La FADSP ante el Día Mundial de la Salud

El próximo día 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud 2018 bajo el lema de ‘Asistencia Sanitaria Universal en todo el mundo, para todos los residentes de un país o región geográfica, sin importar su capacidad económica o situación personal’. La asistencia sanitaria universal es uno de los derechos humanos de segunda generación, junto con los derechos económicos, sociales y culturales. En gran parte de los países desarrollados, la asistencia sanitaria universal, las pensiones y atención a la dependencia, constituye uno de los pilares fundamentales del estado del bienestar, aunque el avance de la ideología neoliberal basada …

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Foto: Pablo Ibañez (AraInfo)

El próximo día 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud 2018 bajo el lema de ‘Asistencia Sanitaria Universal en todo el mundo, para todos los residentes de un país o región geográfica, sin importar su capacidad económica o situación personal’. La asistencia sanitaria universal es uno de los derechos humanos de segunda generación, junto con los derechos económicos, sociales y culturales.

En gran parte de los países desarrollados, la asistencia sanitaria universal, las pensiones y atención a la dependencia, constituye uno de los pilares fundamentales del estado del bienestar, aunque el avance de la ideología neoliberal basada en el mercado sanitario (que pone en duda su sostenibilidad financiera) ha conducido a reforma dirigidas a privatizar recursos y prestaciones públicas y generado desigualdades en el acceso a la atención de salud. La asistencia sanitaria universal es prácticamente inexistente en gran parte de los países africanos y asiáticos, con algunas excepciones.

En España las políticas sanitarias de los últimos gobiernos han ido dirigidas a recortar recursos, promover las privatizaciones, introducir copagos y excluir de la asistencia los colectivos más vulnerables y frágiles. En esta estrategia, que ha acabado con el derecho de toda la población a la atención de salud, han tenido especial protagonismo tres medidas:

- La aprobación del Real Decreto-Ley 16/2012, de 20 de abril que anuló las tarjetas sanitarias de los inmigrantes y otros colectivos y amplió los copagos especialmente a los pensionistas.

- Los recortes en gasto y personal sanitario con el argumento de la crisis y la exigencia de la UE de recortar el endeudamiento público.

- La generalización de las privatizaciones bajo el eufemismo de colaboración privada para financiar y gestionar centros y servicios sanitarios, que han reducido recursos y aumentado los costes.

Los resultados de estas medidas son ampliamente conocidos y han perjudicado a los grupos de población más necesitados como inmigrantes, jóvenes y parados de larga duración (a los que se privado del derecho a la asistencia); pensionistas y enfermos crónicos (que en muchos casos no pueden retirar de las farmacias los medicamentos prescritos por sus médicos); y el incremento en las desigualdades territoriales y en la oferta de servicios.

Hay que señalar que la aplicación de estas medidas no ha sido igual en todas las comunidades autónomas, ya que mientras algunas acataron este decreto, otras se opusieron frontalmente a las mismas continuando atendiendo a las personas migrantes (con algunas limitaciones).

Podemos decir que el actual gobierno del Partido Popular ha acabado con el derecho a una Asistencia Sanitaria Universal en nuestro país, aplicando una política que busca la extensión de los seguros privados financiados con dinero público potenciando MUFACE (que presta atención a los funcionarios públicos a través mutuas y aseguradoras privadas) o aplicando desgravaciones fiscales a quienes contraten seguros complementarios; la potenciación de la provisión sanitaria privada (conciertos, externalizaciones, concesiones, etcétera) que fracciona la cobertura sanitaria y potencia la provisión privada, como muestra que el gasto privado que supone ya más del 30% del gasto sanitario total.

El resultado es la aparición y crecimiento entre los españoles, por primara vez en muchos años, de importantes barreras y desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios y a sus prestaciones.

Por último, la actual orientación del sistema a la medicina especializada centrada en los hospitales; al uso intensivo e irracional de fármacos y pruebas tecnológicas cada vez más costosas; a la marginación de la Atención Primaria y la Salud Pública; y al abandono de la promoción y la prevención, ponen en riesgo la salud y la sostenibilidad a medio plazo del actual sistema sanitario público.

Desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública consideramos que para mantener el Servicio Nacional de Salud Universal, accesible y Equitativo, es necesario tener gobiernos progresistas con voluntad política (como el valenciano, que ha restituido el Hospital de Alzira a la Sanidad Pública), el apoyo y la movilización social (extendiendo y potenciando las Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública que integran a sindicatos, organizaciones ciudadanas, grupos políticos, etcétera) y un sector profesional comprometido con el mismo.

Finalmente hacemos un llamamiento a profesionales y ciudadanía a participar activamente en las actividades y movilizaciones previstas este día para reclamar una salud para todos y todas y un sistema sanitario público que permita hacerla efectiva.

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