En el Día Internacional de las Mujeres Rurales, reconocemos la importancia de un colectivo formado por millones de mujeres de todo el mundo, con gran trascendencia cultural económica y social, que necesitan favorecer su desarrollo con el impulso de políticas públicas que den respuesta a sus variados y muy distintos problemas en función del área regional en que se localizan. Cuando las mujeres abandonan el medio rural por falta de oportunidades, por carecer de acceso a la tierra o el agua, por falta de opciones laborales o simple y llanamente por supervivencia, el medio rural pierde mucho más que habitantes, pierde también el futuro y la posibilidad del mantenimiento de la vida en los pueblos. El problema de la despoblación.
En las regiones donde la industrialización del campo está acabando con la vida y la cultura campesina, como es el caso de España, se ha expulsado a las mujeres de la producción de alimentos. La mecanización progresiva y el hecho de que la mayoría de las explotaciones agrícolas tienen titularidad masculina, han reducido su participación en las esferas más visibles. Las mujeres mantienen las tareas de cuidados, haciendo además otros trabajos dentro o fuera de la explotación familiar, pero siempre asumiendo las tareas más tediosas y menos valoradas, con menor remuneración y peores cotizaciones. Por otro lado, la presión social para el mantenimiento de los roles tradicionales y la visión de la violencia machista como algo privado, hace que la huida del medio rural sea en ocasiones la mejor solución para romper con esta división del trabajo impuesta y las violencias que puede generar.
Para abordar el problema de la despoblación se recurre muchas veces al natalismo con la aplicación de ayudas para incentivar la natalidad, muchas veces sin aplicar medidas que contribuyan a crear una sociedad igualitaria.
Y es que no se trata de que las mujeres del medio rural tengan más hijos. Se trata de que las mujeres no se vayan de los pueblos por ausencia de oportunidades. Oportunidades laborales, sí, pero también fomentando modelos familiares en los pueblos que rompan los roles de género: mujeres a cuidar y hombres al trabajo. Fenómeno conceptualizado en investigaciones sociales como una de las causas de la despoblación. Si sólo hablamos de familias numerosas les estamos diciendo a las mujeres de los pueblos que tienen que tener más hijos y estamos imponiendo un único modelo de familia y de identidad de género.
Es necesario crear ayudas pero en Alemania se han limitado a políticas de ayuda social y han disminuido las tasas de igualdad y en Francia también hay ayudas pero el país ha mejorado los indicadores igualdad con el resultado de que en Francia sí hay aumento de natalidad mientras que en Alemania no. Por lo que ese aumento se vincula a una sociedad más igualitaria, no solamente a que se den las ayudas económicas.
Por eso para frenar la despoblación hay que incluir la corresponsabilidad como un factor fundamental para la construcción de una sociedad más igualitaria. Apostar por los servicios públicos genera empleo en los pueblos además de servicios que fijan población. Y permite desarrollar modelos de cuidado corresponsables en los que las administraciones públicas también se involucren. Cuidar es tarea de todos y no una cosa de mujeres.
Construir alternativas comunitarias, la unión de las mujeres del lugar por un cambio, poner en valor los saberes y conocimientos… genera experiencias de redes de apoyo mutuo que fomentan el empoderamiento de todas las mujeres rurales y favorecen su desarrollo pleno. Una labor absolutamente necesaria.