La Audiencia de València absuelve a los dos policías que se enfrentaron con el músico de Obrint Pas, Miquel Gironés, por hablar en valenciano

“Enfrentamientos por el tema de la lengua con la policía hay todas las semanas”, afirma el músico de Obrint Pas en esta entrevista realizada por Diagonal, donde Gironés explica su caso

Obrint Pas en una actuación en Berlín. Foto: Montecruz (CC BY-SA 2.0)

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València absolvió este lunes a los dos policías nacionales acusados de detener ilegalmente y de lesiones a Miquel Gironés, dolçainer de Obrint Pas. Los hechos ocurrieron el 25 de marzo de 2013, cuando los policías le pidieron la documentación acusándole de tirar papeles al suelo desde su coche en el barrio valenciano de Benimaclet.

En la sentencia, los magistrados afirman que, durante el juicio,  “no se pudo demostrar cuál de las dos versiones enfrentadas entre los acusados y el denunciante es la real y verdadera". Añaden que "en todo caso, los acusados, agentes de Policía Nacional, estaban actuando de servicio, en el ejercicio de sus funciones, y están legitimados para detener”. La sentencia, sin embargo, no dice nada de la declaración durante la vista de uno de los policías sobre la confrontación lingüística: "Muchas veces nos intentan provocar hablando en valenciano... Más bien catalán. Si es en valenciano, a mi me parece correctísimo, porque es una de las dos lenguas cooficiales, pero en catalán, no". Hablamos con Miquel Gironés sobre su confrontación con la policía.

¿Cómo viviste el abuso policial y la posterior detención?

Fue una de las experiencia más desagradables de mi vida. Es muy desagradable que un lunes laborable, a las cuatro y media de la tarde, te metan en un coche de policía, te esposen y te peguen. A parte de la detención, la experiencia en comisaría no fue nada buena. Ahí no me tocaron pero sí que me amenazaron y me di cuenta de cómo tratan a la gente dentro del calabozo. Una lección de todo esto es que si a una persona como yo, con algo de interés mediático y ciertos contactos en los medios y organizaciones como partidos políticos, la tratan así, ¿cómo tratarán a gente que no tenga prácticamente ningún apoyo? Piensas que lo que te ha pasado a ti no es absolutamente nada en comparación a lo que le pasará al migrante o cualquier otra persona más desprotegida. Esto te enciende más. Vi cómo encerraban a un hombre latinoamericano y los propios policías intentaban alentar que se pegara con otro, una cosa esperpéntica.

¿Crees que pueden tener cabida las dudas sobre si la actuación policial venía motivada por razones ideológicas o lingüísticas?

Tuve muy mala suerte de encontrarme, más que con policías pésimos, con personas muy pésimas. Lo relaciono con un cúmulo de cosas como mi apariencia, que puede presuponer cierto tipo de pensamiento, el tema de hablar valenciano y demás. Eso, junto a que son personas con una ideología concreta y una actitud violenta y agresiva, que piensan que tiene poder sobre otra gente, lo detonó todo. Además también he leído medios con una determinada línea ideológica que dudan de mi versión. Simplemente diré que nosotros aportamos el testigo de un vecino de la finca de la misma calle que vio cómo sucedió todo y que niega rotundamente las versiones de los policías. No me abalancé sobre ellos. No se me ocurre atacar, ni nada parecido, a un policía que me dobla en estatura y envergadura a las cuatro y media de la tarde. Es surrealista.

¿Piensas que casos como el tuyo son más bien puntuales o hay una tendencia generalizada a actuar así?

Yo no sé si llegan a detener a alguien por hablar en valenciano y por la apariencia, pero enfrentamientos por el tema de la lengua con la policía hay todas las semanas. Eso está absolutamente claro, a mi no es la primera vez que me pasa. No tan fuerte, y sin acabar en el calabozo, pero no es nada raro escuchar varios casos así. Creo que mientras a esta gente no la eduquen va a seguir siendo así. Si te traen a trabajar aquí, de Castilla y León por ejemplo, y nadie te explica que hay otra lengua oficial y si se topa con una persona mayor o cualquiera que tenga dificultades de expresarse en castellano, no lo entenderá y puede interpretarlo incluso como una burla. Si no se hace saber que aquí hablamos una lengua, tenemos nuestra historia y cultura, muchas veces la gente lo siente como una provocación.

¿Conoces el caso de Carles Mateu? En un control policial rutinario en Castelló también sufrió problemas por dirigirse a los guardias civiles en valenciano. Le acusaron de no llevar el cinturón de seguridad y negarse a someterse al control de alcoholemia. Se le absolvió de los cargos, pero meses después la Audiencia Provincial de Castelló reabrió el caso y se archivaron las denuncias de Mateu hacia los policías. Le retiraron el carnet y le condenaron a seis meses de prisión.

A mi no me pueden condenar ya porque me han absuelto dos jueces distintos. Yo estaba prácticamente convencido desde el principio de que no serían condenados. Aunque hay que decir que quisieron pactar. Eso es muy importante. Ellos reconocían los hechos a cambio de que yo retirara la denuncia por delito y nosotros nos conformábamos con una falta de lesiones. Es decir, ellos aceptaban el delito de falsedad, de denuncia falsa y detención ilegal y yo renunciaba a la indemnización, por su perdón público. A nosotros eso nos parecía una victoria, ya que creíamos que no les iban a condenar. Estábamos dispuestos a aceptarlo y fue el fiscal quien no quiso aceptarlo y prefirió continuar el proceso. Supongo que también movido porque el caso se ha hecho relativamente mediático.

Has dicho que denunciabas también con la intención de dar visibilidad a situaciones de este tipo ¿La sociedad no toma suficiente consciencia sobre esto o pasa demasiado desapercibido?

Espero que después de esto sí que se tome más consciencia. No me gusta, después de dos años, volverme a poner en la palestra. Ni me hace gracia que mi foto y mi nombre esté saliendo por ahí, y que haya gente juzgando si está bien o mal. Realmente me obligaron un poco entre la familia y los amigos. Sí es verdad que yo he aprovechado mi caso mediático para que otra gente más anónima y desprotegida pueda tener ahora el valor de llevar estas cosas donde toca, al juez. De denunciar estas cosas, porque esto pasa todos los días y ya está bien, se tiene que acabar.

¿Se produce discriminación lingüística en otros ámbitos?

Creo que hemos avanzado bastante en este sentido. Estamos en un momento muy diferente al de hace quince o veinte años. Ahora es más raro encontrarte a una persona que diga despectivamente “¡Háblame en español!”. Aún así hay muchos sectores en los que un valenciano-hablante puede encontrarse con algún obstáculo por razones lingüísticas. Cada vez menos, pero aún pasa. Menos mal que no estamos como cuando hace 10 años, cuando a una pareja de de Agullent que quería adoptar un niño de China la funcionaria le denegó la adopción por dificultades de expresión en castellano. Esto es importante que se sepa. También se habla mucho de que en Catalunya hay familias que quieren que sus hijos estudien en castellano, pero no se habla sobre que en el País Valencià hay 150.000 niños que no pueden estudiar en valenciano.

¿Qué soluciones propondrías para evitar que se dieran casos parecidos?

Creo que las soluciones son muy complicadas y amplias. Si no queremos que pase esto, se debería impartir en las escuelas y los institutos una asignatura en catalán, euskera y gallego. Esto debería ser así igual que nosotros estudiamos castellano. Si no se explica desde que somos pequeños que el Estado español está formado por cuatro nacionalidades, que se hablan lenguas diferentes, aunque el castellano sea como la lengua vehicular, pasan estas cosas. Y en relación con la policía, creo se debería exigir el grado medio o superior de valenciano para poder trabajar, como se pide al resto de funcionarios que trabajan aquí. Hay que exigirlo aunque se trate de policía nacional, hacer muchísima pedagogía. En cuanto al abuso policial, hacer pasar más filtros y ser más eficientes con los perfiles psicológicos, para empezar. El que tiene ganas de ser policía por llevar una porra y una pistola por sentirse poderoso, no puede serlo. Es peligroso. Se tiene que ser más certero en la selección de personas que ostenten este tipo de poder. Tienen que ser personas con vocación hacia los demás. Gente con ideas, estudios, conocimientos y experiencias más allá del ansia de poder.

Entrevista realizada por Andrea Moreno Carbonell para Diagonal.

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