El PSOE y la lucha de clases

“Todo los sólido se disuelve en el aire, todo lo sagrado es profanado (…)” (Manifiesto Comunista).

La realidad de la lucha de clases se muestra en toda su crudeza, esta vez dentro del partido que la vio nacer en España... el PSOE. Por ¿última? vez el PSOE ha sido expresión de esa lucha y de un modo paradójico: el partido que nació para que los que no son nada lo fueran todo, acaba siendo víctima de esa lucha de clases decenas de años después (y de un modo poético del marxismo que abandonó) incapaz de contener en un mismo recipiente los intereses de la oligarquía y los de abajo.

La lucha de clases ha reventado al PSOE y los" ilusos" que piensan que un programa "socialdemócrata progresista" en este contexto de economía financiarizada es posible, deben tomar nota de lo que ha pasado. El PSOE no sólo se ha roto porque haya un escenario muy desfavorable ordenado por alguna potencia maléfica metafísica, se ha roto porque su proyecto de gestionar excedentes del capitalismo para crear el Estado del Bienestar ya no es viable en el tardocapitalismo y los instrumentos teóricos que usa para entender y analizar la realidad son manifiestamente insuficientes (sólo hay que ver lo que su dirigencia entiende como un debate “de altura”). Se ha roto porque el progreso ya no es una promesa de felicidad sino una pesadilla (y Felipe González es uno de los monstruos que recurrentemente vienen a visitarnos en esa pesadilla).

Que el PSOE solo pueda tocar poder como subalterno del PP y de la Troika, da mucha luz, es un síntoma claro de este escenario nuevo al que nos asomamos, expresa la inviabilidad del Progreso hacia al Felicidad y la Igualdad, como una marcha tranquila y sin sobresaltos... sin desbordes, y nos cuenta la historia, de un espacio político que al parecer agoniza en el reino de España: el de la socialdemocracia del siglo XXI que, como digo, está angostado y no podrá ser ocupado por nadie (sencillamente por que se extingue). El espacio de los barones del PSOE se ha trasformado en unas semanas de una intensidad desconocida de REALIDAD POLÍTICA en idéntico a espacio de Ciudadanos, queda por saber cual de las dos formaciones se torna en irrelevante para IBEX.

Así que la batalla que se plantea no es como ocupar un espacio político que ya no es más que pura cáscara que se diluye como un azucarillo, es más bien, como cambiarlo de naturaleza, como conseguir que los intereses materiales que decía representar el PSOE (no los que representaba efectivamente), se autoorganicen, se empoderen, como se dice ahora, y vaya constituyendo una parte de un nuevo campo social, de un bloque social alternativo, que exprese las muy ciertas realidades y las muy urgentes necesidades de las de abajo más allá del espectáculo y la mercancía. Y que condicionen, desde estas necesidades y de un modo efectivo la agenda política del Gobierno más directamente oligárquico pero más débil de los últimos años, al tiempo, que construimos una esperanza colectiva desde lo real y reformulando lo posible, abriendo nuevas grietas en cada escenario, con las lecciones que aprendimos en el 15M de como se sueña nuestro futuro colectivamente y lo fácil que lo dice la gente. Parafraseando a Marx: cada generación solo sueña las tareas para las que esta preparada colectivamente y como sociedad.

Y lo haremos por medio de un relato construido desde la experiencia real de las de abajo, una mediación política siempre con capacidad estratégica, voluntad de desborde y con prácticas en común de todas que nos proporcionen seguridades, cuidados y la vida defendida desde abajo. Todo un proceso de autoconstrucción, en la lucha y en la colaboración, que aleje los vértigos también muy reales en este contexto, vértigos que dan verosimilitud al relato de la derecha y de la extrema derecha.

PODEMOS, Mareas y Convergencias varias deben de aprender de eso... ni refundar IU, ni refundar el PSOE o la Historia los removerá como obstáculos que superar o por arriba o por abajo

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