Desde la Asamblea afirman animosas “aquí estamos, en calle San Bernardo número 13, una vivienda en completo desuso y en visible deterioro perteneciente a una mercantil que se dedica, entre otras cosas, al ladrillo”.
“La realidad en la que vivimos, que hace que necesitemos con cada vez más urgencia el tejer lazos con afines, nos ofrece nulos o muy limitados espacios para juntarnos y desarrollar todo tipo de actividades alternativas al ocio vacío que nos propone el sistema”, y para ayudar a superar esta realidad, explican que “en el interior de este Centro Social se van a comenzar a fabricar los sueños y las ideas de todas aquéllas que tengáis algo que aportar, ya seáis movimientos sociales, asociaciones vecinales o individualidades. Será un espacio para todo el mundo, en el que se realizarán actividades de índole social, cultural y política tan necesarias dentro de cualquier barrio o ciudad”.
El CSO La Cuquera explica que “la voluntad de este tipo de actividades es lo que nos ha traído aquí, junto con la necesidad de encontrarnos en un espacio en el que poder crear y relacionarnos comunitariamente. Pero también entendemos como un fin en sí mismo entrar en este espacio en decadencia para sostenerlo, arreglarlo y ponerlo en marcha, protestando de una forma constructiva contra la especulación y la corrupción de la gestión de los espacios vacíos públicos y privados”.
El colectivo La Cuquera se organiza “de forma autogestionada y horizontal, las decisiones se toman en asamblea. Somos muchas las personas implicadas en este proyecto, su ritmo y sus principios se marcan por sus integrantes. Esperamos, de todo corazón, que el CSO La Cuquera se llene de vida, de proyectos y de saberes compartidos”.
“Este viaje no ha hecho más que comenzar, queremos animar a todo el mundo a subirse a este barco y esperamos compartir con mucha más gente la ilusión de convertir, entre todas, este espacio en un lugar de referencia en la ciudad. Un lugar donde poder divertirnos, hacer comunidad, sembrar y alimentar relaciones de amistad y compañerismo”, algo que tanto se necesita en Uesca en particular, y en Aragón en general.
“Vamos a poner todo nuestro esfuerzo para que el CSO La Cuquera sea, en definitiva, un espacio liberado donde hacernos conscientes de que tenemos que tomar las riendas de nuestras vidas para dejar de ser sujetos pasivos de un sistema que nos quiere dormidas y calladas, pero que nos tendrá despiertas, organizadas y alzando la voz”, enfatizan desde el nuevo CSO.