Así estamos las mujeres ante el mercadeo político que están llevando a cabo entre esa derechona del PP y los fascistas de Vox, y ante la mirada interesada de ese partido de cobardes que es Ciudadanos, que no dice claramente me siento con ellos, porque su imagen es importante, pero que aceptará de buen grado el resultado al que lleguen aquellos para poder gobernar.
¿Cómo se atreve la presidenta del Congreso a decir que no hay que admitir que se negocie con la situación de la mujer cuando el PP, al que pertenece, está trapicheando con ese partido machista e intolerante que es Vox para conseguir poder político?
¿Cómo no vamos a estar indignadas observando cómo se sientan a escuchar y valorar las intolerables y demenciales condiciones de Vox respecto a la derogación de la legislación contra la violencia machista? ¿Cómo no vamos a estar indignadas ante su connivencia con un grupo ultra que argumenta la no promoción de la igualdad de género, que según ellos “interviene totalitariamente en la sociedad, porque la igualdad de las mujeres está garantizada en España desde hace décadas”?
La violencia machista se lleva por delante año tras año la vida de muchas mujeres y también niños: 976 mujeres y 27 niños han sido asesinadas desde 2003 hasta la fecha. ¿No son suficientes estas terribles cifras para demostrar que son necesarias leyes que ayuden a batallar contra esta lacra? Es imprescindible que continúen vigentes las normas contra la violencia machista, y además es necesario ampliarlas y dotarlas de los medios necesarios para prevenir y erradicar los actos violentos contra las mujeres.
Precisamente es en este momento de nuestra historia cuando las mujeres estamos más concienciadas de la necesidad de reivindicar el reconocimiento de la igualdad de género en todos los ámbitos: familiares, laborales, económicos, sociales, legales… porque hemos dicho basta a las desigualdades que todavía existen en una sociedad patriarcal que mantiene la discriminación a la mujer, y debido a esa fuerza reivindicativa se ha conseguido lo que hay hasta ahora, para seguir sumando más conquistas.
Es infame que Vox pida la derogación de esas leyes cuando, además de los asesinatos, hay cientos y cientos de denuncias por agresiones físicas y psicológicas a mujeres, cuando hay denuncias por secuestro de hijos, y cuando se siguen dictando sentencias que atentan contra la dignidad y la igualdad de las mujeres. Pero es más infame que el PP y Ciudadanos se presten siquiera a escuchar semejantes condiciones.
No somos moneda de cambio político. Nuestro avance en el ámbito legal tiene que permanecer y avanzar, y no podemos permitir que sirva para conseguir poder a ninguna formación política. Debemos denunciar a esos partidos, que escuchan peticiones que atentan contra las mujeres, contra el colectivo LGTB y contra las personas inmigrantes, es decir, contra los derechos humanos. Con los derechos de las personas no se negocia.
