En los últimos meses hemos conocido muchos proyectos para instalar en nuestra provincia plantas de aerogeneradores y placas fotovoltaicas. Ante este hecho muchos/as turolenses nos hemos puesto en pie y hemos unido fuerzas en la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel. Los paisajes variados, atractivos y llenos de valores naturales y culturales presentes en Teruel son uno de sus principales activos y vale la pena luchar por su conservación. No olvidemos la gran cantidad de personas de Aragón y de las comunidades limítrofes que nos visitan para apreciarlos y, de paso, recuperar la calma y el sosiego perdidos por la agitación de la vida moderna. Veremos, cuando se levante el estado de alarma, que muchas personas con ansiedad y otros problemas psíquicos provocados por la COVID volverán a nuestras sierras para reencontrarse con la naturaleza y mitigar así sus dolencias.
A mi juicio, el objetivo desde la política debería ser la producción razonable de energía, pero minimizando su impacto sobre los paisajes, la naturaleza, el patrimonio cultural y los suelos aprovechables por la agricultura y la ganadería. Quizás haya personas que vean esta opción muy limitante para la producción de energía. Yo creo que no porque las placas fotovoltaicas pueden ubicarse en los tejados de las casas y naves, preferentemente en autoconsumo familiar, comunitario o local, respetando así los suelos para la agricultura y la ganadería; no olvidemos que otro gran objetivo de la política debería ser el fomento de la agricultura y la ganadería ecológicas ya que además de proporcionar alimentos más saludables enriquecen y preservan los suelos.
Los aerogeneradores de palas deberían sustituirse por otros más novedosos sin palas, pues estas son la causa de una mortandad considerable de aves, algunas consideradas especies protegidas. Los aerogeneradores de palas, además de sus efectos sobre las aves y su impacto visual, producen también contaminación sonora y por eso se obliga a instalarlos alejados de las poblaciones, pero hay que considerar que donde se instalan, además de los paisajes, perjudican el hábitat de otras especies animales. Debería considerarse seriamente la moratoria de los actuales proyectos de producción de energía con aerogeneradores de palas o aspas hasta poder instalar los modernos aerogeneradores que funcionan sin ellas. La moratoria serviría para generar un amplio debate social que concluyera en la aprobación de un plan energético para Aragón
En no pocas ocasiones, las líneas de evacuación y transporte de energía provocan también la muerte de muchas aves porque carecen de medidas de protección adecuadas. Este es un motivo de denuncia habitual por parte de las organizaciones ecologistas.
Las energías alternativas contribuyen a mitigar el efecto invernadero y por tanto a combatir el cambio climático. Por lo tanto son oportunas, pero logrando que sus efectos sobre la naturaleza y el sector primario sean mínimos. Además debemos procurar la reducción del consumo energético mediante la construcción bioclimática y el uso preferente de los transportes públicos.
Suele decirse que la especie humana "está triunfando" en la Tierra. A mi juicio se trata de una victoria pírrica porque se está logrando a costa de la desaparición de muchos ecosistemas, de muchas especies de animales y plantas, de la uniformización social que hace desaparecer culturas ancestrales y de un respeto a los Derechos Humanos manifiestamente mejorable.
Desde la ecología social se nos señala el objetivo de reducir nuestra huella ecológica, es decir, de minimizar nuestro impacto en el medio natural en que habitamos tanto en los niveles personal, familiar y comunitario como en el social. Debemos legar a las generaciones venideras un mundo habitable y respetuoso con la biosfera. Seamos coherentes en Teruel y Aragón con el cumplimiento de estos objetivos.
