valle de Salazar y entrada a la selva de Irati, nos permite entender la transformación y empoderamiento de la cultura vasca del valle, ligado a la resistencia a la despoblación.

“Pirinioan bizirik gaude” es una asociación que pretender ser un “latido de esperanza” en el valle de Salazar y Pirineo Navarro contra la despoblación, un foro de debate y reflexión, que haga atractivo el Pirineo para la gente que ya vive en él y todo aquel que quiera venir de la ciudad. Facilitando una bolsa de trabajo, impulsando una ponencia en el Parlamento navarro, y desde un respeto e impulso a la cultura milenaria del valle.

La incorporación de candidaturas que no reflejan las siglas de partidos con presencia en las Instituciones españolas o navarras es común entre los pueblos de la Merindad de Sangüesa, y en parte también en la de Estella y Olite. Refleja una idiosincrasia navarra, sin renunciar a su cultura vasca ni a su rasmia como pueblo. A pesar de que la eliminación de estas siglas pueda parecer contraproducente en la llegada de subvenciones.

Una comparación entre los resultados Navarros en las elecciones municipales, forales y al Congreso’19 da una idea de este avance de las candidaturas de izquierda y soberanistas. Voto capitalizado mayoritariamente por EHBildu.

La vieja idea de que votando en elecciones municipales a un partido estatal que gobierna la Comunidad favorecerá la llegada de recursos y/o controlará las subvenciones, es una idea errónea y caciquil a desterrar. Asociada a pueblos que duermen en la inacción, y que escasamente generan actividad. “Pan para hoy, hambre para mañana”.

Conozco la realidad de un pueblo como Ondarroa (Vizcaya), que de la misma manera que otros pueblos con hegemonía abertzale en Vizcaya, no ha sucumbido al poder del PNV en la Diputación Foral de Vizcaya ni el Parlamento Vasco. Este posicionamiento desde hace décadas ha hecho, probablemente, que Ondarroa no cuente con accesos rápidos a Bilbao por carretera, no cuente con los mejores horarios de autobús, ni acceso a unas ayudas urgentes cuando se cayó media montaña sobre un bloque de viviendas de protección oficial, ni ayudas para reabrir un cine averiado desde hace 5 años, …

Sin embargo, puedo decir que sus habitantes se sientes orgullosos del pueblo donde viven, es uno de los pueblos más activos del País Vasco, uno de los que más negocio y empresas independientes genera, cooperativas,… donde más bares y restaurantes por habitante hay del entorno, donde más festivales se organizan, conciertos, actividades, ... El pueblo en donde más artistas, actor@s, presentadoras, músic@s, científic@s o personas relevantes aparecen en País Vasco. Generador de noticias frecuentes en los informativos vascos; y el pueblo que mejor conserva, en datos porcentuales, el euskera de todo Euskal Herria.

En Aragón, esta idea de candidatura ligada a un partido que prometa y genere dependencia económica ha sido tradicionalmente escenificada por el PAR en el mundo rural. Pero no están exentos los clásicos partidos estatales PSOE y PP, que se turnan el control de Diputaciones Provinciales, Gobierno de Aragón, ayudas Europeas,… y recientemente Comarcas. Los últimos en incorporarse a este mercadeo de subvenciones y falsas promesas han sido Podemos Aragón, aunque sin una presencia real en las citadas instituciones.

Podremos estar de acuerdo en que ninguno de los pueblos de Aragón, con independencia del color político estatal, ha podido evitar los efectos de la despoblación en virtud a las subvenciones recibidas en una u otra legislatura. Y ejemplos tenemos por doquier. La mayoría de las veces son migajas, de los presupuestos que reparte el Estado español entre sus municipios, y sobre los que los representantes aragoneses no tienen ni peso político ni poder de decisión.

La incondicional afiliación a un partido que triunfa, que promete subvenciones o polígonos industriales, puestos en órganos de decisión, no debería ser nunca condición para evitar la despoblación de un pueblo (hay algo que no funciona). Sino todo lo contrario, es signo de un municipio dormido, sin actividad, sin perspectivas ni ideas de futuro, que tarde o temprano terminarán convirtiéndose en un pueblo dormitorio, o de segunda residencia. De estos también hay muchos en Navarra, en País Vasco o Cataluña, pero de ellos nunca oirás hablar.

[Publicado originalmente en Lagor - Instituto Aragonés para la Transformación Social]

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